La corrupción cuesta a cada mexicano un promedio de 2mil 273 pesos al año; sin embargo, el precio no se refleja solamente en dinero, sino principalmente en la imposibilidad de aspirar a tener un nivel de vida digno, explica Experto CETYS
Mexicali, B.C. a 25 de enero del 2021.-
Al igual que la mayor parte de los países del mundo, México atraviesa por un periodo complicado de crisis en los sistemas de salud y económico, derivado de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, existe otro problema que viene mermando a la nación desde hace ya varios años: la corrupción en las instituciones públicas.
La corrupción tiene consecuencias que afectan a los mexicanos en su vida cotidiana. Desde el más simple trámite administrativo hasta en la impartición de justicia, este mal aminora el nivel de vida de toda la ciudadanía. Para muestra de ello, según las más recientes cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el año 2019 la corrupción le costaba en promedio a cada mexicano la cantidad de 2 mil 273 pesos por año.
“Esta cifra puede parecer bastante para el ciudadano promedio en este país, pero el precio no se refleja solamente en dinero, sino principalmente en la imposibilidad de aspirar tener un nivel de vida digno”, consideró el Mtro. Alfonso Ocegueda Martínez, Docente de la Escuela de Derecho de CETYS Universidad Campus Mexicali.
Aunque todas las instituciones presentan altos niveles de corrupción, añadió, los mexicanos la asocian más con las de seguridad pública. Los datos del INEGI respecto a la percepción ciudadana en este tema, indican que casi una quinta parte de los actos irregulares por parte de funcionarios públicos ocurren en dicha área.
“El COVID-19 no solamente nos hizo saber que tenemos un sistema de salud pública deficiente, también reveló que la verdadera pandemia no se encuentra en esa enfermedad, sino en la corrupción, un problema que ocasiona más pérdidas económicas que cualquier crisis global, y que a su paso deja más muerte que cualquier virus”, opinó el académico.
Una encuesta realizada en abril del 2018 por la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), en conjunto con algunos medios de comunicación, demostró que casi tres de cada diez mexicanos admitieron abiertamente haber realizado algún acto de corrupción, como lo es la llamada mordida para evitar sanciones, o dar dinero a funcionarios públicos para agilizar trámites administrativos o legales.
“Esto confirma que el ciudadano es responsable de crear la cadena de corrupción que lo mantiene privado del nivel de vida que merece, y es por ello que el mexicano debe dejar de participar en estos actos de corrupción, y acudir a las autoridades que han sido creadas para combatir este mal”. Sin embargo, aunque los datos son desalentadores, no es utópico pensar en la solución de este problema.
Se requiere la conciencia y participación activa de la población para erradicar la corrupción, indicó el docente, pues aunque en el año 2016 entró en operaciones el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), con la finalidad de sancionar económicamente y hasta con prisión a los funcionarios y políticos corruptos, esta se ha ido convirtiendo en una herramienta poco útil, ya que la población no presenta las denuncias y permite que se siga actuando con impunidad.
“Aunque es un problema que se encuentra arraigado en las entrañas del sistema legal, político y social mexicano, esta que también es una pandemia comenzará a solucionarse cuando todos decidan denunciar y no formar parte de ella. Se requiere la determinación de los mexicanos, pues todo comienza desde abajo, con la más simple mordida; ahí es donde podemos empezar”, concluyó el experto.