El Sicario que Mató a Cuén. México, País de Corrupción. Morena, Peor que el PRI

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El Sicario que Mató a Cuén

En el libro «La Cuarta Transformación del Crimen Organizado», de los periodistas Ricardo Ravelo y José Luis Montenegro, en el capítulo 10, revelan algunos datos sobre el secuestro y entrega de Ismael “El Mayo” Zambada a las autoridades de los Estados Unidos de Norteamérica, y de pasada información sobre el asesinato del ex rector de la UAS, ex diputado federal y ex líder moral del Partido Sinaloense, Héctor Melecio Cuén Ojeda.

En ese libro, se afirma que Cuén Ojeda era el enlace directo entre Iván Archivaldo Guzmán, hijo del “Chapo” Guzmán, y el gobernador Rubén Rocha Moya.

En las páginas de esa obra se dice que Rocha Moya y Cuén Ojeda estaban citados en esa finca de Huertos del Pedregal el 25 de julio de 2024, pero que el gobernador nunca llegó y las cosas se salieron de control con el hijo del “Chapo”, Joaquín Guzmán López, quien utilizó esta trama para secuestrar al “Mayo” y entregarlo en EU.

En consecuencia, Cuén Ojeda fue utilizado y luego asesinado por Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias la “Perris”. La Fiscalía estatal y la General de la República tiene información al respecto, pero han mantenido en silencio las investigaciones después de un año.

 México, País de Corrupción

Ayer jueves desde la tribuna del Senado de la República, la sinaloense y legisladora de Morena, Imelda Castro, presentó la iniciativa: Ley de Protección a Personas Informantes Alertadoras y Denunciantes de Prácticas Ilegales, Antiéticas o Riesgosas para el Interés Público, en pro de periodistas, servidores públicos y ciudadanía en general, al reconocer que “urge subsanar el vacío que mantiene sin protección a quienes se atreven a denunciar y alertar sobre la corrupción” en los gobiernos.

“México ha avanzado en transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; sin embargo, aún vivimos en un país donde la verdad puede costar el trabajo, la reputación e incluso la seguridad personal”, precisó la senadora Castro, al proponer esta ley para proteger a quienes se atreven a denunciar.

El próximo martes 9 de diciembre se menciona en el calendario de la ONU como el Día Internacional en Contra de la Corrupción y, en datos del año pasado, se afirma que México ocupa el puesto 140 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, con una calificación de 26 puntos sobre 100, su peor resultado histórico. Esto lo ubica en el último lugar entre los países de la OCDE evaluados y en un lugar crítico a nivel mundial.

Incluso, la Wikipedia le da un amplio espacio en sus páginas e indica que la corrupción en México ha sido tradicionalmente señalada por muchos analistas como uno de los problemas políticos del país. Además, las encuestas a principios del siglo XXI, señalan que el grado de corrupción existente ha afectado negativamente a la legitimidad política, transparencia de la administración y eficiencia económica en cuanto a rendición de cuentas hacia el interior y exterior del país

La senadora Imelda Castro destacó que según la ENVIPE 2024, más del 92% de los delitos en México no se denuncian y apenas una décima parte de las denuncias formales recibe una respuesta satisfactoria. En el caso de la corrupción, solo el 4.8% de las víctimas decide presentar denuncia.

“Hoy presento ante esta soberanía, una iniciativa que busca llenar uno de los vacíos más profundos y más costosos de nuestro sistema democrático: la ausencia de una protección integral para quienes se atreven a denunciar lo indebido, alertar sobre la corrupción o revelar riesgos que amenazan el interés público”, destacó.

Imelda Castro hizo saber que durante los últimos años, México ha construido un andamiaje jurídico robusto en materia de responsabilidades administrativas, fiscalización y sanción de la corrupción, sin embargo, ese marco se ha concentrado en castigar a los responsables, pero no en proteger a quienes ayudan a descubrirlos.

Morena, Peor que el PRI

El uso de las masas en eventos públicos en el Zócalo de la gran ciudad de México fue un invento del PRI y durante los mandatos de los Presidentes tricolores llenaron esa gigantesca plancha de concreto frente a Palacio Nacional para que el Mandatario en turno saliera al balcón principal como si fuera la noche del 15 de septiembre para ser vitoreado con “todo el cariño y amor de su pueblo”.

Miles de priistas y gente del pueblo llegaba en cientos de camiones desde todos los rincones del país; no importaba la lejanía con tal de llegar hasta el Zócalo capitalino para aplaudirle a rabiar al Presidente en turno; la prensa les puso el mote de “acarreados”, porque, según las crónicas del pasado, llegaban condicionados a resolverles diversos problemas en sus lugares de origen, con unos pesos como pago en la bolsa y la torta bajo el brazo.

Hoy, la austeridad republicana de Morena, no permite eso y no son “acarreados”, son militantes convencidos que mañana sábado 6 de diciembre estarán, unos 300 mil dice la convocatoria, para aplaudirle y gritarle los aprendidos loas a la presidenta Claudia Sheinbaum por su primer año en el gobierno y siete, desde que López Obrador llegó a la “Silla del Águila”.

El ego, la vanidad del poder, es el mismo que con los gobiernos priistas y después panistas.

La gigantesca manifestación “de apoyo” a la Presidenta de mañana es también de desagravio a la pasada concentración del 15 de noviembre en que la Generación Z, con apoyo de numerosas organizaciones civiles, tomaron las calles principales de la ciudad de México y llenaron el Zócalo con un solo grito de freno a la violencia y regresar al México con seguridad y paz social.

El hartazgo contra los gobiernos de Morena que mantienen la impunidad ante la crimininalidad rampante en todos los estados de la República y que un claro ejemplo fue el asesinato de Carlos Manzo, ex alcalde de Uruapan, en noviembre pasado.

Hoy viernes, la presidenta Sheinbaum se reunió con su homólogo Donald Trump, dejando un hervidero de problemas sociales en México, desde los bloqueos carreteros y las aduanas del norte del país, hasta las “tomas” del recinto de la Cámara de Diputados federal hasta edificios públicos frente a la aprobación de una nueva Ley de Agua que se vuelve control político y criminaliza a los productores del campo.

Mañana sábado, la Presidenta estará en un templete en el Zócalo capitalino para el aplauso de “su pueblo”.