UN PERMISO BICENTENARIO PARA EL COMERCIO EN EL PUERTO

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Enrique Vega Ayala

Cronista Oficial de Mazatlán

 

Este 9 de noviembre de 2020 Mazatlán cumple doscientos años como puerto oficialmente abierto al comercio. Las Cortes de Cádiz lo incluyeron en su Decreto Centésimo Primero en una decisión por la que se reformó el esquema cerrado que mantenía la Corona Española sobre buena parte de sus costas y las de sus colonias.

Por supuesto que había tráfico comercial en estas playas antes de que se diera ese “permiso”. Los estudios arqueológicos demuestran su uso por los indígenas para esos menesteres de intercambio. La presencia de piratas y las denuncias de contrabando, durante la colonia, lo ratifican.

El decreto del 9 de noviembre de 1820 es importante por la liberación mercantil hacia el exterior que implicó en el mundo colonial. Esa reforma estaba encaminada a obtener más ingresos para la Real Hacienda y de paso tratar de arrebatarles banderas a los movimientos independentistas; pero evidentemente se aplicó tarde.

Para Mazatlán es particularmente relevante porque representa una especie de acta de nacimiento extemporánea. Constituye el primer reconocimiento oficial emitido desde una institución del Estado Español sobre la existencia del caserío y funcionamiento del puerto. En 1792 se había expedido la orden virreinal de creación del gobierno militar y político de Mazatlán, pero las atribuciones concedidas a esta instancia eran solo de seguridad sobre las despobladas costas próximas al Presidio (sede del nuevo organismo).

Cuando se dio la orden de abrir este puerto al comercio ya había habitantes permanentes aquí. Desde hacía 27 años, por lo menos, se organizaban los rondines y si bien existía una “Casa Blanca” para guarecerse, muy probablemente algunos de los propios milicianos presidiales decidieron instalarse con todo y sus familias en estos mismos terrenos, tenidos como propios de su comunidad, para cumplir mejor la tarea de vigilancia costera.

En el documento se habla de “Mazatlán de los Mulatos”, nombre que además da por sentados esos vínculos entre los soldados presidiales conocidos como mulatos y el área llamada puerto de San Félix, bajo su responsabilidad.

La Junta Gubernativa de México ratificó en sus términos la autorización de las Cortes de Cádiz el 6 de febrero de 1822 (unos meses después de la consumación de la independencia nacional). En poco tiempo se instalaron aquí un astillero, luego la aduana y hubo movimiento creciente de embarcaciones extranjeras. La zona de embarque se movió del Puerto Viejo en la Bahía de San Félix al Puerto de Ortigoza en la Playa Sur. El poblado creció y se empezó a escribir un nuevo capítulo de la historia de Mazatlán.