Mazatlán, Sinaloa a 31 de agosto de 2025.-
La noche del 30 de agosto de 2025, Casa Haas abrió sus puertas para rendir tributo a una de las figuras más emblemáticas de la lírica mexicana, Ángela Peralta, conocida como El Ruiseñor Mexicano. En el aniversario luctuoso de la célebre soprano, el escenario se llenó de emoción con un concierto que evocó tanto su legado artístico como su vínculo eterno con Mazatlán.
El legado de Ángela Peralta
Nacida en la Ciudad de México en 1845, Ángela Peralta mostró desde temprana edad un talento prodigioso que la llevaría a triunfar en los grandes escenarios europeos. En 1862 debutó en la Scala de Milán, interpretando con apenas 17 años el papel de Lucia en Lucia di Lammermoor de Donizetti, consolidándose como una de las voces más prometedoras de su generación.
Su vida, sin embargo, se vio marcada por la tragedia. En 1883, durante una gira por el Pacífico mexicano, arribó a Mazatlán, ciudad que la recibió con honores. Días después, víctima de una epidemia de fiebre amarilla, la soprano falleció a los 38 años. Desde entonces, Mazatlán adoptó su memoria como parte esencial de su identidad cultural, hasta el punto de dar su nombre al majestuoso Teatro Ángela Peralta, corazón de la vida artística del puerto.
El concierto en Casa Haas
La velada estuvo a cargo de la soprano Vanessa Gama, joven intérprete mazatleca de brillante proyección internacional, acompañada al piano por Elías Esparza. Ambos ofrecieron un homenaje que recorrió las composiciones de la propia Peralta, así como obras vinculadas a su tiempo y a su legado operístico.
El repertorio interpretado incluyó: El deseo, Les larmes, Io t’amerò, La huérfana, Adiós a México, Loin de toi, Sara, Margarita, Regnava nel silenzio de Lucia di Lammermoor (Donizetti), la misma ópera que consagró a Peralta en su debut europeo.
Cada pieza se convirtió en un puente entre épocas, desde las canciones de tintes íntimos y románticos hasta la exigente aria donizettiana que retó la técnica y la expresividad de la intérprete.
El concierto no solo recordó a la diva decimonónica, sino que también reafirmó el compromiso de nuevas generaciones con el patrimonio cultural de México.
La voz de Vanessa Gama, fresca, firme y llena de matices, se convirtió en eco vivo del Ruiseñor Mexicano, renovando la memoria de Peralta para el público de hoy.
En palabras de la soprano Vanessa Gama:
“Este homenaje me ha servido muchísimo, personalmente y profesionalmente como cantante. Cantar canciones mexicanas es siempre un privilegio, pero también una gran responsabilidad, sobre todo cuando son tan poco conocidas. Mi tesis fue sobre Ángela Peralta, así que este trabajo me permitió profundizar en su vida, en su contexto social y artístico, y transmitirlo al público con fundamento. Para mí lo más valioso es ver la sonrisa de las personas, que se queden no solo con la música, sino con un aprendizaje. Eso es un gran logro que hemos hecho en equipo Elías y yo.”
La emotividad del programa, sumada a la calidez del espacio íntimo de Casa Haas, hizo de este homenaje una experiencia profundamente significativa, un recordatorio de que la ópera en Mazatlán no solo honra el pasado, sino que sigue construyendo su presente con nuevos talentos.