*Malova y su advertencia de cárcel a bloqueos
*Cuidado con el autoritarismo, advierte JEHCH
*Reconocimiento de Mazatlán a Santos Partida
FRANCISCO CHIQUETE
El gobernador Mario López Valdez ha recibido algunos respaldos, sobre todo empresariales, tras su advertencia de que llevaría a la cárcel a quienes incurran en bloqueos y daños a terceros durante manifestaciones de protesta.
López Valdez, como se sabe, se cuidó de dejar claro que las manifestaciones están permitidas, mientras no incurran en bloqueos, recordando de paso sus acciones contra los Picachos, a quienes encarceló cuando marchaban sobre la autopista, obviamente afectando la circulación de vehículos a pesar de que no estaban en plantón, como recordó lo acontecido con un movimiento campesino allá por el norte de la entidad (se refería quizá al levantón contra Alejandro Sotelo, a quien se llevaron Chuytoño y sus muchachos con todas las consideraciones del caso, para que respondieran por los resultados de una marcha.
El caso es que lo mismo el alcalde Carlos Felton que dirigentes empresariales se pronunciaron a favor de este planteamiento, que empieza a tomar fuerza no sólo en el ámbito local, sino en los espacios nacionales, después de los desmanes en que han incurrido los grupos violentos que se suman o se incrustan a las marchas de protesta por Ayotzinapa.
El control sobre las marchas ha sido una discusión de mucho tiempo. A partir de que el gobierno fue perdiendo la fuerza impune con que reprimía cada movilización, los dueños de negocios de las avenidas principales, los voceros de los automovilistas y grupos así, encontraron la manera de combatir a los grupos sociales que alzaban la voz, esgrimiendo los daños al comercio, el miedo que según decían, generaban entre la población, las afectaciones económicas en general.
Pero la gente ya no se volvió a los guetos. De las movilizaciones salieron los ambientes que dieron vía libre a los derechos humanos, a la transparencia todavía no construida del todo, y por supuesto, antes que a estos, a la insurgencia electoral que marcó la alternancia primero en los municipios, luego en los estados, y finalmente en la Presidencia de la República.
En buena medida, de las molestias al automovilista, de la temporal pérdida de ventas del día en los comercios, e incluso de los excesos de algunos manifestantes que se sentían “haciendo la revolución”, y e las garrotizas y encierros que sufrieron muchos de los protestantes, ha surgido buena parte de las condiciones jurídicas que actualmente tienen carta de naturalización. Desapareció hasta la censura a los medios, que se había convertido en el principal escudo del oficialismo para enfrentar las exigencias de evolución política.
Hasta antes de la detención de los Picachos, a las nuevas generaciones les parecía imposible una intervención gubernamental de ese talante, aunque hay que decir que tampoco se había presentado un desafío como ese en aras no de la obtención de derechos colectivos, sino de intereses económicos muy focalizados. Hubo una segunda zarabanda de garrotes y rejas para este grupo, cuando se preparaban a irrumpir el desfile de carnaval con algunas parodias que calentaron el ánimo y el orgullo de la autoridad, animándola a ejercer la severa acción preventiva.
Antes se ensayaron algunas acciones de escarmiento. El 18 de junio del 2011, el recién estrenado gobierno se llevó con lujo de fuerza a Chon Castro, levantado en Los Mochis y llevado a declarar en Culiacán, para que respondiese por un antiguo diferendo personal con un personaje que resultó muy influyente en el nuevo régimen; luego siguió Ernesto Pérez Virgen, a quien la brigada Chuytoño se lo llevó de Mazatlán a Culiacán, con todas las amabilidades del caso, en calidad de “presentado”, sin orden ni nada, para que respondiese por una acusación de bloqueo y daños a las vías de comunicación, que no llegó a concretarse en proceso, pues de lo que se trataba era de mandar el mensaje, de dejar la huella.
QUE SE APLIQUE LA LEY, SIN CAER
EN EL AUTORITARISMO: CHUQUIQUE
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Jesús Enrique Hernández Chávez, advierte que el país dispone de las leyes suficientes como para sancionar las conductas incorrectas. Existen, dice, los instrumentos necesarios para que sea castigado aquel que viole la ley.
No se requieren nuevas leyes, las que hay son suficientes y adecuadas para que se enfrenten situaciones tan graves como las que se han vivido en el país durante las últimas semanas, señala en referencia a los actos de vandalismo y de ataque registrados durante las manifestaciones en la capital del país, en el estado de Guerrero, en Oaxaca y en otras entidades donde se han dado “chispazos de prueba”.
Sin embargo, advierte, la aplicación de la ley no debe caer en la tentación del autoritarismo. Hay muchos males que no se remedian con más problemas, sabemos por ejemplo que en México ha habido gente que es detenida en flagrancia y sin embargo queda en libertad, pero hay que entender que a las protestas, ya radicalizadas, esas detenciones les dan nuevos elementos para renovarse, para ampliarse y generar problemas todavía mayores.
Hernández Chávez surgió a la política en los duros años de las postrimerías del sanchezcelismo, cuando la sola voluntad del gobernador bastaba para mandar a los enemigos políticos para donde él escogiera: “pa’l sur, pa’l norte o pa’bajo”. Fue parte del equipo político de Alfredo Valdez Montoya, cuando la insurgencia universitaria fue enfrentada a balazos el siete de abril del 1973; estuvo en la primavera negociadora de Alfonso Genaro Calderón y en la dureza absolutista del toledato, para luego seguir en las aguas tranquilas de la modernización política de los tiempos de Francisco Labastida Ochoa, Juan Sigfrido Millán Lizárraga y Jesús Aguilar Padilla.
Con todo ese bagaje, hace un llamado que seguramente ningún otro político en el pandero se habría atrevido a hacer. Por el contrario, el gobernador López Valdez cosecha lauros por su advertencia de cárcel y encausamiento penal. A nadie se le ocurriría hacer un llamado para evitar la tentación del autoritarismo.
UN MERECIDO RECONOCIMIENTO
El libramiento tres de la ciudad, una obra esperada largamente y ejecutada no sin dificultades de toda índole, es el marco para un reconocimiento tan especial como merecido: el del maestro José Santos Parida Medina, fundador de la Escuela Secundaria Federal Guillermo Prieto y de la Escuela Preparatoria Federal por cooperación que hoy lleva el nombre de José Vasconcelos.
Al Libramiento 3 se le impondrá hoy el nombre del profesor José Santos Partida Medina, en reconocimiento a la extensa labor educativa realizada en los estados de Sinaloa y Nayarit, especialmente por lo hecho en Mazatlán, donde literalmente abrió la posibilidad de que muchachos de escasos recursos tuviesen acceso a la educación secundaria, y además lo hizo con un gran compromiso con la calidad educativa, con los valores, y con el talento necesario para coordinar a un equipo excepcional de profesores en que ninguno desmerecía ni en capacidad ni en entrega al apostolado que tuvieron en sus manos.
Miles de familias mazatlecas tenemos mucho que reconocer en don José Santos, y en su nombre a las decenas de maestros que vinieron jóvenes e ilusionados a sembrar el conocimiento. El homenaje de hoy es apenas un esbozo del agradecimiento que les tenemos.