*Crujientes como galletas o buñuelos
*Nadie las hace, es herencia familiar
Luis Alonso Ulloa Moreno es un joven muy trabajador, carismático, con tres trabajos: uno de empleado, el otro de panadero de “corbatas” por la noche y vendedor de las mismas por la mañana.
Las “corbatas” están entre las galletas, los buñuelos y la banderillas por pequeñas, ricas y crujientes, con un sabor muy especial y que, como dice cierto comercial: “no puedes comer solo una” y más con café, leche o simplemente sola, como botana después o antes de una comida normal.
Luis Alonso dice que son un producto de harina muy especial, hecho desde hace años por la familia, con los tíos y hasta la fecha en que él trae la receta de cómo producirlas y hornearlas para los distintos meses porque en calor hay que ponerle la miel preparada para que no se derrita por las altas temperaturas; que el baño de dulce sea consistente y se adhiera a la harina ya cocida como “corbata de moño”. De hecho, aclara que en los tiempos de calor no las producen por las fuertes temperaturas.
El joven micro, pero muy “microempresario” que se instala todas las mañanas en una de las esquinas del mercado “Pino Suárez”, allí en una tienda Coppel, en las calles Leandro Valle y Aquiles Serdán nos explica que por las noches prepara la harina y cocina estas “galletas” en aceite medio retorcidas y hasta la mañana, ya frías, las bañas de miel y las deja secar para que no se peguen entre sí. Afirma que la miel es agridulce con azúcar y se le pone un toque de limón y naranja.
Comenta que tienen que ser crujientes como buñuelos, pero que su producto, por la figura que se le da, es una “corbata de moño” de smoking y se venden a 8 pesos. Luis Alonso dice que hay personas que se llevan hasta 20 “corbatas”.