DOMINGRILLA POR FRANCISCO CHIQUETE

0
92

Adán Augusto fue habilitado
UAS. Tan mal unos como otros
Edgar tropezó con la basura

Mucho se ha criticado a Claudia Sheimbaum por designar a Adán Augusto López Hernández como coordinador principal de su campaña electoral (lo de Ricardo Monreal y sobre todo lo de Gerardo Fernández Noroña sólo son vaciladas).

Pero no se ha percibido la gran maniobra que ahí realizó el presidente Andrés Manuel López Obrador para garantizarse una sustitución a su entera satisfacción para un caso de emergencia jurídica, política o hasta física que pudiera hacer tropezar a la doctora Sheimbaum.

Con esa incorporación a la campaña, sin un puesto oficial, Adán Augusto queda habilitado para competir en la elección presidencial.
Hay que recordar la situación emergente de 1994, cuando Luis Donaldo Colosio cayó abatido en Lomas Taurinas, Tijuana. Salinas intentó por todas las vías utilizar a alguno de sus cercanos para registrarlo como candidato sustituto, pero todos ellos estaban en puestos públicos y por tanto, inhabilitados para participar. Por ello tuvo que echar mano de Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien mandó como coordinador de campaña, más en calidad de vigilante que de posible sustituto.

Lo de Adán Augusto se facilita además porque el segundo lugar, Marcelo Ebrard, se salió del aparato en una pataleta que repite la historia de su mentor político, Manuel Camacho Solís, quien perdió la oportunidad de sustituir a Colosio porque se negó a aceptar su derrota ante el sonorense.

Por supuesto que nadie espera nada malo para Claudia Sheimbaum, pero actualmente son muchos los asegunes que pueden intervenir, incluyendo una inhabilitación jurídica por campañas adelantadas, con tal de que también se baje de la contienda a Xóchitl Gálvez por el mismo motivo, si ella sigue creciendo. Es una especulación, por supuesto, pero hoy no hay eventualidad descartable.

VA EN PETARDO, LA
SALIDA DE MADUEÑA

El rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y su comité de adquisiciones están formalmente sujetas a proceso judicial por el escándalo de las tortillas millonarias. Es la segunda imputación a Jesús Madueña Molina, de quien se decía que podía ser inhabilitado para seguir ejerciendo su cargo.

Semejantge medida no llegó a plantearse en la audiencia, sin embargo. La Fiscalía del Estado dijo que no lo ha propuesto y el juez no lo consideró necesario, al menos por el momento. Las medidas de control sobre Madueña fueron ligeras y hasta consideradas: apenas la obligación de ir a firmar ante el juzgado cada mes y medio. Ir a firmar ha sido siempre oprobioso para cualquier acusado, mucho más para un académico, pero comparado con una presunta destitución, como se ha especulado, o una detención, como se ha temido, hay una gran distancia.


La imputación formal a Madueña y al comité de adquisiciones (sobre todo a Héctor Melesio Cuen Díaz), es un avance muy importante para los propósitos del tercer piso, de echar del poder universitario al grupo que encabeza Héctor Melesio Cuén Ojeda.

A pesar de las deficiencias de la Fiscalía, este propósito va caminando y muy probablemente llegue a concretarse, pero por lo pronto se ha visto una estrategia política muy deficiente. Es notorio que el tercer piso ha apostado a la fuerza, al uso de instrumentos como la propia Fiscalía, la anuencia del Poder Judicial, y el manejo de la opinión pública, pero no al ejercicio directo y real de la política.

Durante estos días en las redes aparecieron videos de grupos que pretenden ingresar a las escuelas universitarias a llevar el mensaje anticuenista, y se les cierran las puertas para evitar que tengan contacto.

Es una triste decisión de las autoridades universitarias la de dar seguimiento a los Tigres del Norte con aquello de “ya está cerrada con tres candados y remachada la puerta negra”. Tendrían que estar abiertos al debate y apabullar a los “misioneros” con argumentos, en lugar de encerrarse.

Pero también se ve en los mismos videos, que la brigada de volanteo es de apenas seis o siete personas y que nadie en el interior los está esperando ni mucho menos se les acercan a través de las rejas, aunque sólo fuera por curiosidad. El problema es que el gobernador y su equipo no han sido capaces de construir o estimular una base social dentro de la UAS. Sus apoyos están entre los jubilados, quienes tienen mucha historia (no siempre buena), pero ya no tienen influencia entre el alumnado o la base trabajadora, ni siquiera porque ahí permanecen sus hijos trabajando (heredando plazas como en el SNTE) y sus nietos estudiando, los que no se fueron al Tec.

Pese a que dentro del férreo control cuenista hay mucha gente inconforme por el agandalle y acaparamiento de las oportunidades, no hay quien los motive y los organice. Lo que se hizo fue comprar a unos cuantos personajes que en su momento fueron destacados, pero que no han tenido decisión ni capacidad de pesar dentro de la comunidad.
Se ve que en el tercer piso les ganó la tentación de la fuerza legal por encima del despliegue de la política.

EDGAR, SU PRIMER
TROPIEZO NOTORIO
Si algo había logrado el alcalde Mazatlán Edgar González, era desactivar los escándalos y enfrentamientos que apresuraron la defenestración de Luis Guillermo Benítez Torres. Poco a poco su administración caminaba, lenta y tortuosamente por la falta de recursos y el exceso de carencias, pero sin los lamentables espectáculos que el Químico daba un día sí y el otro también.

Pero de repente los trabajadores de Aseo y Limpia se le declaran en paro y no hubo capacidad de diálogo ni mucho menos de solución. Probablemente con razón, el munícipe se dolió de que el sindicato utilice la mala situación del equipo con que se presta el servicio, para presionar por la basificación de cien trabajadores entre los que hay quienes no reúnen los requisitos contractuales, y colados como familiares del líder moral del sindicato, Jesús Osuna Lamarque.

Pero Edgar se fue sobre el pleito sin medir sus capacidades de respuesta, y ahí estuvieron muchas calles de la ciudad con el amontonadero de bolsas de basura que en las condiciones climáticas de la ciudad, pronto se convierten en focos de infección.

A Edgar le pasó lo que a Felipe Calderón, quien se lanzó a la guerra sin saber con qué contaba ni con qué contaban los de enfrente. Y en ambos casos los que perdemos somos los ciudadanos.

LIBRO PREMONITORIO
En los años 70, el escritor mexicano René Avilés Fabila lanzó su libro El Gran Solitario de Palacio, que trataba sobre la soledad que acompañó a Gustavo Díaz Ordaz después de la matanza del dos de octubre de 1968, pero que también constituía una alegoría sobre los excesos de los autócratas.

La noche de este viernes se dio una imagen estremecedora: la plancha del zócalo pletórica de gente que con vehemencia expresaba su admiración por el presidente y que además ratificaba la pasión por los símbolos del país. Pero arriba en Palacio Nacional las ventanas estaban absolutamente solas.

Las explicaciones son poco válidas: ni el costo de invitar personas, ni las diferencias personales con los miembros del Poder Judicial, justifican que la máxima fiesta nacional sea para un personaje, por muy popular que sea, cuando el país está organizado en tres poderes equivalentes que por igual representan a la sociedad.

Alguien dijo cuando se anunció que no se invitaría a representantes del Poder Judicial ni del Legislativo, que hoy más que nunca cabía aquello de “el estado soy yo”. La verdad es que fuer triste ver a un Palacio Nacional solo, únicamente porque alguien no quiere compartir la representatividad.
Andrés Manuel fue el gran solitario de palacio.

¿TIENEN ALGO QUÉ
APORTAR EN EL 2024?
Al nopal lo van a ver cuando tiene tunas. Y como ya viene la época electoral, muchos se acercan a ver si cosechan candidaturas. Los nombres son casi incontables y la cargada con Morena en este momento parece imparable, pero ¿alguno de los aspirantes se ha preguntado si tiene con qué base responder y qué aportar?
Porque hay quienes en sus propios círculos cercanos son caracterizados con la frase “no llenan ni un bocho”, pero están convencido de que sí, que van a conquistar a la comunidad para que se les entregue ciegamente.

Previo al proceso electoral de 2013, un amigo cercano del entonces alcalde Alejandro Higuera Osuna aprovechó un acto público para comentarme la necesidad de que alguien hablase con el presidente municipal y lo convenciera de desistir, pues quería ir a competir por una diputación local “y los números no le dan, no le dan y no quiere entender”.

No entendió. Había sido electo alcalde en tres ocasiones, diputado local en otras dos y aunque fue derrotado por Manuel Meléndez al disputar una diputación federal, igual llegó por la vía plurinominal. Esos antecedentes le impedían ver una realidad que meses después, Fernando Pucheta le restregó con una imagen muy gráfica: “le corté la cola al diablo”, dijo blandiendo una diabólica cola de tela.

Así hoy burócratas encumbrados que dejaron de ser; grillos que envejecieron en la grilla precisamente; empresarios que se sienten empoderados y se transforman en adalides de la sociedad, andan en la revuelta sin medir si en efecto, los números les dan. Y los que tienen números los dejan hacer y los dejan pasar, con la certeza de sus cifras.