Alberto Camacho Sarabia.
Tras 84 años y ocho mundiales disputados en suelo americano, finalmente una selección no americana logró conquistar este lado del mundo en el ámbito futbolístico, y vino de la mano de una de las mejores selecciones del mundo como lo es Alemania.
A pesar de tener un Mundial de claroscuros donde hubo grandes actuaciones así como partidos tenebrosos e inverosímiles, Alemania consigue su cuarta estrella en su historial futbolístico, y vino luego de un partido bastante discreto ante la selección de Argentina, el cual se definió en unos tiempos extras dignos para el recuerdo.
Caminos totalmente diferentes fueron los que vivieron teutones y pamperos; los ahora campeones del mundo llegaron a Maracaná con una goleada de escándalo al anfitrión, mientras que Argentina llegó de manera bastante deslucida a la catedral del fútbol brasileño y con más dudas que certezas en cuanto a su accionar, donde sus individualidades no se aparecían para nada, y el único jugador que marcaba diferencia como lo fue Ángel di María se encontraba lesionado.
El partido en tiempo regular fue bastante discreto, donde ningún equipo quería atacarse con fuerza; aunque hubo algunos destellos de buen fútbol, en los primeros quince minutos Argentina atiborró de disparos y llegadas el marco teutón, mientras que Alemania poco a poco se fue liberando del agobio argentino y empezó a dominar el partido aunque sin esa claridad y constancia que los caracteriza.
Para los tiempos extra, Alemania dinamitó el encuentro al jugar de la manera que nos tenía acostumbrados, moviendo el balón a placer, siendo ordenados y metiendo el cuerpo para cubrir el esférico, por su parte, Argentina sabía que lo
más conveniente era llegar a los penales, y fue cuando empezó a ensuciar el juego y cometer infracciones.
Sin embargo, las grandes individualidades se hacen presentes cuando más se le necesitan, y el alemán Mario Götze se hizo presente con un gol de élite que terminó por marcar la diferencia.
Argentina, pese a tener el apoyo de hasta el mismísimo Papa, no dio el ancho, puesto que con puros rezos un equipo no puede ganar encuentros, necesita de sus individualidades que marquen la diferencia, y más cuando eres una selección que vives de eso.
Lionel Messi tuvo uno de los peores años de su carrera, ni con Argentina ni con el Barcelona logró desplegar el nivel que acostumbra, y ahora con su selección firmó uno de sus peores fracasos, al no dar el ancho con la “albi” y desaparecer en los momentos de mayor apremio.
De manera increíble la FIFA le otorgó a “La Pulga” el premio al mejor jugador del mundial, lo que resulta una decisión bastante equivocada y a la vez denota la corrupción que existe en el organismo, ya que hubo por lo menos seis futbolistas que tuvieron un mejor torneo que el rosarino, es más, hasta el Gallo Vázquez mereciera más el galardón al lado del argentino.
Incluso, el propio Messi demostraba que estaba de acuerdo con la decisión del permio, ya que no lo recibió de muy buena gana.
Es así que Alemania alcanza su cuarta estrella en las Copas del Mundo, igualando a Italia en palmarés y ahora se encuentra a un campeonato de empatar a Brasil, que tiene cinco.
De acuerdo a la historia reciente, el campeón del mundo termina siendo la decepción en el mundial siguiente, Francia lo fue en el 2002, Italia lo fue en el 2010, España lo hizo este mundial, ¿Alemania?, ya veremos.
=0=
Con esto nos despedimos por hoy, aún su servidor está buscando superar la crisis post-mundial, y qué mejor manera que hacerlo con el All Star Game de la MLB, ya le hablaremos de ello.
Hasta la próxima.