- “Estas obras se quieren inaugurar a control remoto, y ustedes saben a qué me refiero”: Enrique Peña Nieto.
- Siempre que viene David López los políticos sinaloenses se ponen inquietud.
- Entre los aromas característicos, la espera y el buen humor.
¡Sentados, sentados, órale!, fue el grito de los fotógrafos y camarógrafos de los diversos medios, cuando funcionarios, empresarios e invitados se pusieron de pie para ver mejor y tomar imágenes, del momento en que el presidente Enrique Peña Nieto, en compañía del gobernador, Mario López Valdez; inauguraron la rehabilitación y modernización de la planta de tratamientos der aguas negras, el Crestón”, donde se invirtieron en los últimos cinco años; 227 millones 39 mil pesos y que, tal parece que ahora sí, permitirá que los mazatlecos contemos con una cobertura de tratamiento del cien por ciento.
Es una planta que se ha inaugurado cinco veces, nada más.
Desde muy temprano los principales accesos a la zona donde el Ejecutivo presidiría los dos eventos: primero la inauguración de la rehabilitación del Crestón, y el botamiento del BIPO.
La calle Carnaval fue cerrada frente a la zona de ferrys, y los camiones urbanos eran obligados a retornar por la calle Playa Hermosa.
Eran de las rutas Chulavista, Prados del Sol y Sábalo Cocos; cojn la consiguiente molerstia de quienes debían de caminar el largo trecho a pie; ser revisados y cuestionados, y demostrar que iban a algún centro de trabajo.
Por la calle principal cruzan cinco unidades blancas, tipo suburban, escoltadas por dos unidades de la policía turística; alcanzándose a apreciar en una de ellas el rostro del titular de Sedeco, Aarón Rivas: Fueron regresadas en cinco minutos.
Hubo personas que pidieron permiso en el filtro para acudir a la terminar de trasbordadores a compra boletos para el Ferry: Las ventanillas se abrirán hasta la una de la tarde.
Los compañeros de los medios empezamos a hacer bola, esperando el permiso de pasar, pero intercambiando información cruzada; ya que algunos creían que el evento principal sería en dicho lugar.
Momentos más tarde, tuvimos que rodear el largo trecho que permitían los callejones que dejaba el vallado para caminar rumbo a la zona de la planta del Crestón, donde un segundo filtro, más canijo que el primero, nos obliga a detenernos.
Nos dicen que tenemos que esperar a que llegue toda la prensa oficial para poder ingresar en masa.
Justo frente a la entrada de la planta, empezaron a hacer su arribo invitados y funcionarios: Primero el delegado de Sedesol; los elementos de Radio UAS fueron desalojados para que esperaran turno. Siguió Francisco Frías Castro; el alcalde Sergio Torres a quien obligaron a caminar desde el cerro donde se va pescar o a prodigarse caricias en los atardeceres.
El desfile de unidades empezó a hacerse más continuo; y a todos se les ordenaba que acudieran a estacionarse hasta el fono. A un hijo desobediente que dejo su vehículo del año, le echaron la grúa de transito, No. 145, para llevarse su unidad y cumplir con la instrucción.
Llegó el dirigente de Canirac, seguido de don Antonio Toledo Corro, quien demostró que sigue teniendo su rating entre los presentes pero no entre los individuos que controlaban la entrada, ya que a pesar de su edad y andar apoyado en un andadera, poco les importo tenerlo cinco largos minutos de pie.
Después de Toledo, llegaron casi agarrados de la mano, los delegados metidos en la polémica de las barras: Jorge Abel López y Patricia Inzunza, de Semarnat y Profepa, respectivamente.
Siguieron Martha Tamayo, dirigente estatal del PRI, el de la CNC, Germán Escobar, Aarón Rivas; la diputada local Rosario Sánchez Zatarain, a quien obligaron a devolverse. No así a Juan Millán Pitch y su larga comitiva.
Los especiales seguían llegando y después de nefasta espera se pudo ingresar al recinto al siguiente pase de bascula; pero ya ahí, entre las bromas y los chascarrillos, en el sentido de quien podría repartir Vaporud para taponearse las fosas nasales y poder aguantar la pestilencia o el buquet de la planta; empezó la labor de pepena.
Hubo funcionarios a los que simple y sencillamente no se les permitió pasar desapercibido.
Gerardo Vargas Landeros, fue el más asediado y con total desparpajo, dijo que el asunto del uso del helicóptero de gobierno del Estado fue un asunto concluido. Reconoció la reprimenda y dijo que a el no necesitan decirle dos veces las cosas, y que entiende a la primera.
Luego desvío el tema al asunto de la Planta del Crestón, donde, dijo, tuvo el gusto de trabajar hace algunos años.
Ya desde el Corral de la Ignominia, donde a todos se pretende hacer sentir iguales; no quedo más que apechugar otra larga espera; hasta la llegada del Superstar.
Por más que dijeron que se bajaran y guardaran los celulares, nadie hizo su caso, pues el chiste de esto es tomar la foto del ídolo del momento, y demostrar que se estuvo ahí.
El evento fue fluido, muy emotivo, y con salmos, cantos y alabanzas por doquier.
En el acto, el gobernador Mario López Valdez hizo un amplio recuento de las bondades de Sinaloa, y sobre todo de Mazatlán y aprovechó para solicitar del Ejecutivo, una serie de apoyos que van desde la autorización de cien millones de metros cúbicos de agua para poder irrigar 45 mil hectáreas de sorgo, hasta impulsar a Mazatlán como un puerto moderno que permita potencializar todas las bondades del corredor económico del norte.
Por su parte, el director de Conagua, David Korenfeld, dio una amplia explicación de cómo operan y cuales son las bondades de las plantas tratadoras de aguas negras.
Finalmente, el presidente de la República, visiblemente contento, con la sonrisa a flor de piel y soltando estentórea carcajada, dijo que obras como las de la planta del Crestón, son como para inaugurarlas a distancia, como se hizo con la de Culiacán Sur, por “las razones que ustedes todos conocen y se dan cuenta”, refiriéndose a los olores que inundaban el ambiente.
Una vez finalizados los discursos, se procedió al saludo y besamanos, mientras las unidades en que se trasladaban, se estacionaban en la parte trasera de la planta para sacarlo raudamente, con rumbo al evento de la botadura del BIPO.
Decenas y decenas de asistentes buscaban desaforadamente tomarse la foto de recurso, Adelaida Ayon y Milay Quintero fueron algunas de las que no se quedaron con las ganas de contar con el testimonio grafico; mientras otro grupo de personas corría para adelantarse al próximo evento. Evento por ciento más cerrado que ostión en marea roja.
