Cuando el Pentágono licitó el llamado contrato JEDI en marzo de 2018, lo que estaba en juego era enorme.
Era el llamado proyecto Joint Enterprise Defense Infraestructure, una plataforma de información y seguridad para trasladar la información confidencial del Departamento de Defensa a un servicio de nube permanente y encriptado.
El sistema debía atender a 3,4 millones de exigentes usuarios. Para muchos de ellos su propia vida dependía de que éste funcionara correctamente.
En lugar de compartir la responsabilidad entre varias compañías, como esperaban con ansia Oracle e IBM, el Departamento de Defensa decidió que éste sería un contrato en el que habría un solo ganador. Un proyecto, un proveedor y US$10.000 millones.
Los expertos consideraron que se trataba de una oportunidad maravillosamente «envuelta para regalo» para Amazon.
Sus Amazon Web Services (AWS) ya eran, por mucho, la mayor plataforma de almacenamiento en la nube del mundo, a la que se le había confiado los datos delicados de millones de clientes. Entre ellos, la CIA, la Agencia Central de Inteligencia.
«No tenemos favoritos», insistió Timothy Van Name, del Servicio Digital de Defensa, cuando se le atacó con una ola de críticas de la industria de la nube.
También surgió un desafío legal de Oracle, la firma de base de datos, que retrasó el proceso, pero todo parecía indicar que el contrato aterrizaría en las manos de Jeff Bezos.
Pero no fue así. Contra todo pronóstico, el Departamento de Defensa otorgó el contrato a Microsoft.
Ahora, Amazon está en un «cara a cara» con la administración de Donald Trump. La empresa presentó una demanda argumentando que el mismo presidente interfirió de manera injusta con el proceso de selección por su enemistad con Jeff Bezos, debido a que éste es dueño del diario The Washington Post.
Futuro dominio
Durante 2019, AWS ha generado US$25.000 millones en ventas, lo cual es un ingreso mucho mayor para Amazon que el que obtiene de ventas en todo América del Norte.
En ese contexto, el contrato JEDI, valuado en US$10.000 millones durante 10 años, sería una entrada significativa pero no fundamental en su hoja de balance.
Pero lo que indigna tanto a Amazon es lo que la decisión del Pentágono podría significar para contratos similares en el futuro. La empresa esperaba que su colaboración con la CIA le daría una ventaja en la licitación del JEDI. Se piensa que otros organismos gubernamentales de Estados Unidos que también necesitan modernizar sus sistemas seguirán la ruta del Pentágono.
Dan Ives, analista de Wedbush, una firma de inversiones, cree que la queja de Amazon no resultará en un cambio de postura en la decisión del JEDI.
Microsoft, que hoy controla 17% del mercado de la nube, estaría a punto de capitalizarse.
«Esto cambia el juego para Microsoft», dijo Ives en un comunicado. «Ya que esto tendrá un efecto dominó para el negocio de la nuble de la compañía durante varios años».
Se pronostica que serán más de US$1 billón en gastos en la nube en la próxima década. Esta pérdida inicial de US$10.000 podría ser increíblemente costosa.
Es una «derrota hiriente» para Amazon, según Ives.
Reexamen
Los problemas de Jeff Bezos comenzaron en julio, cuando el presidente Trump les dijo a reporteros que había escuchado que «había gente» infeliz con la forma como había sido manejado el contrato del Pentágono.
Entre esas personas había ejecutivos de Oracle, quienes habían estado ejerciendo presión agresivamente sobre el presidente, argumentando que la decisión de otorgar el JEDI a una sola compañía era una «conspiración» que crearía un monopolio de la nube.
«Estoy recibiendo quejas tremendas sobre el contrato con el Pentágono y Amazon; ellos están diciendo que no fue competitivamente licitado», declaró Trump.
«Les pediré que lo revisen más de cerca para ver lo que está ocurriendo porque he tenido muy pocas cosas en las que he recibido tantas quejas», agregó.
El 1 de agosto se anunció que la decisión sobre el JEDI estaba suspendida temporalmente.
El nuevo secretario de Defensa, Mark Esper, indicó que reexaminaría el proceso, aunque después se separó del proceso cuando se dio a conocer que su hijo había trabajado en una de las compañías que estaban compitiendo, que se cree era IBM (la cual, en ese momento, ya había sido eliminada).
El 25 de octubre se otorgó el JEDI a Microsoft.
Amazon estaba furiosa.El mes pasado, la firma presentó una apelación en una corte federal, los detalles de la cual fueron revelados por un juez esta semana.
Amazon afirma que la decisión del Pentágono no fue tomada en base a un análisis justo de capacidades, sino que fue «el resultado de una presión inapropiada del presidente Donald J Trump, que lanzó repetidos ataques públicos y tras las bambalinas para desviar el contrato de AWS y dañar al que percibe como su enemigo político – Jeffrey P Bezos».
La ira de Trump
En repetidas ocasiones el presidente Trump ha dejado clara su aversión por Amazon.
Antes de que lo eligieran, le dijo a sus simpatizantes durante la campaña electoral que le provocaría «problemas» a Amazon, y describió a la empresa como una que usa «nuestro sistema postal como chico repartidor (causando pérdidas tremendas para Estados Unidos)».
Un artículo de la revista Vanity Fair en abril de 2018 sugirió que Trump, que entonces ya estaba en la Casa Blanca, estaba preparado para usar su poder para frustrar los avances de Amazon. Y citaba a una fuente anónima «cercana» al gobierno que decía: «Trump piensa ¿cómo puedo jod***lo?».
La aversión que Trump siente por el hombre más rico del mundo se debe a que es es dueño del The Washington Post, una enorme espina clavada en el costado del presidente.
Aunque esa propiedad es una inversión personal de Bezos más que de Amazon, Trump no ve una distinción entre ambas compañías y repetidamente se refiere al diario como el «Amazon Washington Post».
En tuits, Trump calificó el contrato JEDI un «rescate financiero de Bezos». Su hijo, Donald Trump Jr. también tuiteó que Amazon estaba comprometida en «prácticas turbias y potencialmente corruptas» con las que «se le podría salir el tiro por la culata».
En su demanda, Amazon indica que estas interferencias «destruyeron» la capacidad del Pentágono de ser imparcial en su toma de decisiones.
«Cada uno de estos mensajes surgió mientras (el Departamento de Defensa) estaba evaluando las propuestas JEDI y habría sido virtualmente imposible para alguien involucrado en el JEDI ignorarlos».
Según la agencia de noticias AFP, la batalla legal no atrasará el progreso del proyecto.
«Manejaremos las acciones legales de Amazon. No puedo comentar sobre ellas en este momento», dijo el martes Ellen Lord, subsecretaria de Defensa.
«Pero por ahora les diré que actualmente estamos avanzando con el contrato JEDI», agregó.
Fuente: BBC Mundo