*Se les pela Felton a protestantes del predial
*Los convenientes pasillos en palacio municipal
*La CEAIPES, punto definitorio en el gobierno
FRANCISCO CHIQUETE
El alcalde Carlos Eduardo Felton González no ha sido indiferente al problema del predial. Ha consultado a todos los que ha tenido a su alcance. Ha escuchado a colaboradores, a expertos, a funcionarios de otros niveles y ha sido alertado sobre dos tipos de errores: los de catastro, que estima cobros por metros de construcción no existentes, y los de posibles errores a la hora de elaborar los recibos, corriendo sobre tasas y escalas inadecuadas.
Todo esto ha escuchado y conocido Felton. Pero no ha tomado una sola decisión para corregir.
Los primeros diez días en que tuvo posibilidad de iniciar la expedición de los recibos detuvo la acción. Era evidente que habría problemas, pero una vez vencido el segundo plazo que se dio, decidió no parar más. Fue convencido por el delegado de Catastro, Refugio Gastélum, de que no era un problema serio y de que los casos existentes podrían ser manejados sin mayor bronca.
Ayer de plano, prefirió pon er pies en polvorosa cuando un grupo que tenía audiencia se vio fortalecido por ciudadanos que estaban inconformes a las puertas del palacio municipal.
Contra toda lógica, el Parlamento Ciudadano, un grupo de cuadros de diversos partidos y de diversa procedencia, que nunca había pasado de ser un grupo de opinión, se convirtió en el coco de la autoridad municipal, que utilizó pasadizos, escaleras y corredores para no tener que enfrentar a una centena de activistas y ciudadanos molestos.
Felton, en efecto, tenía programada una audiencia con el Parlamento Ciudadano, para atender us inquietudes sobre el impuesto predial. La cita apareció programada en la agenda oficial que el alcalde hace pública, en fiel cumplimiento de la ley, en la página de internet del municipio.
Con todo y lo escabroso del tema, no parecía mucho problema atender a Aarón Flores Estrada, quien traía consigo un recibo en que le incrementan en trescientos por ciento los cuatro mil pesos de predial que pagó el año pasado. Otros dirigentes –es un movimiento de muchos generales- traían también casos particulares y uno que otro de personas comunes y silvestres, pero nada que no pudiese ser atendido civilizadamente, hasta con la cortesía de pedir los documentos y enviarlos con un propio a Catastro, para evitar una vuelta a los quejosos.
Pero a la hora de la hora, los vigilantes avisaron que el paso de los “parlamentarios” había sido identificado por personas que llevaban casos de errores en la medición catastral o en el cobro del impuesto predial y se les sumaron, alzando las voces en tono exigente, mientras subían las escaleras hacia la Sala de Cabildos.
Pero una vez ahí, una gentil empleada les explicó que no podrían pasar todos y que por cuestiones de operatividad, sólo sería recibida una comisión de cuatro representantes. Como la gentil propuesta de la gentil señorita fuese rechazada, se tomaron medidas heroicas: El general Felton optó por una retirada estratégica y abandonó la plaza, mandando decir que tenía un asunto de agenda muy urgente que le era imposible desatender.
LOS RECOVECOS ÚTILES
El despacho del presidente municipal está construido y distribuido con los criterios clásicos de la arquitectura. No es que sus líneas sean puristas. Ni Barragán ni Le Corbusier se sentirían representados en esa oficina. El clasicismo está en la distribución. Al fondo a la derecha, como debe ser, hay una puerta que conduce a los sanitarios exclusivos del alcalde, pero además, contigua, está una escalera que lleva al área de tesorería. Una vez ahí hay pasillos entre escritorios y puertas siempre abiertas, que llevan al despacho del tesorero. De ahí se puede salir al patio y tomar la camioneta oficial, o en caso de extrema urgencia, salir del edificio sobre la calle Ángel Flores.
El pasadizo se usa cuando el alcalde en turno quiere pasar inadvertido para la prensa, que siempre espera en los pasillos del segundo piso, o por simple comodidad.
Pero también se usa en casos de emergencia, como aquellas jornadas del 2002, cuando las tribus pasistas tenían rodeado el palacio en un inútil esfuerzo por evitar la defenestración. Por una puerta esquinera entró la Comisión de Diputados que negoció los últimos detalles y tomó protesta al efímero Gerardo Rosete Ramírez.
Por esos pasillos y puertas salió quien en 1989 era director de Gobierno del régimen estatal, después de hacer manita de cochi a algunos de los regidores rebeldes. Tras advertirles sobre la existencia de viejas y no tan viejas órdenes de aprehensión que podrían ser revividas u olvidadas, consiguió las firmas del acta de cabildos que ya traía elaborada, y en la que se volteaba el resultado oficial de la elección de alcalde y regidores de ese año, en beneficio de Humberto Rice García. Después del trabajo duro salió presuroso, cometiendo el error de aparecer en el patio de palacio, donde fue detectado por periodistas y líderes colonos que entonces eran priístas, pro llevaba ventaja. Sólo tuvo que apresurar el paso para alcanzar la camioneta que lo esperaba sobre la calle Cinco de Mayo.
Ayer las condiciones no eran tan dramáticas como las de aquellas fechas, pero Felton decidió usar el pasadizo. Cuando los inconformes se dieron cuenta, el munícipe ya iba en la camioneta, precedido por el vehículo de los guardaespaldas.
Cuando dábamos la nota en nuestro programa Fórmula Noticias Mazatlán, de Radio Fórmula, nos llamó una avispada radioescucha para manifestar su extrañeza: si en campaña para Felton era motivo de orgullo que a sus mítines fuera mucha gente; entre más gente juntara más gusto le daba ¿Por qué cambió ahora y no quiere hablar cuando los asistentes son muchos? ¿por qué nomás quería hablar con cuatro?
De paso, la radioescucha, a quien el cobro del predial le subió de trescientos a tres mil pesos sin haber construido nada, se dijo dispuesta a pagar por los metros de más que el municipio le atribuye, para que éste esté obligado a cumplir, construyéndole los metros que ahora no tiene. Vamos exigiendo eso mismo todos los inconformes, sugiere.
RELEVO EN LA CEAIPES
Ayer se conoció la propuesta del gobernador Mario López Valdez para ocupar la posición que está libre en la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública del Estado de Sinaloa. Se trata de Isidro Beltrán, de quien no hallamos antecedentes, y Rosy Lizárraga, actual encargada del área de acceso a la información en el gobierno del estado con Mario López Valdez, puesto que ocupó durante el sexenio anterior, con Jesús Aguilar Padilla. Antes de eso fue vocera del gobierno de Juan Sigfrido Millán Lizárraga.
Rosy participó en las tareas preparatorias para la creación de la Ley de Acceso a la Información Pública del Estado de Sinaloa. Fue un enlace eficaz entre los teóricos nacionales que traían el asunto como una nueva corriente, impulsando los llamados derechos de tercera generación.
Juan Sigfrido Millán Lizárraga se fijó la meta de constituirse en el primer estado de la República que tuviese una legislación en esa materia, y mediante un equipo de trabajo que coordinó su entonces vocera consiguió no sólo adelantarse a las demás entidades federativas, sino también al gobierno federal, que andaba en planes similares.
Su intervención fue importante para armar la infraestructura de la Ceaipes cuando fue creada, pero carecía de recursos propios porque el presupuesto ya estaba autorizado y en ejercicio cuando el Congreso aprobó el nacimiento del organismo.
Por otra parte, la decisión que tome el Congreso será muy reveladora sobre los asuntos y las filias en el grupo político gobernante.