*Desgarradoras historias de quienes vivieron la violencia en el país *Cuen denuncia que en Sinaloa “no hay separación de poderes”. *Renuncian cuatro senadores al PRI que se encamina al abismo
El Reto de la Verdad Histórica. Conocer lo que se busca en la “Comisión para la Verdad”. Y los objetivos del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico, van más allá de evitar que los excesos violentos vividos en México en la llamada “Guerra sucia”, no se vuelvan a repetir en nuestro país.
Resulta interesante que se esté Investigando y acudir directamente con los afectados, con los familiares que sufrieron la violación de sus derechos humanos y el drama y dolor que dejó la estela de asesinatos de periodistas de 1965 a 1990 en la región Noroeste-Occidente. Participar en el encuentro: “Dialogo por la Verdad” que se desarrolla en la ciudad de Guadalajara, nos permitió conocer de primera mano los testimonios de quienes vivieron en carne propia las torturas en los cuarteles militares por el solo hecho de pensar diferente al Gobierno y algunos de ellos no tener otra alternativa que tomar las armas en una lucha desigual contra el poder del Estado.
Pero también nos permitió en lo personal dar a conocer nuestra opinión en torno a los grandes riesgos que implica el ejercer el periodismo en Sinaloa.
El tema central por el que fui invitado al evento fue el testimonio en torno al asesinato del periodista Manuel Burgueño Orduño el 22 de febrero de 1988. Pero me permití abordar también el dolor, el coraje y la impotencia que provocó los asesinatos de otros compañeros periodistas como Roberto Ornelas Reyes (Turistico) reportero de espectáculos del periódico Noroeste, de Gregorio Rodríguez corresponsal de El Debate en Escuinapa, de Aarón Flores que fuera Jefe de información de El Debate en Los Mochis y de los homicidios más recientes de Javier Valdez (Rio Doce) y Luis Enrique Ramírez (El Debate). Representantes de la ONU, de la Segob y de organizaciones sociales del país estuvieron presentes.
Ahora sí, que se preocupe.Que el Gobernador Rubén Rocha Moya desde su “semanera” le haya enviado una “disculpa” a Melesio Cuen, es para preocupar.
Cuando formaba parte del gabinete rochista el líder del Partido Sinaloense en cierta ocasión y en corto le comentó a este reportero que cada vez que Rocha Moya hablaba bien de él, venía enseguida un “golpe en su contra”. Si damos por cierta esta expresión, entonces Melesio Cuen ya debe estar preparado para lo que sigue.
Por lo pronto ya están judicializados los expedientes que van en contra del Rector de la UAS Jesús Madueña, contra Melesio Cuen Díaz y otros siete funcionarios de la administración universitaria. También se han enderezado acusaciones contra el exrector Juan Eulogio Guerra que tal parece de nada le sirvió intentar “lavarse las manos” públicamente.
Acusa Cuen: No hay separación de poderes. El líder del Partido Sinaloense Melesio Cuen denunció que en Sinaloa “no existe la separación de poderes”. Son uno sólo el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial. Y de todo ese poder se esta echando mano para una persecución política contra Cuen.
Que lo lleguen a encarcelar se ve difícil, pero no imposible si uno observa el conflicto desatado. Pero hay recursos legales que se pueden hacer valer. Y tanto Cuen como el Rector Jesús Madueña y todos los funcionarios universitarios tienen recursos presentados en diversas instancias judiciales.
¿Y ahora qué dirán en el PRI?. El hecho de que cuatro senadores priistas hayan anunciado su renuncia a ese partido, es motivo suficiente para que se preocupen. Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila, Claudia Ruiz Massieu y Nuvia Mayorga, ayer hicieron públicas sus renuncias al PRI.
Un extitular de Gobernación, un exgobernador del Estado de México, una líder nacional del PRI, son gente que pesa en un partido político. Todos coinciden que resulta imposible transitar con un líder nacional priista como Alejandro Moreno.
A las renuncias de estos cuatro senadores, se sumó ayer la de la exsenadora de Sinaloa Diva Hadamira Gastelum. Y en muchos otros estados del país, las renuncias de priistas siguen sumándose a la gran desbandada.