Creyentes asisten a Tepito para celebrar a la Santa Muerte; «hace paros bien buenos»

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Enriqueta Romero es la creadora de uno de los alteres de «la niña blanca», que se ubica en Alfarería 12, y año con año, el Día de Muertos, fieles van y cumplen mandas. 

Muy al estilo del «barrio bravo», Enriqueta Romero, Doña Queta, dice que la Santa Muerte, a quien le tiene devoción desde hace 58 años, no hace milagros, «hace paros bien buenos».

Y es por eso que hace 20 años le levantó un altar afuera de su casa, en Alfarería 12 de la colonia Morelos, en el corazón de Tepito; el cual se ha convertido en uno de los lugares más concurridos por los fieles de la «Niña blanca», imagen y culto que ha sido rechazado por la iglesia católica.

Sin importarle la polémica que causa la fe a la Santa Muerte, Doña Queta, junto con miles de creyentes, conmemoran a su «flaquita» desde el 31 octubre hasta el 2 de noviembre.

En Tepito, las calles aledañas al domicilio de la señora Enriqueta se llenan de fieles con imágenes pequeñas, medianas, grandes y gigantes. Hacen filas para prenderle una veladora, dejarle manzanas, una copa de vino, cigarros, puros o cerveza, «que es lo que más le gusta».

Pero venerar a la Santa Muerte no se contrapone a la fe que se le tiene a Dios o a los santos católicos.

«Yo te voy a decir una cosa: en este altar para mí y para la mayoría de la gente que viene primero está Dios, Dios es la potencia más grande del mundo, eso jamás lo puedes dejar, yo en si no estoy peleada con nadie, yo me levanto y me persigno con Dios y me persigno con mi flaquita, voy y me acerco a mis altares y a todos les doy las gracias por un día más.

«A mí me gusta mucho ir a ver a la Virgen de Guadalupe, ir a San Juan de los Lagos, me voy a ver al Santo Niño de Atocha, o sea para mí todo es bien bonito», dijo.

-¿Y ella hace milagros?

«Bueno, Dios hace milagros y la Muerte hace paros. Dios es el que hace muchos milagros y mi flaquita hace unos paros bien buenos»

-¿Qué paros le ha hecho?

«La verdad no se lo podría decir, porque se presta a que la gente sea grosera: esa tal por cuál, como ella puso el altar… bla, bla, bla, mejor que por ellas mismas vean en realidad lo linda que es ella»

Durante la conmemoración, en el marco del Día de Muertos, sus seguidores le llevaron mariachis, banda, tríos, entre otros grupos musicales. Muchos de ellos se les ha inculcado desde pequeños el pedirle milagros a la Santa Muerte, pero todos son advertidos también que se debe cumplir lo que se le promete.

«Es castigadora»

Efrén Ortega, con 18 años de edad, lleva siete años visitando el altar para «ofrecerle su vida».

«Es muy milagrosa y siento que es milagrosa y simplemente no le prometas algo y no se lo cumplas, hay que hacer lo que prometiste, lo que sí se va a cumplir. ¿Qué pasa si no? Yo pienso que sí te puede castigar, sí es castigadora»

-¿Te ha hecho algún milagro o a tu familia?

«Sí, tenía yo un familiar enfermo y la verdad es que sí lo sacó, le pedimos mucho y si nos lo sacó adelante».

Carlos, otro fiel, fue a dar gracias y relata cómo la conoció. «Desde muy pequeño tuve un encuentro con ella, se me apareció, soñé con ella y a los pocos días me regalaron una, y yo sin pedirla me regalaron una idéntica a la que yo soñé, una negra y pues de verdad me ha sacado de muchos apuros»

«Se le viene a dar gracias a la niña blanca por todas sus milagros, sus acciones que tiene con nosotros, hay gente que lo ve desde una manera mal, como demoníaca, pero es totalmente diferente, no tiene nada que ver. A mí me ha ayudado con problemas de salud, problemas laborales y personales».

Roberto Buendía, cumple año con año una manda y llega de rodillas hasta Alfarería 12, pues asegura que la Santa Muerte lo curó de un cáncer terminal.

«Es una manda que vengo hacer cada año para darle agradecimiento de qué me dio vida, yo fui desahuciado con cáncer y le pedí a ella por medio de otra persona que me ayudara y me curó, además en muchas cosas me ha ayudado; en mi salud, en mi familia, pero sobre todo que ya llevo aproximadamente unos 17 a 18 años que me libró del cáncer, tengo mucho que agradecerle y mientras pueda voy a seguir viniendo».