*¿Con quiénes se alían los partidos?
*Seis años cuyo paso urge a Mazatlán
*Lo que se ha perdido en la Picachos
FRANCISCO CHIQUETE
Los partidos políticos han definido, hoy más que nunca, sus inclinaciones y aspiraciones. No se trata de candidaturas ni de propuestas especiales, aunque en cada una de aquellas iba ya una pista, sino de posiciones respecto de la propuesta de reformas, especialmente la fiscal, que ha generado tantas polémicas.
Ayer la comisión que analiza en la Cámara de Diputados las propuestas impositivas tuvo un hecho curioso: el presidente, que es de extracción panista, intentó convencer a los representantes de las otras fracciones para que votaran en contra del impuesto a los refrescos. Hay, se dijo, un acuerdo entre el PAN y la cúpula empresarial, para frenar esta propuesta, que ha sido anunciada por el gobierno como una medida para combatir a la obesidad.
El presidente de la comisión, que llegó a la Cámara de Diputados por el Partido Acción Nacional, fue presidente del Consejo Coordinador Empresarial, lo que da una idea de mcómo se van tejiendo los acuerdos entre partidos, sectores y legisladores.
Durante un buen tiempo, los observadores estaban atentos a la conformación de las bancadas del PAN y del PRI, porque en ellas, aunque también en partidos pequeños como el Verde Ecologista, se estaba dando espacios a los representantes de las grandes televisoras, identificadas como las más fuertes representantes de los poderes fácticos. La telebancada tuvo un seguimiento a fondo, pero nadie se puso a ver cómo operarían los miembros de los organismos empresariales, que desde hace rato tienen en Acción Nacional un buen canal para hacer llegar a sus prohombres a los espacios legislativos.
Por supuesto, es legítimo que los grandes empresarios busquen defender sus derechos y sus puntos de vista, pero llama mucho la atención que en un caso como el de los refrescos, que están convertidos evidentemente en un problema de salud pública, se pretenda ejercer una especie de boicot a un primero y tímido intento de control del consumo.
En realidad el cobro de un peso adicional por refresco no será suficiente para combatir el consumo desordenado en un país cuyo promedio anual de consumo supera incluso al de los Estados UInidos. Es, en efecto, una medida recaudatoria aplicada en nombre de un fin noble, pero ello no implica que deba dejarse a la industria refresquera continuar con esa libertad absoluta que tiene para inducir malos hábitos de consumo, como prácticamente todas las empresas productoras de comida chatarra.
Aquí queda absolutamente claro hacia dónde va el interés de estos grupos y personajes. Aquí se explica por qué no ha sido posible gravar de manera efectiva, disuasiva, el consumo de cigarrillos, que son otro problema muy serio para la salud pública y cuyas empresas siempre han logrado desactivar las cargas impositivas que propone el gobierno, y ahí sí que es pareja la participación de los priístas y los panistas.
Aquí quedan fuera las propuestas de campaña, las plataformas electorales, las propuestas ciudadanas. El dinero es el gran legislador, o intenta serlo, y para ello tiene las grandes ayudas que le prestan partidos y legisladores, incluyendo a los de todas las tendencias. Como para creerles en la siguiente ocasión en que vengan a vendernos su modelo de país.
UN FUTURO PROMISORIO
El ejercicio del periodismo permite el acercamiento con todo tipo de prsonas, incluyendo a aquellas que en función de su empleo se sienten en capacidad yt hasta en obligación de pintarnos el mundo de color rosa, suponiendo que sea ese el tono que prefiere la mayor parte de la gente.
La noche del lunes, el coordinador de proyectos especiales del gobierno del estado, Francisco Labastida de la Torre anunciaba la llegada a Topolobampo del primer barco que trae tubos para el gasoducto que habrá de correr entre Texas, Chihuahua y Sinaloa para traernos el gas que impulsará nuestra industrialización.
Por supuesto que ya encarrerado, anunció también que está por darse a conocer el resultado del concurso para dragar el canal de navegación, con un presupuesto de 300 millones de pesos que en esta primera etapa permitirá ampliarlo a quince metros de profundidad y ciento cincuenta de ancho.
La segunda etapa será para llevar ese calado hasta el fondo del canal, colocando las terminales del muelle fiscal, el de transbordadores y hasta el de cruceros turísticos, en sitios distintos de los actuales. Total, si con los trescientos millones vamos a poder recibir barcos con capacidad de hasta cinco mil contenedores grandes, con los doce mil millones del proyecto integral, que se complementan con otros seis mil millones de inversión privada, seremos el principal puerto comercial del Pacífico y el segundo a nivel nacional.
En seis años, dice Labastida, tendremos cristalizado todo ese proyecto incluyendo la posibilidad de un desarrollo residencial de primer mundo en la zona donde ahora están los muelles.
Exultante, Labastida adelanta que está disponiéndose a cobrar apuestas cruzadas con todos aquellos escépticos que pensaron que no se cristalizarían ni el puerto ni el gasoducto.
Seis alños parece ser el plazo mágico.
Anoche, en entrevista con el director de la Cuenca de Conagua Pacífico Norte, Saúl Sánchez Félix, empezamos por lo insuficiente de las captaciones en la presa José López Portillo, que abastece al distrito de riego en Elota, contrastando con el hecho de tener una presa llena, pero sin distrito, como la Picachos.
De ahí siguió la buena noticia de que ya está licitada la obra de construcción de los canales de riego y hasta hay dinero, aunque sólo sea para los proyectos definitivos y los caminos de penetración a las zonas donde se trabajará.
Lo mismo, sostiene, para la Presa Santa María. Si la Picachos puede irrigar unas veintidós mil hectáreas, la Santa María lo hará en veinticuatro mil, veinticinco mil, quizá, pero a ello habría que sumar la complementación del sistema Elota-Piaxtla, que permitirá superar las cien mil hectáreas, que para el sur de Sinaloa constituirían una verdadera revolución.
En seis años, dijo, todo eso estará listo.
La expectativa ya está. Nomás falta aguantar el plazo. Y que nos cumplan.
LO QUE REPRESENTA
Según las cuentas del dirigente estatal de la CNC, Germán Escobar, la canalización de los terrenos, la construcción del distrito de riego en la presa Picachos, le representaría a Mazatlán de ochocientos a mil millones de pesos, en una derrama que se generaría sólo con la siembra de maíz a precios normales.
Imagínese usted, de ochocientos a mil millones de pesos inyectados a la economía local. Los cruceros turísticos generaron unos quinientos millones en su mejor momento.
Eso es lo que estarían generando los terrenos aledaños a la presa, que son propiedad, adivinó usted, de los comuneros que se han pasado la vida peleando por los centavos más o centavos menos y que advirtieron: “cuando quieran hacer los canales, los terrenos también son nuestros”, en lugar de ver adelante, las grandes posibilidades que se les abren, y con ellos a la región entera.
No cabe duda que los liderazgos tienen capacidad para hacer la diferencia entre el progreso y el atasque de una comunidad.