EN LA GRILLA

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*Las actuales condiciones de la política

*Aarón Irízar ganó ayer el aplausómetro

*Siguen criminalizando a los asesinados

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

La doceava cumbre latinoamericana de Marketing político y gobernanza dejó muy en claro, al menos en su arranque, que la política y en el fondo también la comunicación, tienen más orientación hacia el espectáculo que hacia la propuesto y el concepto: imagen, dicción, manejo de redes, publicidad, son los componentes principales de una campaña exitosa. Lo demás sale sobrando.

Los especialistas que imparten las conferencias están evidentemente informados, saben de qué hablan y tienen un amplio bagaje que les permite establecer las rutas críticas del trabajo de divulgación y también evaluar los riesgos, enfrentar las crisis y solucionarlas, si no con ganancias, al menos con el menor daño posible.

Más aún: el inicio de la cumbre no se dio necesariamente con una conferencia, sino con una dinámica. Y vaya si hubo dinámica: el público preguntaba y el conductor respondía… si quería. O se colocaba en plan de provocador, llegando incluso a hacer eco de cada palabra o de cada frase que le planteaban. Con tan mal tino, que la muchacha en turno e interrumpida a caba palabra, quería decirle que el expositor era ya su héroe.

En el fondo quizá esa es la política en estos tiempos. David Ross, el fotógrafo de los políticos, dice que el retrato político es el elemento más importante de la campaña electoral. Seguramente tiene mucha razón, aunque aquí vivimos un ejemplo que en principio le da la razón y luego se la quita.

Alejandro Higuera Osuna, para su campaña por la diputación en el XIX Distrito, se tomó un foto justo en la crisis de su enfermedad de la piel y por supuesto, salió mal. Se le advertía la mala situación, aunque sus enemigos dijeron que sólo se había hecho un peeling. El hecho es que aparecía en mala condición.

Sin embargo, es muy difícil que el uso de una foto mejor le hubiese ayudado a descontar de manera sustancial los quince mil y fracción de votos por los que perdió.

Hoy entra la parte de gobernanza. El gobernador Mario López Valdez va a narrar la experiencia de su campaña electoral, una presentación que ya ha hecho, no sólo en los mítines o en actos públicos, sino durante un evento similar realizado en Miami. Hoy viernes, por cierto después del fútbol, le toca plantear esta historia de vida.

La asistencia es variopinta, por supuesto. Por un lado están los políticos priístas de diversas partes del estado, sobre todo de Mochis y Culiacán, del otro los panistas de Culiacán y de Mazatlán. Los regidores y funcionarios de diversos ayuntamientos. Hasta el innombrable andaba dándose baños de academia, junto con varios de los ediles de su bancada y de la de enfrente. Legisladores, candidatos ganadores y candidatos derrotados que siguen hablando de sus contrincantes y lo que sus contrincantes harían, como si la campaña todavía no se hubiera terminado, aunque ya terminó y terminó hace once meses.

AARÓN IRÍZAR, UNA

EXPRESIÓN INESPERADA

La presentación del presídium generó un elemento inesperado: los personajes fueron pasando de nombre por el micrófono, con recepciones cálidas de la asistencia, que aplaudía comedidamente a quien era mencionado. Pero cuando le tocó el turno al senador Aarón Irízar López, los aplausos se desbordaron en cantidad, amplitud geográfica y decibeles, incluyendo bravos y otras expresiones de respaldo que sorprendieron al más plantado.

Alguno quiso explicarse el fenómeno diciendo que uno de los organizadores es hermano de un colaborador del senador, pero la verdad va más allá de esa posibilidad. Una de las organizadoras principales, o enlace fundamental, es Oralia Rice, quien por cierto no milita nada con el senador Irízar. Ella es panista de tiempo completo. Hay quién sostiene que este tipo de eventos constituyen la compensación a Oralia por su no consensuada salida de la Secretaría de Turismo.

El caso es que a Irízar lo aplaudieron como no se esperaba, sobre todo para quienes se han creído que efectivamente el trabajo del legislador es de bajo perfil. Irízar, en efecto, no ha hecho escándalos ni aspavientos, pero ha mantenido un ritmo de acercamiento con grupos, cuadros y actores políticos que por lo visto le ha empezado a dar resultados. La parte fuerte del aplauso por cierto, vino de los asistentes culiches.

Otro de los aspirantes a la candidatura que se hace presente es Heriberto Galindo Quiñones, quien estará en la conferencia del gobernador, por supuesto después de haber asegurado sitio para ver el partido de la selección nacional, participando de la oleada mundialista que arrastra cualquier otro tema importante.

OTRA VEZ: A LOS DE SAN IGNACIO

LOS MATARON POR DELINQUIR

Nuevamente el procurador de Justicia del Estado se lanzó al ruedo para decir que a los doce asesinados de San Ignacio los mataron por ser delincuentes. Los detalles de sus actividades indebidas se conocen ya hasta el detalle y se cuenta hoy con muchos y muy contundentes elementos para determinar qué hicieron en su carrera delictiva.

Los muertos, dijo el procurador, formaban parte de una gavilla a la que identificvó como “Los guayaberos” o “los Betos”. Y que como parte de las labores de esa banda, daban protección a delincuentes en el terreno que controlaban y por supuesto, que estaban metidos en la producción y venta de mariguana.

Cuatro de los muertos dieron positivo el examen toxicolígico y uno de ellos era hermano del jefe de la gavilla, que tenía unos cincuenta integrantes.

Todo eso está muy bien, muy claro y por supuesto, tiene muchos visos de certeza, nomás que nos sigue faltando algo: ¿quién los mató o quiénes los mataron? ¿por qué? ¿Dónde están? ¿los van a agarrar?

El procurador Higuera Gómez no está solo, por supuesto. Hace unos días en la Ciudad de México mataron a dos jóvenes y uno de los subprocuradores capitalinos salió a tranquilizar a la sociedad explicando que los dos muertos eran narcomenudistas, lo que me imagino debe ser un gran consuelo y sobre todo, muy tranquilizador frente a un delito que quizá en otras condiciones habría sido motivo de preocupación.

Como dicen los especialistas, la victimización de las víctimas es un recurso frecuente que pretende sustituir a los resultados que no se han podido dar.