El titular de Hacienda confía en que la recuperación sea más expedita y asegura que en 2022 México volverá al nivel prepandemia.
En su visión no hay duda. “El tema más importante para las finanzas públicas hoy es el de las vacunas”, afirma Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en entrevista.
Y da sus razones: no se puede proteger la salud de la población ni tener a la economía operando en condiciones normales hasta que “un porcentaje muy alto de mexicanos esté vacunado”.
Para controlar la pandemia causada por el covid-19 Hacienda celebró convenios con diversos laboratorios y garantizar una cobertura para 151 millones de mexicanos, es decir, más allá de los 126 millones que conforman la población actual. Según el secretario, ya se han cerrado contratos para vacunas por 32 mil millones de pesos y en las últimas semanas se pactaron convenios para recibir la vacuna rusa Sputnik V y hasta con una empresa hindú.
¿Se destinará más presupuesto para traer vacunas?, ¿de dónde saldrá el dinero?
Cuando empezamos la negociación las vacunas todavía no existían. Estaban en fase de experimentación, algunas un poquito más avanzadas. Tuvimos que hacer una especie de ‘cobertura financiera’, vía convenios (aún no podían ser contratos) con AstraZeneca, Pfizer, CanSino y la iniciativa Covax. Estos convenios que habíamos hecho debían considerar, por ejemplo, que alguna de estas vacunas no fuera exitosa, entonces teníamos que comprar más de las que podíamos necesitar.
El total asociado a estos contratos son cerca de 32 mil millones de pesos y permitieron comprar vacunas para 151 millones de mexicanos, más de los que existen. ¿Y por qué? Porque teníamos que cubrirnos si alguna no llegaba a tiempo.
Los recursos vienen de tres fuentes: de haber sido muy prudentes con el presupuesto, de que los ingresos tributarios fueron suficientemente robustos en 2020, pese a la crisis, y de recursos que estaban ociosos, sobre todo en fideicomisos, y fueron recogidos para esto.
De hecho, una parte muy importante de lo que estamos usando en la vacuna viene de los fideicomisos eliminados.
¿Y cómo va el abasto?
Tenemos vacunas para 151 millones de mexicanos, pero necesitamos que lleguen más rápido.
Es una carrera para ver qué se mueve más rápido: si los contagios en el mundo o cómo se despliegan las vacunas.
Y por eso en las últimas dos semanas y media hemos hecho algunos convenios adicionales. Uno no estaba considerado, la Sputnik V. Ya nos asignaron las de AstraZeneca y estamos haciendo una contratación adicional con una empresa hindú.
¿Aún confía en la recuperación en forma de palomita?
Ya se confirmó que fue una palomita. Hubo una caída muy abrupta de 18.7 por ciento en el segundo trimestre de 2020 y se han dado aumentos paulatinos, con una menor pendiente. Eso es algo que así se dio y no está a discusión.
También hay que considerar que la recuperación ha sido asimétrica. Hacia noviembre exportamos un poquito más que en 2019, es decir, más que en un mes sin pandemia. Por otro lado, si ves lo que pasa en el turismo, en los restaurantes, son sectores muy golpeados, porque son intensivos en contacto social.
¿Cuándo volverá la economía a niveles prepandemia? ¿y el ingreso per cápita?
Es muy sencillo, es una cuestión de álgebra aritmética. Tuvimos una caída de 8.4 por ciento, tendremos una recuperación de cuando menos 4.6 por ciento. Si tuviéramos un año parecido en 2022, ya en ese año la economía se habría recuperado.
Respecto al PIB per cápita, la población está creciendo más o menos a 1 por ciento. Eso sí hace que su recuperación sea un poco más larga. Además, el ingreso per cápita de los mexicanos no es lo mismo que el ingreso del mexicano promedio.
El ingreso del mexicano promedio depende de lo que el país genera, pero también de qué tan bien se distribuya. Y una de las cosas de las que estamos convencidos, aún antes de la pandemia, es en contribuir a que se distribuya mejor el ingreso.
Para eso apuntalamos la red de protección social mexicana, con el programa de adultos mayores, el de Jóvenes Construyendo el Futuro y otros. Todo eso permite que tengamos una distribución del ingreso más equitativa.
Para crecer se necesita inversión. ¿Qué harán para traerla y, sobre todo, dar certidumbre?
Lo que entendemos claramente es que el gobierno tiene que ayudar a detonar el gasto, es decir, si la inversión está dudosa, tenemos que ayudarla, llevarla a donde nosotros la podemos complementar. Eso está en la base del anuncio que hicimos (de proyectos de infraestructura), ya con dos etapas.
Pero lo más importante es que esos anuncios se traduzcan en hechos concretos. Hemos dado seguimiento a todas estas obras que anunciamos y te diría que van razonablemente en tiempo, se están traduciendo en construcción en infraestructura y eso genera empleos.
Viene un tercer paquete a fines de febrero, ¿hay ya algún monto de esos proyectos?
Lo estamos afinando. La razón por la que todavía no lo hemos hecho es porque no queremos que sean proyectos en abstracto, sino que estén listos para empezar. Necesitamos proyectos que se traduzcan muy rápidamente en actividad económica.
Si tuviéramos dos proyectos, un proyecto A, que es infraestructura, extraordinariamente bueno, pero se va a tardar un poco, y un proyecto B, que es un poquito menos bueno, pero genera empleos, inmediatamente vamos a optar por este segundo.
Hay mucha incertidumbre por las reformas al sector eléctrico, a la Ley Banxico y al outsourcing, ¿Han previsto los efectos, incluso en el T-MEC?
Un elemento que tenemos que hacer, y es parte del papel de la Secretaría de Hacienda, es ayudar a traducir algunas preocupaciones detrás de estas decisiones, la naturaleza de ellas y dejar tranquilos a los inversionistas.
Por ejemplo, en la Ley del Banco de México me parece que en la mente de los legisladores que plantearon esto no estaba vulnerar la autonomía, sino una preocupación legítima: cómo asegurar que las remesas que traen los migrantes, algunas de ellas en efectivo, obtengan un tipo de cambio justo.
Hicimos un estudio muy rápidamente y nos dimos cuenta de que los dólares en efectivo en el país no son de los migrantes, que los trasladan a través del sistema financiero. Están en las zonas de frontera y en las ciudades turísticas. Si los migrantes traen una proporción pequeña en efectivo, lo que hay que hacer —y lo anunciaremos esta semana— es un programa que les permita a ellos mecanismos muy seguros de transmitirlo.
¿Modificarán los contratos de las primeras rondas?, ¿qué pasará con el outsourcing?
En primer lugar, lo han dicho muchas personas en el gobierno, como la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier: no vamos a hacer ningún cambio que ponga en riesgo el tratado de libre comercio.
En segundo, hay temas que tal vez tenemos que explicar mejor, como el outsourcing. Es muy difícil pensar que en una economía avanzada, 25 por ciento de los empleados trabaje para una empresa distinta para la cual realmente está laborando.
Algo que hemos venido haciendo, y que impulsó en gran medida el Presidente, fue asegurarnos, justo para evitar eso, que no fuera de espaldas al sector privado. Hemos conversado con ellos y están conscientes que hay cosas que se tienen que corregir.
Yo me siento optimista de que de toda esta discusión resultará un conjunto de leyes que den mayor certeza a los trabajadores, donde se paguen correctamente los impuestos y la seguridad social, eso es central, que los trabajadores tengan derecho a pensión digna y servicios de salud.
Para la Ley Banxico se planteó crear un consejo Banxico-Hacienda, ¿ya lo están haciendo?
Estamos trabajando con mucha gente. Tenemos un diálogo con Banco de México, estamos trabajando con el Banco del Bienestar para generar un producto para los migrantes, tenemos un diálogo ya desde hace semanas con la Secretaría de Relaciones Exteriores y también nos hemos reunido con legisladores para entender sus preocupaciones y tratar de ver cómo se le da salida.
Pemex preocupa a las calificadoras que ven su plan de negocios poco creíble. ¿No se deberían reorganizar los recursos que van a Pemex para atender la pandemia y la salud?
A todos nos preocupa Pemex, pero hay que entender lo que representa hoy para las finanzas públicas. Ahora Pemex es menor por dos razones: producimos menos y el precio es más bajo.
Aun así, aporta al presupuesto alrededor de 4 puntos del PIB, casi 900 mil millones de pesos. El balance de Pemex se deteriora cuando le restamos lo que paga a Hacienda, porque históricamente le hemos cargado muchos ‘impuestos’, que en realidad son derechos.
Eso en realidad refleja una falta de recaudación en Hacienda. Somos un país que recauda poco y la forma en que lo sustituimos es cargándole la mano a Pemex.
Otro problema es que su deuda es muy grande respecto a otras petroleras, de 107 mil millones de dólares, es como el presupuesto de Ciudad de México de 10 años.
Tenemos que hacer dos cosas: disminuir su carga tributaria para que tenga más recursos para inversión y, de manera paulatina. buscar de dónde sustituir esos ingresos. Hasta ahora nos está resultando. Lo segundo es desapalancar a Pemex y buscar que tenga un perfil de deuda más sano.
Es un año muy retador: pandemia, elecciones, recuperación, ¿cuál es su mayor prioridad?
Efectivamente es un año muy retador pero no será peor que el pasado, será mejor. Lo primero es asegurarnos de tener un despliegue adecuado de vacunas, porque será lo mejor para la salud, para la economía y las finanzas públicas.
Segundo, tenemos que asegurarnos de que los proyectos que tenemos impacten más, con una ejecución muy rápida del gasto y generación de empleos.
Tercero, seguir manteniendo una mejor responsabilidad de las finanzas públicas.
¿Se siente optimista para lograr los tres puntos?
Sí, me siento optimista.
Información por MILENIO