“Ya Lloré Mucho, Ya no hay Enojo con Dios”: Nancy Edith

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*16 años de esclerosis múltiple

*Vive de la venta de jamoncillos

 

Nancy Edith Montelongo, a sus 36 años lleva 16 de su vida en la lucha contra una arterioesclerosis múltiple que la consume y dice, pese a todo, que se siente “bendecida y con una gran voluntad de seguir adelante. Ya lloré mucho, ya no hay llanto ni enojo…”

En todos estos años, no pide limosnas, aunque acepta los apoyos de los gobiernos, porque aunque ella no lo dice esos recursos son del pueblo.

Hoy, por la crisis sanitaria, la venta de jamoncillos de leche no es suficiente y tuvo que recurrir al programa de desempleo que otorga como un apoyo social el Ayuntamiento de Mazatlán.

Ella trabaja al lado de su madre en la producción de jamoncillos que los embolsan y los venden a 15 pesos por los rumbos de Aurrera del libramiento Colosio, pero la gente tiene miedo salir a la calle y hasta comprar, aunque los jamoncillos son hechos con higiene y calidad. Hoy, algunos productos no se compran por temor.

Nancy no reniega de la vida, pero acepta con resignación que su padecimiento es degenerativo y cada día se le agrava.

Dice que una vez que termine la contingencia espera a las personas que le vuelvan a comprar en su ruta de venta que llega hasta la bodega Aurrerá y el semáforo del panteón Renacimiento.

“Soy muy conocida y hasta en el periódico me han sacado; también a mi madre. Este problema me alcanzó a los 20 años, en plena juventud, es una enfermedad crónica degenerativa”, apunta para darse valor.

Qué opina de la vida, cree que ha sido injusta?, se le pregunta a Nancy.

-“Dijera son cosas de la vida; me siento bendencida, porque 20 años viví en los que podía brincar, saltar y correr; tuve una vida normal; después vinieron los problemas, aunque hoy traigo mucho ritmo”.

Está enojada con Dios?, se le insiste.

-“Al principio me entraba la desesperación; carajo a mis 20 años, en plena flor de la juventud y empezar con esta situación; cuando me entraba la desesperación le decía a mi ama que era buena psicóloga y me terapeaba; pensaba cuántas personas están peor que yo y decía: ¡Caramba Nancy!…aliviánate, relájate, no padeces lo que otras personas; palabras simples que me tranquilizaban…”

Has llorado mucho Nancy?

-“Ya no, ya no hay enojo, no hay llanto…”

Nancy no pide limosna, aunque espera que los gobiernos le ayuden dentro de los programas sociales. Dice que entregó papeles pero hasta el momento no hay respuestas a satisfacción de las autoridades.