En 26 años al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps se ha visto envuelto en una serie de polémicas, en las que ha sido acusado de liderar una red de corrupción, de extorsión, de tráfico de influencias y hasta de golpizas a opositores, entre ellos un sacerdote católico. Su vida política la empezó muy joven, cuando ingresó al Partido Revolucionario Institucional en 1961, con apenas 18 años. Desde que empezó su carrera de bandido en PEMEX, consiguió su primer cargo público, cuando ocupó por primera vez un escaño en el Poder Legislativo, como lo haría de manera intermitente durante los últimos 40 años.
Entre la multitud de trapacerías que realizó, en el 2000 año en el que terminó su primer mandato como senador, su nombre salió a relucir en el escándalo de desvío de fondos a la campaña presidencial del priista Francisco Labastida Ochoa, episodio conocido como Pemexgate. Sin embargo, en 2011, sin que haya ido a la cárcel en ningún momento por el desvío de fondos de los trabajadores a los que representaba, un juez federal con sede en el Reclusorio Sur declaró prescrito el caso del Pemexgate. Para variar quedó impune.
SUS BIENES Y SUS MALES.
En su travesía se llenó de bienes robando a los trabajadores y haciendo negocios con los hidrocarburos de PEMEX: relojes de oro, viajes en sus yates, entre ellos el indomable; y aviones, autos, entre ellos un Ferrari a su hijo José Carlos. Y todos estos atracos fueron dispensados, justamente cuando empezó a discutirse la ley que penalizaría en serio la corrupción. Este Priista se sirvió con la cuchara grande, no cuando el sistema estaba corrompido, sino cuando el sistema era la corrupción, como dijera Zaid.
Después de echarlo de la dirigencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que Deschamps, considerado uno de los líderes sindicales más corruptos en México, enfrenta dos investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito y operaciones inusuales. Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, dijo que el exlíder renunció para atender indagatorias. “La decisión la tomó él para resolver su tema personal de las denuncias que tiene sobre un tema de obtención de ingresos”, argumento.
LA IMPUNIDAD, LA MALDITA IMPUNIDAD.
Y aunque fue echado por manilargo y más… él esgrimió tres razones en su casta de renuncia: 1.- reprochó que existen «supuestos liderazgos que, promovidos por quienes sueñan con el control del STPRM, les abren espacios y respaldan en inútiles intentos de interesar a los trabajadores».
2.- Hoy, por razones poco claras, no observamos la cooperación que debe existir entre trabajadores y administración para impulsar los proyectos que permitan el verdadero avance de Pemex hacia su consolidación», argumentó.
3.- Tal parece que se ha recrudecido la antigua posición de vernos como contrarios y no como complemento en la tarea de respaldar a Pemex en su compromiso histórico de ser garantía del desarrollo nacional».
Por ello, ante un escenario poco favorable para el cabal cumplimiento de mi responsabilidad como Secretario General, consciente de que mi compromiso fundamental es garantizar la estabilidad de nuestra Organización Sindical y la defensa de los derechos de los Trabajadores he decidido presentar, en términos del Artículo 37 de nuestros Estatutos Generales, al Consejo General de Vigilancia, mi renuncia al cargo de Secretario General del Comité Ejecutivo General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana», escribió.
ADIÓS A ROMERITO, ROMERITO ADIOS.
Valdría la pena que a Deschamps le dieran prisión preventiva, porque él si tiene miles de millones de pesos y aviones fugarse y desaparecer de esta justicia que sigue renkeando de una pata y media. Al parecer la lista de secretarios generales o presidentes de sindicatos los perseguirá la guadaña, tanto para cumplir las existencias del T-MEC, pero además para poner gentes de Morena para que piloteen esas agrupaciones de trabajadores. Ambos aspectos es una contradicción: habrá democracia o simplemente seguirá el sistema clientelar.