Lo que un color provoca no ocurre de manera generalizada, puesto que en ello influye la historia personal de cada individuo.
El uso del color es un elemento que nos acompaña todos los días de nuestra vida. Éste puede, incluso, afectar nuestro comportamiento; sin embargo, le damos poca atención.
Para los especialistas es un hecho que su utilización va más allá de los aspectos visuales y tiene connotaciones tanto positivas como negativas; por lo que adquiere una gran trascendencia en la historia personal de la gente.
“En las distintas etapas del desarrollo –no únicamente cuando somos niños o adolescentes– estamos haciendo asociaciones con respecto al color”, sostuvo Florencia Gou, durante una conferencia desarrollada por Comex respecto al Día Internacional del Color, el cual se celebra este 21 de marzo.
Dichas referencias están determinadas por nuestras experiencias de vida. Por ello, quizá cierta tonalidad nos recuerde a un momento alegre o triste; sin embargo, su significación también se asocia con temas culturales. Por ejemplo, en algunas religiones se acostumbra a vestir ropa negra en un funeral, mientras que en otras se utilizan prendas en tono blanco.
Por esta misma razón, Erik Yáñez, experto en el tema, aseguró que la ‘Psicología del color’ está malentendida. Lo que este elemento provoca en las personas no siempre es lo mismo, pues ahí influye la historia de vida de cada uno. Es decir, el naranja no tiene por qué provocar hambre a toda la gente.
Sin embargo, para el especialista sí se pueden encontrar ciertos patrones que ayudan a entender cómo mediante el uso del color podemos, quizá de una forma generalizada, fomentar ciertos comportamientos y reforzar algunas actitudes.
Es claro que los colores tienen una influencia que va más allá de un aspecto solamente decorativo y se deben saber utilizar pues, incluso, podrían generar reacciones negativas. Por ejemplo, entre personas con alguna enfermedad neurológica es posible que reaccionen de forma negativa a los estímulos que producen o para quienes, solamente, los asocian a una experiencia difícil en su vida.
Erik Yáñez aseguró: “esto va más allá de lo visual y es una forma de comunicación. Si logramos entender cómo usarlo a nuestro favor podemos generar cambios muy positivos y dar mensajes más contundentes.”
También es un hecho que las asociaciones que formamos a lo largo de la vida con respecto a este aspecto pueden ir cambiando. Como sostuvo Florencia Gou “el uso del color es un estímulo que podemos asociarlo y anularlo de nuestra vida”. Es decir, quizá lo que en la infancia pudo tener una connotación negativa, en la edad adulta suceda algo que nos haga cambiar esa percepción.
Información por FORBES
