*El presidente sacudió el agua política en Sinaloa
*Un severo regaño para los productores agrícolas
*Peña Nieto; el gran solitario del Emmerald Bay
FRANCISCO CHIQUETE
El presidente Enrique Peña Nieto vino a Sinaloa a mover el agua.
Hay quienes dicen que fue un llamado de atención para advertir dónde y cuándo se tomará la gran decisión. Otros, que fue para placear al personaje.
El caso es que reparó en la presencia de su coordinador de comunicación social, David López Gutiérrez, en el presídium del evento. Explicó que no se trata de una situación cotidiana, pues normalmente los jefes de prensa no suben al presídium, pero con David se daba esta situación especial.
Pero lo fuerte estuvo en su advertencia implícita de que conoce la situación que priva en la entidad, particularmente en lo que se refiere a la grilla.
Cada vez que viene (David López) señor gobernador, los políticos sinaloenses se inquietan mucho, pero no hay razón para ello, porque David está en lo suyo, trabajando en la comunicación social y ayudando al Presidente de la República, dijo Peña Nieto, levantando no sólo un fuerte aplauso, sino murmullos y risas entre todos los asistentes, asombro en algunos como Héctor Melesio Cuen Ojeda, quien pedía a sus vecinos de asiento confirmación de lo que acababa de oír, un ceño duro en otros y expectación entre algunos miembros del presídium.
Por supuesto, el aludido, David López Gutiérrez, sonreía plenamente, aunque no podía ocultar el tono rojizo que tomó su rostro, en una ruborización extraña en alguien que tiene tanto tiempo en el servicio público y en las danzas de la política, mientras abría los brazos y las palmas en señal de disposición para lo que venga, especialmente porque en lo que decide el presidente.
Pero la sorpresa no terminó ahí: los murmullos, risas y aplausos no permitieron a muchos captar completamente el colofón del discurso: “pero nunca mates esperanza alguna, mi queridísimo gobernador”. Entonces sí se vino el desconcierto: abundaron los “qué dijo” “¿tú oíste bien?” ¿sabes a qué se refirió?”.
Las versiones de cada quien fueron moneda intercambiable y los aplausos terminaron por ahogar las dudas.
En poco más de treinta palabras, el presidente descartó una posible candidatura de su colaborador, sólo para relanzarla su modalidad de esperanza, de posibilidad concreta, en un mensaje dirigido específicamente al gobernador, con una calidez que se correspondía con el torno ligero y juguetón con que inició el discurso en esa parte específica.
Como usted puede imaginarse, este dicho generó reacciones inmediatas. Varios mazatlecos vieron la transmisión del evento de manera directa a través de TV Milenio. A otros les llegó la información gracias a los mensajes de texto que algunos asistentes enviaron de inmediato; otros por los twits de quienes quisieron ganar la primicia a través de esa red social. De inmediato empezaron a entrar llamadas a los teléfonos silenciados de doscientos y pico de asistentes al evento. Esta vez no hubo bloqueo a la comunicación telefónica, pero sí pidieron a la asistencia que pusiesen sus aparatos en modo silencioso, algo que todo mundo obedeció.
Al final no queda sino concluir que el coordinador de comunicación social de la Presidencia de la República está metido directamente en la todavía tempranera lucha por la sucesión gubernamental; que el Presidente quiso dar una muestra de que sabe bien cómo andan las cosas, y de que está en su interés “placear” a sus colaboradores en posición de alcanzar posiciones electorales.
A lo mejor era sólo una broma en el equipo, pero al expresarla como parte de su discurso, el Presidente echó a rodar uno de los elementos más fuertes que hasta ahora ha tenido el proceso político sinaloense con miras a la elección del 2016. Aunque por supuesto, un Presidente de la República no suelta nada por casualidad.
UNO DOS Y TRES, QUÉ
PASO TAN CHÉVERE
Una de las reacciones más claras fue la del diputado federal priísta Heriberto Galindo Quiñones, quien poco después del evento en la planta tratadora de aguas negras (donde el presidente se aventó otro chiste, al ofrecer brevedad en el discurso porque esas obras debieran inaugurarse a distancia por lo que pos si mismo habla. El mal olor, por supuesto). Galindo celebró la visita presidencial y sus resultados, y abordó en una charla telefónica, el pronunciamiento presidencial sobre David López.
-Me da gusto maestro, y es que ya lo hemos dicho, David y yo estamos haciendo el uno dos, y también el uno dos tres con Aarón Irízar. Es una situación que muestra la apertura del Presidente para abordar cosas, para comunicarse con la sociedad y con sus representantes, señaló el diputado, quien insistió en describirse como “feliz”.
Otros hubo que no estuvieron tan felices. Alguien que no es directamente un actor político, expresó ahí mismo su desconcierto por lo que el presidente estaba haciendo cuando al gobernador le quedan todavía dos años y dos tercios para que termine su periodo de gobierno.
DISCURSOS CLARIDOSOS
Pero el asunto relacionado con la política no fue la única muestra de cómo se manejan las cosas en el equipo presidencial.
El propio mandatario agarró “de bajada” al gobernador por una expresión en broma que hizo el mandatario estatal. Nos da mucho gusto que esté usted aquí por quinta ocasión, aunque sea de paso, porque sabemos que viene de Sonora, donde pavimentó caminos que son para los sonorenses, pero que agradecemos porque los vamos a utilizar nosotros, dijo.
El presidente dijo que le da gusto estar en Sinaloa y que ya perdió la cuenta de las visitas, aunque el gobernador la lleva muy bien y se las recuerda, pero que no es una visita de paso. Luego insistió en lo que se está haciendo, enumeró no sólo las obras de ayer, sino las que están por realizarse, como la presa Santa María, y luego las que se realizan, como el libramiento de Mazatlán, y luego insistió: y no es de paso, señor gobernador, para anunciar la presa Santa María, la elevación de bordos al canal Humaya y la carretera Culiacán-Parral.
A todos nos quedó claro: la visita no es de paso y sobre todo, la comunicación tiene que ser muy estricta en esos niveles, a diferencia de las liberalidades lingüísticas de estos terrenos costeños.
El que fue verdaderamente dudo fue el director de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld, quien se vio prácticamente obligado a autorizar una dotación adicional de agua para los productores del centro y norte de la entidad que tienen los cultivos a medias.
El funcionario federal advirtió que no se puede seguir permitiendo la irresponsabilidad en el manejo del agua y condicionó la aprobación al compromiso de que en caso de lluvias insuficientes, para el siguiente ciclo no haya agua para primer riego, todo lo cual fue aderezado con nuevas referencias a la responsabilidad yla irresponsabilidad de los productores. No es fácil sacarles nada, aunque sea para producir alimentos. Y desde su óptica, Korenfeld tiene razón.
NO HUBO ENCUENTROS
El Presidente llegó desde la tarde-noche del martes y se hospedó en el Hotel Pueblo Bonito Emmerald Bay, donde pasó la noche y buena parte de la mañana, pues su primer evento estaba programado para las once, y tuvo además un retraso.
Durante la jornada se hicieron especulaciones múltiples sobre reuniones con políticos, con empresarios, con representantes diversos, pero en realidad no hubo nada. El presidente estuvo en la villa 11 todo el tiempo, sin recibir a nadie y sin reunirse con nadie. Incluso el gobernador Mario López Valdez estuvo en libertad de hacer su propia agenda, de irse a desayunar con algunas personas para atender pendientes en el Shrimp Bucket, de donde se regresó al Emmerald Bay para acompañar al presidente a la plata tratadora, donde el alcalde Carlos Felton esperó la comitiva.
Por supuesto, Peña Nieto pasó su tiempo atendiendo asuntos del gobierno. En estos tiempos hasta los asuntos de alto nivel se atienden en donde haya una computadora con acceso a internet, y el presidente, como se sabe, es acompañado por un equipo técnico de primerísimo nivel.
UNA COMIDA PRIVADA
El presidente se fue después del abanderamiento del Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica. El secretario de agricultura, Enrique Martínez y Martínez, por su parte, encabezó una comida privada que se realizó nada menos que en la Planta de Pescados Industrializados –PINSA-, con la anfitrionía del empresario José Eleovigildo Carranza Beltrán.
Con Martínez y Martínez estuvo el subsecretario de Agricultura, Jesús Aguilar Padilla, a quien además acompañaban el delegado de Sagarpa en Sinaloa, Rolando Zubía, y el exsecretario de Administración y Finanzas, Quirino Ordaz Coppel. Quien no asistió fue el secretario de Agricultura Juan Nicasio Guerra Ochoa, que tuvo que irse a recibir a un grupo de productores que para variar, está inconforme por la situación en que se encuentran sus cosechas.