Las vacunas de la Universidad de Oxford con AztraZeneca y la empresa Moderna son las dos que llevan la delantera para encontrar una probable cura contra el covid-19.
La urgencia de contar con una vacuna contra covid-19 ha acelerado a solo unos meses, los procesos que antes tomaban hasta 14 años, gracias a la secuenciación inmediata del genoma del SARS CoV-2, que ha permitido el diseño de al menos 115 proyectos de vacunas contra ese virus, 9 de ellas se encuentran en fases de investigación más avanzadas, pero llevan la delantera las vacunas de la Universidad de Oxford con AztraZeneca y la empresa Moderna, señaló Leticia Cedillo Barrón, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN.
“Hasta mayo, hay 115 proyectos de vacunas alrededor del mundo, lo cual no es malo, porque se necesita más de un candidato, más de una vacuna para que podamos resolver esta pandemia. De esos 115 existen 78 proyectos ya registrados”, señaló Cedillo Barrón en el seminario “El desarrollo de vacunas contra covid-19 a la velocidad de una pandemia”, organizado por la Sociedad Mexicana de Inmunología y la Fundación CTR, ConCiencia por México.
“El candidato de la Universidad de Oxford se encuentra en fase de prueba 2, es una vacuna que utiliza un adenovirus y que es liderado por Oxford y el Instituto Jenner. En segundo lugar, la vacuna de RNA conocida como RNA-1273 fabricada por la compañía Moderna, en colaboración con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos que se encuentra en Fase 2”, indicó la especialista.
Los ensayos clínicos de vacunas en Fase 1, involucra a menos de cien voluntarios; la Fase 2, se refiere a los ensayos para determinar la eficacia de la vacuna en grupos de entre 200 y 500 voluntarios sanos y se centra en la inmunogenicidad. Mientras que los ensayos de Fase 3 evalúan involucran a miles de personas en un estudios multicéntricos.
Estos son los proyectos que se encuentran en Fase 2
- Vacuna BNT162 de Pfizer y BioNTech que se encuentra en fase 2, y se prueba en diversos sitios de Europa y Estados Unidos.
- Vacuna inactivada del Instituto Wuhan de Productos Biológicos (Sinopharm) financiada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China.
- Proyecto BBIBP-CorV, también del Instituto Wuhan de Productos Biológicos (Sinopharm) financiada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China.
- CoronaVac desarrollado por el laboratorio chino Sinovac.
- Proyecto GX-19 desarrollado por el laboratorio coreano Genexine.
- Gam-Covid-Vac desarrollado por el Instituto de Investigación Gamaleya de Rusia, financiado por el Ministerio de Salud de Rusia.
- Ad5-Cov patrocinada por la biofarmacéutica china CanSino Biologics, desarrollada en el Hospital Tongji en Wuhan, China.
Leticia Cedillo destacó que la vacuna es un gran negocio, por ello, el mayor número de candidatos los desarrolla la industria privada. En Norteamérica, por ejemplo, 28 proyectos ya confirmados que se desarrollan por laboratorios privados, y solo 7 por la academia. En China son 9 proyectos de la industria privada y 3 públicos; en Europa son 9 de la industria y 3 de la academia; mientras que en Asia y Australia suman 10 proyectos de vacuna de la industria y 2 de la academia.
“La vacuna es un gran negocio y lo podemos ver el número de proyectos de la industria privada, pero lo importante es lograr tener una vacuna que pueda resolver la pandemia”. Destacó que en solo unos meses hay proyectos que ya se encuentran en Fase 2, debido a que se logró secuenciar el genoma del virus de inmediato.
“Qué es lo que ha permitido el desarrollo de estas nuevas plataformas, es el hecho de tener la capacidad de secuenciar los genomas que hace posible compartirlos alrededor del mundo y que con base a la secuencias se puedan diseñar muchísimas estrategias y sintetizar artificialmente muchos genes durante la pandemia, así que en las vacunas para covid-19 no ha habido fases preclínicas realmente, porque todos los esfuerzos se han tratado de dirigir hacia la Fase 1, donde se han probado en diferentes voluntarios y algunas ya se encuentran en Fase 2”, indicó la experta.
Explicó que las vacunas convencionales que tomaban años en desarrollarse utilizaban el virus completo ya sea inactivado o atenuado; mientras que en la actualidad se están desarrollando cuatro tipos de vacunas: con vectores virales; la de proteínas con adyuvantes para que la respuesta inmune sea más efectiva; las de ácidos nucleicos; con seudovirus, que no se replican pero cuando entran a una célula se ensambla la partícula viral sin genoma, por lo que no son infecciosos.
Indicó que cualquier vacuna debe inducir anticuerpos neutralizantes al SARS CoV-2 y “una respuesta celular de tipo T protectora es clave”; además, dijo que debe de haber consideraciones prácticas, como tener una vacuna a bajo costo, que sea estable, fácil de transportar.
“Que no deban tener cadena fría, que no tenga efectos secundarios, segura para que los individuos no se enfermen debido a la vacuna y también debe de proteger contra la enfermedad cuando llegue el patógeno y esa inmunidad debe ser de larga duración cuando llegue la enfermedad”.
Dijo que algunos estudios han reportado que la infección causa una inmunidad de corta duración, “no existen anticuerpos después de un mes”, lo que aún está a debate, pero se prevé que se tendrían que inmunizar de manera temporal como en el caso de la influenza.
“Toda esta información sobre la durabilidad de la respuesta está en debate, el hecho de que haya podido observar que en individuos asintomáticos la respuesta es baja y son individuos que se recuperan, pese a que se enfrentaron al mismo virus que en otros causaron enfermedad grave, y ellos se enfermaron de manera muy leve o son asintomáticos”, consideró.
Información por MILENIO