Pobrísimo debate Inzunza-Zamora; La dictadura de la Asipona; Desfile de motos: doblaron al alcalde
No era gratis que los críticos hablaran del PRI-Gobierno como un sistema en que se confundían partido y administración. Hoy las cosas son exactamente iguales con Morena. Uno oye al presidente conducir los temas de la campaña de su candidata, y uno oye a los candidatos hablar como si fuesen parte del gobierno, y no una fuerza que busca los votos.
Así pasó con el conflicto agrícola que estalló en Sinaloa el 27 de abril, cuando los productores maiceros tomaron casetas de cobro en las autopistas sinaloenses. Mientras el gobernador Rubén Rocha Moya esperó pacientemente a que las aguas se asentaran, pese a su evidente disgusto, el candidato segundo al Senado de la República, Enrique Inzunza Cázares, estalló en cólera y les dijo a los manifestantes hasta de qué se iban a morir, o poco menos.
En estos momentos Inzunza no es autoridad, aunque sea candidato oficialista y tenga apartada la secretaría general de gobierno por si pierde. Tiene su opinión y tiene derecho a expresarla, pero en un momento tan delicado, alguien que evidentemente tiene fuerza dentro del gobierno, debe ser cuidadoso y tratar de no atizar más el conflicto, a menos que tenga capacidad para no involucrar al gobierno, y él evidentemente no la tuvo.
Que en el movimiento hay simpatizantes de Xóchitl, es obvio. Que el equipo de la candidata aprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje potente, también: los dos eventos efectuados en el estado fueron buenos, pero pudieron ser en cualquier punto del país. Lo que destacó fue el encuentro con los que protestan, esa fue la nota nacional.
Es innegable que los productores maiceros están aprovechando el momento político para ejercer su presión. Estos momentos electorales son propicios para buscar respuestas porque ningún gobierno quiere disturbios de carácter social, y menos en un sector tan sensible como el del campo, cuyos resultados, buenos o malos, impactan a todo el resto de la economía.
Pero al candidato Inzunza le falta barrio. Toda su carrera la hizo en un ambiente cómodo, cerrado, como el Supremo Tribunal de Justicia. No es que le haya sido fácil. La grilla entre los jueces ens tan fuerte y despiadada como la de otros ámbitos, pero es siempre dentro, sin mucho interés por los asuntos de fuera. Esa ajenidad le permitió comerle el mandado a Malova para conquistar total autonomía sin rendir cuentas a nadie, y para resistir contra el gobierno de Quirino Ordaz.
Por eso desconoce las mecánicas de la protesta social y por eso no sabe distinguir entre el punto de un candidato y el de un gobernante.
Contra las estridencias de Inzunza, el gobernador Rocha Moya aceptó terminar un jaloneo que él mismo protagonizaba condicionando el diálogo a la desocupación de las casetas en carreteras, mientras los productores exigían diálogo y luego liberación de casetas. Acordaron finalmente el diálogo, se abrieron las carreteras y se llegó a acuerdos. Modestos, pero abrieron espacios de cooperación, como la promesa de “copetear” el precio base.
No es fácil encontrar una solución: el precio del maíz está muy bajo en el ámbito comercial, y el gobierno no tiene o no quiere destinar más dinero a lo que se llama “subsidios a los agricultores”, mientras los industriales del ramo mangonean precios, programas de compras y los acopiadores hacen y repiten los negocios que les dejan grandes ganancias, a veces mejores que las del propio productor.
Tan difícil es, que el gobierno del estado todavía mantiene un stock de miles de toneladas de maíz de la cosecha pasada, comprada con un crédito de tres mil quinientos millones de pesos, sin que haya mercado para que la inversión se recupere. Tres mil quinientos millones de pesos fue la deuda acumulada por el gobierno sinaloense a lo largo de su historia, hasta el periodo de Jesús Aguilar Padilla. Malova pidió otros tres mil quinientos millones de crédito “para compensar” las pérdidas generadas por las heladas del 2011”. Después se salió de todo marco con deudas directas e indirectas, sobre todo con proveedores, hasta alcanzar los 14 mil millones de pesos. Quirino pagó sus cuentas, dio un mínimo abono a lo de Malova, pero dejó viva la negra herencia malovista, que ahora le está repercutiendo a Rocha.
NO MADURÓ DEL
2021 PARA ACÁ
En este conflicto de los maiceros y del candidato de Morena, el que salió a responder fue el senador Mario Zamora, enojado porque Inzunza lo acusó de estar detrás del movimiento y de paso lo señaló por supuestamente haber incurrido en actos de corrupción como director de la Financiera Rural, donde según el candidato, otorgó créditos a familiares y amigos, que desfalcaron a la institución.
Visiblemente enojado, Zamora no se conformó con desmentir las acusaciones como las otras veces en que se le han lanzado esos señalamientos (que se recalientan en cada ocasión en que sus declaraciones o discursos molestan al morenismo). Ahora también se aventó de cabeza con insultos y acusaciones que no tiene manera de probar aunque también sean conocidas, reconocidas y hasta avaladas por muchos y por unos polémicos videos).
Los calificativos y descalificativos altisonantes, que afectan más a quien los emite en ese tono de enojo, muestran que Zamora no ha avanzado absolutamente nada desde aquellas épocas del mayo de 2021, cuando en el cierre de campaña por la gubernatura, tuvo la mala ocurrencia de mentarle la madre a un rival político.
Lo hizo con tan mal tino, que la señora era una dama de muchísima estima en Mazatlán, reconocida por su labor de apostolado educativo. Una falla garrafal que lo mostró como alguien de pocas luces para resolver los debates públicos. En justicia, hay que decir que tiempo después fue y se disculpó con el contrincante, pero eso no borró la impresión que su discurso dejó en la sociedad.
EL NUEVO
VIRREINATO
Durante este gobierno la concentración ha sido signo de los tiempos y política pública preferente.
Los servicios educativos volvieron a ser materia prácticamente exclusiva del gobierno federal, salvo que los estados puedan financiar algunas de las acciones o subsistemas. Lo mismo pasó con los servicios de salud, que tan erráticamente han manejado desde la capital del país, y muchas otras acciones del gobierno.
Pero algo que ahora llega al colmo de los colmos la actitud de la Administración del Sistema Portuario Nacional -Asipona-, que se asume como nueva instancia virreinal, con poderes omnímodos sobre cualquiera otra autoridad.
El contraalmirante Mariel Aquileo Ancona Infazón ignoró las acciones del gobierno municipal, que clausuró las obras de la famosísima y controversial tirolesa y dio luz verde para que la empresa siguiese adelante, sin cumplir con lo establecido en el Reglamento Municipal de Construcción.
El argumento es que se trata de terrenos asignados legalmente a la Asipona, y que hoy incluyen no sólo la tradicional zona marítimo terrestre, sino muchas otras que aparentemente antes no se consideraban. El problema es que aún así, no puede haber extraterritorialidad. Las leyes y reglamentos municipales tienen vigor en todo el municipio de Mazatlán, sin menoscabo de la propiedad oficial.
Al contraalmirante el artículo 115 Constitucional le quedó chiquito, y si cree usted que habrá algún alcalde, regidor o ciudadano con representatividad que vaya y le reclame a la Marina por esos excesos, se equivoca. Con los niveles de empoderamiento que tienen las fuerzas armadas, eso es impensable.
Allá por los años setenta, funcionaba en Mazatlán, como en otras ciudades del país, una Junta Federal de Mejoras Materiales, que someramente administraba a la zona federal marítimo terrestre y generaba o conseguía recursos para algunas obras. Un día, a la JFMM llegó un ingeniero de origen duranguense, don Raúl Valdez Romo, quien sacudió a la burocracia y con imaginación, voluntad y relaciones, consiguió recursos federales que aplicó en obras importantes, como un enorme colector de drenaje a lo largo de la avenida Gabriel Leyva, la pavimentación de esa rúa y el rescate de zonas muy deprimidas de la ciudad.
Por toda esa actividad, en los medios le bautizamos como “el presidente municipal federal”, lo que por cierto generaba ciertos celos en el ayuntamiento, que encabezaba don Raúl Ledón Márquez, con todo y la buena imagen que siempre tuvo.
Hoy en efecto, Ancona Infazón se comporta como un presidente municipal federal, con poderes muy por encima de los que puede presumir el alcalde Edgar Augusto González Zataráin.
LO DOBLARON
A propósito del alcalde: con muy buen tino anunció la suspensión del magno desfile de la semana de la moto, lo que fue bien recibido por el público en general. Ese desfile es impresionante de veras, un espectáculo que muy pocas veces se ve, pero paralelamente genera situaciones riesgosas, abusos y excesos que afectan a los participantes y también al público.
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Pero de repente el propio alcalde admitió que el desfile se realizara, desilusionando a quienes lo vieron como un gobernante con fuerza y voluntad.