ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.
Todos los caminos del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el caso de Emilio Lozoya llegan a Odebrecht, el conglomerado brasileño que pagó sobornos en 12 países. Sus referencias sobre la putrefacción de la clase política mexicana parten de las analogías como en prácticamente todos lados donde Odebrecht actuó ilegalmente, cayeron en desgracia funcionarios, incluidos presidentes, pero en México ningún pez gordo, hasta ahora. Ese caso le obsesiona y cree que ahí encontrará la bala de plata que demostrará la corrupción que adjudica sin matices a los gobiernos que lo precedieron y justificar con hechos sus dichos. Sin embargo, diría él, hay otros datos (El Financiero. Raymundo Riva Palacio 21/07/2020).
Lozoya negoció con la Fiscalía General que, a cambio de impunidad declararía, entre otros casos, sobre Odebrecht, donde el gobierno espera armar el mapa de cómo repartió el dinero para conseguir votos para la reforma energética y financiar campañas políticas. Pero no será fácil construir el caso sobre esas líneas, porque son falsas. O al menos es lo que resulta de la declaración ante la Fiscalía brasileña de Luis Alberto de Meneses Weyll, director de Odebrecht en México durante el tiempo de los sobornos, quien hizo un recuento pormenorizado de a quién compró y con quienes se asoció (Id). Volveremos el lunes sobre las hipótesis que enhebró este periodista en una trilogía de comumnas a partir de la llegada a México de Emilio Loyoya.
MIENTRAS TANTO DÓNDE ANDA VIDEGARAY? La semana pasada, pregunté a Videgaray si ha sido contactado por la Fiscalía General de la República (FGR), tras los alegatos de Lozoya Austin en su contra, si tiene abogado y cómo responde a las imputaciones que hace Lozoya sobre su participación en la compra de Agronitrogenados. “Desde que salí del Gobierno de México me he abstenido de dar entrevistas o publicar opiniones en medios o redes sociales. Sigo apegado a esta decisión personal, y agradezco mucho tu comprensión. Reitero mi compromiso de que cuando decida hacer públicas mis opiniones, será un gusto conversar contigo”, me respondió, reiterando lo que me había dicho cuando lo busqué recién se mudó a Cambridge, Massachusetts, en septiembre de 2019 (Noroeste. Dolia Estévez.23/07/2020).
Luis Videgaray vive en una burbuja académica, solo en un pequeño departamento a unos pasos del campus universitario, fuera de los reflectores, concentrado en su trabajo, dando clases y conferencias antes de la pandemia. Adoptó el look del desenfadado profesor con chaqueta sport y camisa de color. Viaja a la Ciudad de México a visitar a su familia, aunque no se sabe con qué frecuencia. Está en compás de espera, arropado por la institución en el altar de la ciencia estadounidense, cuyo presidente es su amigo. Se ha mantenido al margen de la grilla política que lo vuelve a poner en el ojo del huracán con la extradición de Lozoya (Id).
QUÉ ESTA HACIENDO VIDEGARAY EN EL MIT?
Dolia Estevez que Videgaray no ha caído de la gracia del Gobierno de Trump. Un documento desclasificado del Departamento de Estado de 2017, lo describe como el “arquitecto de la estrategia del acercamiento con Estados Unidos y el asesor más influyente” de Peña Nieto. Jared Kushner, su amigo y socio, le propuso recientemente la presidencia del BID, pero respondió que sólo si contara con el respaldo del gobierno de López Obrador, de acuerdo con una persona cercana, quien señaló que su relación con el jefe del Ejecutivo mexicano “no es mala” (Noroeste. Dolia Estévez.23/07/2020)
En el foro de febrero, Videgaray mostró su dominio sobre AI, tecnología definida como el desarrollo de algoritmos con datos que ayudan a tomar decisiones o predecir comportamientos. Advirtió contra el riesgo de corrupción y manipulación si AI es utilizada para espiar y manipular datos. El uso de AI se decide mediante la toma de decisiones democráticas, por lo que la “ética y moralidad” en última instancia son conceptos abstractos. “Si los datos no son claros, los algoritmos pueden conducir a conclusiones falsas… la pregunta no es sobre la tecnología, sino sobre las instituciones gubernamentales”. Habrá muchos que encuentren paradójica su advertencia sobre el uso no ético de las tecnologías. Fue el sexenio pasado el que las usó para espiar a periodistas y críticos (Id).
UN MUCHACHO RESPONDÓN
Un estudiante lo confrontó sobre su papel en Odebrecht, Pemex, Lozoya, OHL, la malversación de fondos para las campañas priistas, Monex y Soriana, en el marco de una conferencia sobre Inteligencia Artificial (AI), en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde trabaja Videgaray Caso. “Valdría la pena abordarlos en el contexto de su discurso sobre confianza y democracia, porque se me ocurre que es el enorme elefante en el cuarto”, señaló el estudiante, quien dijo llamarse “Alonso” y cursar el último año de Matemáticas (Id).
Videgaray le contestó: “Defiendo mi trayectoria y mis acciones. Obviamente, como hacedor de política, hice buenas cosas y cometí errores, pero aprendí mucho. Con gusto hablo contigo cuando quieras, la puerta de mi oficina siempre estará abierta y podemos discutirlo”, respondió (YouTube, “De los principios a la implementación: los retos de la política de AI en todo el mundo”, 21/02/2020). No fue posible encontrar al estudiante. Pero en México tampoco podemos encontrar a a Emilio Lozoya Austín, mientras el gobierno afirma que está habalando, pero seguramente no está “cantando” todavía.