Luis Molina
AMLO y un golazo tempranero: En un evento que reunió a las cúpulas de los partidos de oposición en nuestro país, la denominada alianza “Va por México” presentó el método mediante el cual buscan elegir a quien tenga la compleja labor de contender al oficialismo por la silla presidencial el próximo año.
A dicha cita asistieron la mayoría de “suspirantes”, entre quienes encontramos pocas sorpresas. En resumen, abanderados del PRD, quienes seguros deben estar que el método no les favorecerá, resabios del viejo priismo cuya carencia de legitimidad es evidente, estandartes de la sociedad civil, quienes se declararon o se declararán apartidistas y una cúpula de Acción Nacional enfrentada por el desorden que tiene, dentro del partido, su presidente Marko Cortés.
Sin embargo, más allá de evaluar los perfiles de los aspirantes presidenciales, en esta ocasión lo que llama la atención es el método elegido. La alianza, en busca de garantizar las condiciones para dotar de “piso parejo” la contienda, estructuró el proceso en tres fases: La primera, de obtención de respaldo ciudadano, que constará en la recolección de, mínimo, 150 mil firmas a través de una plataforma.
La segunda, de exposición y competencia, a través de la participación en debates y careos en encuestas y la tercera, de competencia directa, será la participación en una elección primaria. Ahora, la pregunta del millón, ¿quién será el encargado de auditar y revisar el proceso?
El frente opositor se armó un “INEito”, de corte ¿ciudadano?, que habrá de garantizar la certeza, legalidad, imparcialidad, independencia y objetividad en el marco del proceso. Lo que llama la atención es que quienes hace unos meses gritaban y marchaban por la defensa del INE como un órgano intocable e insustituible, quienes ponían en las leyes electorales la continuidad y garantía de la estabilidad democrática en México, hoy, deciden no acatarlas.
Esto supone un claro golpe dado desde Palacio Nacional, como las decenas que se les han dado en este sexenio. Una vez más MORENA demuestra que ellos son quienes marcan la pauta y que su proceso, que hace unos días era llamado una aberración anticonstitucional, hoy es legítimo porque la otra parte ya entró en pugna, hoy todos estamos inmiscuidos y la carrera presidencial está más viva que nunca, aún cuando las precampañas tendrían que iniciar hasta noviembre, como lo tuiteó el ex-consejero del INE Ciro Murayama.
Y cuestionados, seguramente, por esta acción, Marko, Alito y Jesús dirán que tienen que acatarse al momento político que vive México, que su decisión responde únicamente a nociones de realpolitik; sin embargo, con ello terminan por darle la razón al Presidente y a sus seguidores respecto a la preponderancia política sobre la estabilidad institucional. El presidente metió un golazo y la oposición, ya lo pierde desde temprano. ¿Tendrán armas para responder o se viene una goleada?
