Tras un procedimiento legal de casi dos años, un juez ha condenado a la que ya es su ex mujer a pagarle 275.000 euros por fraude
«De repente ya no sabes qué es real y qué no, es como si hubiese estado viviendo en Matrix», explica él en el ‘Mail on Sunday’
Tras más de dos décadas de paternidad, Richard Mason, un empresario y millonario británico de 54 años, fue diagnosticado en 2016 con una fibrosis quística que, entre otras cosas, le había convertido en estéril desde el mismo momento en que nació. Su médico en Liverpool le dio, además de un diagnóstico duro de asimilar, la certeza de que los tres hijos que llevaba criando desde hacía 21 años no podían ser suyos. Ahora, tras un procedimiento legal de casi dos años, un juez ha condenado a la que ya es su ex mujer a pagarle 275.000 euros por fraude.
Kate, su ex pareja, consiguió en 2008 un acuerdo de divorcio valorado en 4,5 millones de euros además de una pensión entre otras cosas por los hijos que tenían en común. Sin embargo, durante una disputa hace ahora un par de años, ella le dejó caer que ni siquiera era el padre de los niños, lo que levantó en él las sospechas después de recibir el diagnóstico y de recordar que ella tuvo una aventura con otro hombre durante los años 90.
Un test de ADN confirmó poco después que no tenía ningún tipo de relación de parentesco ni con su hijo mayor, de 23 años, ni con los dos gemelos, de 19. «De repente ya no sabes qué es real y qué no, es como si hubiese estado viviendo en Matrix», explica él en el Mail on Sunday. «Alguien viene y te dice: ‘Todo lo que dabas por cierto no lo es y ninguna verdad es real, ni siquiera ha existido nunca. No eres padre, no eres capaz de tener hijos y tu nombre no perdurará en el tiempo».
Sin relación
Para Mason descubrir que no es padre rompió su vida «en pedazos» e incluso ha complicado su relación con los que él creía que eran sus hijos. «Todavía veo lo que hacen en Facebook y eso me parte el corazón. El mayor se graduó hace poco y yo ni siquiera fui invitado», asegura. «Tras el divorcio, su madre no paró de apretarme para que pagase más y más por ellos a pesar de que siempre cumplí con todo lo que me exigía la ley, mientras que su padre biológico no ha soltado un penique por ellos».
En el momento en que le dieron el diagnóstico de su fibrosis quística, una enfermedad hereditaria por la que había muerto su hermana mayor y que había afectado gravemente a la pequeña, creyó que el hecho de tener tres hijos descartaba esa posibilidad y probaba que el médico había cometido un error.
Por ello, y suplicándole que no le hiciese pasar por más pruebas en un momento tan complicado, Richard pidió a su ex mujer que le jurase que él era el padre de los niños o que al menos le admitiese que podía existir la posibilidad de que no lo fuera. «A pesar de lo que puedas llegar a creer lamento mucho que hayas sufrido este trastorno emocional. No importa lo que diga la ciencia, por supuesto que los niños son tuyos», le respondió ella por medio de un mensaje de texto.
Información de: El Mundo