Por: Alberto Camacho Sarabia.
Le Classique.
París, Francia.- Fue un domingo (04 de octubre) bastante movido en París, la ciudad acogió dos eventos importantes a nivel nacional e internacional, que paralizaron a la “Ciudad Luz” durante todo el día.
A primera hora se celebró un maratón de 10 kilómetros patrocinado por la famosa marca deportiva de la palomita, Nike pues, decenas de miles de parisinos así como extranjeros se dieron cita en la explanada del Palacio Real de París, para iniciar la prueba de resistencia física en punto de las nueve de la mañana.
Nosotros a esa misma hora por nuestra parte, nos dirigíamos al Museo del Louvre que está ubicado frente al propio Palacio Real, aprovechando que el primer domingo de cada mes la entrada es gratuita.
Mientras íbamos en metro rumbo a la estación “Musée du Louvre-Palais Royal”, pudimos encontrar personas de diversas nacionalidades que iban al maratón: filipinos, españoles, italianos, africanos, brasileños incluso, en fin, una auténtica torre de Babel los vagones del tren subterráneo.
Haciendo un paréntesis cultural en este espacio deportivo. Déjeme estimado lector-lectora decirle que el Museo del Louvre es de otra galaxia, es increíble la cantidad de obras de arte que exhibe el museo: pinturas, esculturas, frescos, vajillas, muebles, reliquias arqueológicas de Grecia, Egipto y civilizaciones americanas, mosaicos… En fin, con decirle que hasta los techos del museo tienen cosas que verle, el arte está en absolutamente todos lados.
La pintura principal del museo: “La Mona Lisa”, obra del prodigio italiano Leonardo Da Vinci, se encuentra en el pasillo principal de la primera planta dedicada a las pinturas del renacimiento italiano, en el ala denominada “Denon”, en la sala número seis, resguardada por un grueso vidrio que la protege de los elementos
que puedan dañar a la enigmática pintura; por su parte, el inmenso mural de “Las Bodas de Caná”, también pintado por Da Vinci, se encuentra en la pared opuesta a donde se exhibe la “Mona Lisa”, y es impactante el tamaño de dicha obra artística, así como la cantidad de detalles que se le pueden notar a la pintura, algo increíble.
Otra de las secciones imperdibles del Louvre es la residencia de Napoleón III, ubicada en el ala “Richelieu”, es increíble la cantidad de adornos y demás artículos decorativos de primera calidad con los que hacía su vida diaria el emperador de Francia, un pasaje en el tiempo para observar el estilo de vida de la aristocracia francesa en el siglo diecinueve que vale la pena visitar.
Pudimos recorrer el museo en cuatro horas y media, y de acuerdo al mapa que se proporciona en la entrada del museo, parece que lo recorrimos en su totalidad, sin embargo, aprovecharemos el próximo domingo 01 de noviembre para asistir de nueva cuenta, cuando la entrada vuelva a ser gratuita, ¡oigan!, son quince euros ahorrados.
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Después de un baño intelectual y sentir como nuestra inteligencia se disparó por los cielos, era la hora de regresar a casa, y fue ahí cuando recordamos que todavía faltaba un evento por vivirse en la ciudad, debido a que en el metro nos topamos con una gran cantidad de aficionados al Olympique de Marsella que se dirigían al “Parque de los Príncipes”, este domingo se jugaba “Le Classique”, el equivalente al América-Chivas en México, guardando toda proporción claro.
Las aficiones del París Saint-Germain y del Olympique de Marsella son famosas por sus pleitos que nos hacen recordar a la Guerra de Troya, violentos enfrentamientos entre ambos grupos de animación y un derroche de pasión desenfrenada son las características del PSG-OM, sin embargo, desde unos pocos años para acá, la incidencia de estos lamentables episodios ha ido a la baja, producto del esfuerzo de ambas directivas por hacer de este partido un espectáculo deportivo solamente.
El París Saint-Germain tuvo fama de ser una de las aficiones más violentas en Europa, sin embargo, desde la llegada de Qatar Investment Group, una de las prioridades de los nuevos dueños fue erradicar la violencia en las barras de animación, y hasta el momento lo han logrado, nos han platicado que hace cinco años era un suicidio meterse a las tribunas “Auteuil” o “Boulogne”, debido a que los ultras se volvían locos y peor aún si el equipo iba abajo en el marcador.
Con esos antecedentes en la mesa, el cerco de seguridad alrededor del estadio era increíblemente estricto, sin boleto no podías siquiera acercarte a la tienda que está en el inmueble, y bueno, mejor nos regresamos a casa, no había necesidad de meterse en territorio hostil, al menos no por ahora, en noviembre ahí estaremos otra vez.
Pudimos seguir el encuentro por internet, y fue un primer tiempo muy complicado para el París, luego de verse abajo en el marcador al minuto 30, un par de penaltis clarísimos por parte del “OM”, fueron la llave para encarrilar el triunfo del PSG junto a un penalti detenido por Kevin Trapp en el segundo tiempo, quien de esa manera lava su error ante el Burdeos y se ganó el perdón de la afición parisina.
Zlatan Ibrahimovic saltó a la inmortalidad al convertir los dos penaltis del partido y llegar a 110 goles con el París Saint-Germain, mismos que lo avalan como el máximo goleador histórico del equipo, superando los 109 goles del portugués Pedro Pauleta; lo increíble del sueco es que ha llegado a dicha cifra en apenas 137 partidos con la elástica de los rojiazules, mientras que Pauleta consiguió sus 109 goles en 212 partidos…¡Brutal lo de “Ibracadabra”!
Noche perfecta para el PSG, se lleva “Le Classique” y tiene un nuevo jugador histórico para sus libros.
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Con esto concluimos por hoy, el próximo sábado se viene el juego más importante del año para México, a ver si podemos ir a Copa Confederaciones.
Ya hablaremos de ello.
Hasta la próxima.