ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ
Un grupo de intelectuales, artistas, asociaciones, académicos y activistas mexicanos y extranjeros hicieron público su apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que en diciembre de 2018 manifestó su rechazo a los mega proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, especialmente a la construcción del Tren Maya. Entre los “abajofirmantes” están por el escritor Juan Villoro, el antropólogo Gilberto López y Rivas, el escritor y académico Pablo González Casanova y los actores Daniel Giménez Cacho, Ofelia Medina y por los menos 90 personajes de la intelectualidad.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional ratificó este 1ro de enero su oposición a la construcción del Tren Maya. El subcomandante Moisés afirmó que su organización estaría dispuesta a todo para impedir el proyecto. Nos «está retando», dijo en referencia al presidente López Obrador, sin mencionar su nombre, «como que está diciendo que él tiene la fuerza y el dinero y a ver quién se opone a su mandato; pero el EZLN estaban dispuestos a todo para defender la tierra; inclusive, afirmó el comandante Moisés, que estaban dispuestos a morirse, porque la bestia se zampa de un bocado pueblos enteros, montañas y valles, ríos y lagunas, hombres, mujeres.
De inmediato el presidente le respondió al vocero del FZLN: El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que la advertencia del EZLN sobre defender con la vida sus tierras y no permitir el desarrollo del Tren Maya, es “mucha propaganda y mucha carga ideológica” que no corresponde con la realidad, por lo que dejó claro que él no es un oportunista y los indígenas no son sus enemigos. Les diría que no tienen toda la información, no se va a afectar en nada y se está respetando a las comunidades indígenas. Ya se informó sobre esto y se va a seguir informando…
II
A simple vista parecería que AMLO tiene razón, aunque algunos intelectuales han argumentado que a los Mayas les asiste la razón. Proceso 2251 y el último número de la revista de este sábado, dicen de manera resumida lo siguiente sobre este entuerto: “Como resultados de varias semanas de investigación en Yucatán, sobre lo que puede esperarse de la conStrucción del Tren Maya: las expectativas ambiciosas de los grandes grupos empresariales y el pesimismo y desaliento de la verdadera población Maya. FONATURo ya imagina, por ejemplo, crear nuevas ciudades con hoteles, comercios y viviendas alrededor de las estaciones de ese futuro sistema de Movilidad, mientras corporativos nacionales y multinacionales, del ramo de la construcción, el transporte y el turismo, ya se frotan las manos” (Proceso 2251).
Sergio Sarmiento, que es un periodista independiente, piensa que los líderes zapatistas, opositores al tren, no tengan toda la información, sino que no les interesa. Para ellos, preservar la tierra no es más que mantener las condiciones marginales de vida de los indígenas. No quieren un tren que saque productos al exterior o que lleve turistas a la zona. Son ultraconservadores. El desarrollo mismo es su enemigo. Entiendo las buenas intenciones del presidente. El Tren Maya está diseñado para convertirse en un eje de desarrollo con estaciones que servirán como centros comunitarios. Pero esas mismas virtudes son la razón del rechazo de los dirigentes del EZLN, aunque Sarmiento deplora que se haya simulado una consulta falsa para aprobar la construcción de ese “tren sin pasajeros”, canción que canto Pedro Infante.
III
Estamos ante un dilema difícil de resolver, o más bien irresuelto desde hace siglos, a saber: La posibilidad de coexistencia entre tradición y modernidad. La mediación entre ambas se ha vuelto un fantasma. En el caso que nos acusa aceptar el Tren Maya implica, para decirlo elegantemente, la proletarización de los indígenas y sus consecuentes derivas y desgracias y vivir y morir de nostalgia arrancados del ombligo que los ata a la madre tierra. Si el Tren Maya o alguna propuesta de mayor calado se cancelaran, seguramente los mayas vivirían a corto y mediano plazos con el orgullo de vivir en plena armonía con la tierra de la cual son hijos., aunque viviendo en la pobreza que los caracteriza desde hace 500 años.
Quién desenredará esta masa abigarrada de hilo. Quién podrá encontrar la mediación para que la tradición y lo moderno se conviertan en este caso -y en todos los casos- en oposiciones complementarias. Ni AMLO ni el FZLN, sino todo lo contrario.