Trump afirma que Estados Unidos tendrá lista la vacuna contra el coronavirus “a finales de año”

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En un coloquio virtual con votantes grabado en el Monumento a Lincoln, el presidente sostiene que el tratamiento experimental con el antiviral remdesivir “va a marcar un cambio” en la crisis

Washington.-

Donald Trump defendió este domingo por la noche que la vacuna contra la covid-19, que se ha cobrado la vida de casi 250.000 personas en el mundo en apenas cuatro meses, estará lista “a finales de año”. El desarrollo de vacunas suele llevar entre un año y año y medio, en el mejor de los casos, según han advertido los científicos desde que comenzó esta crisis. Sin embargo, lo extraordinario de la pandemia, que ha desencadenado una formidable crisis humanitaria y económica global, está concentrando tantos esfuerzos que el epidemiólogo Anthony Fauci, asesor clave en el equipo de trabajo de la Casa Blanca, lo ha visto factible para principios de 2021. Trump lo ha adelantado más incluso. “Los doctores dirán ‘No deberías decir eso’, diré lo que creo. Y creo que la vamos a tener más pronto que tarde”, dijo con ligereza.

Trump hizo este pronóstico, con aire de promesa electoral, a los pies de la monumental estatua a Abraham Lincoln de Washington, un lugar santo de la historia americana, que homenajea al presidente que acabó con la esclavitud, donde mantuvo un coloquio virtual con votantes organizado por la cadena televisiva Fox, el medio de cabecera del republicano. El mandatario, que fue respondiendo a las preguntas que ciudadanos de todo el país habían enviado por vídeo, se mostró muy optimista tanto sobre el futuro de la vacuna como sobre los efectos del fármaco experimental remdesivir para pacientes con el virus, que calificó de “factor de cambio” en esta pandemia. “Creo que vamos a tener la vacuna para finales de año”, señaló, “estamos esforzándonos mucho”. “Si mira lo que está haciendo Johnson&Johnson -continuó- y muchas compañías, creo que están muy cerca”, añadió.

Trump resaltó también que la FDA, siglas en inglés de la Agencia Federal del Medicamento, “está haciendo cosas que no se habían hecho antes” como la aprobación exprés del remdesivir desarrollado por la farmacéutica Gilead. En realidad, no existen datos completos sobre la eficacia y seguridad de este producto, pero la situación de emergencia de salud pública declarada por el Gobierno permite autorizar el uso de determinados medicamentos, al no existir alternativa, aunque no cuenta con la aprobación formal del organismo. “Es un paso del 30% que luego será del 50%, es lo mismo que pasó con el sida, primera era una sentencia de muerte, pero luego encontraron algo», afirmó el presidente.

El republicano ha dejado de ofrecer ruedas de prensa diarias sobre la crisis del coronavirus, desde el estupor generado por su sugerencia de usar desinfectante para luchar contra el virus, pero ha sustituido esas comparecencias de más de una hora, marcadas por el tono de campaña electoral, por otras apariciones televisivas, como la celebrada este domingo. La puesta en escena, un lugar de tanto respeto institucional como el Monumento a Lincoln, desató muchas críticas, que Trump respondió atribuyendo la elección a la cadena Fox: “Yo dije que estaría bien, pero creo que fue una elección suya”. También se quejó del trato que recibe de los medios, llegando afirmar que le “tratan peor” que al asesinado Lincoln.

A seis meses de las presidenciales, Trump defendió su gestión de esta crisis, a pesar de que negó su gravedad hasta casi mediados de marzo, insistiendo en que su decisión de vetar a los viajeros de China desde el 31 de enero salvó miles de vidas. Aun así, elevó la predicción de muertes que van a producirse en todo el país a consecuencia de la pandemia. «Antes decía que serían 65.000, ahora digo 80 o 90.000″ dijo. Cuestionado por sus comentarios de que el balance era “un éxito histórico”, admitió que “no puede llamarse éxito”, pero que, en cualquier caso, «es mejor que el “millón o dos millones que habría habido”.

La covid-19 ha causado ya casi 70.000 muertos en Estados Unidos, con más de un millón de contagios confirmados, pero algunos Estados ya han iniciado la reapertura de la actividad económica, como Georgia, Carolina del Sur o Tennessee. Otros, como Florida, empieza a suavizar las restricciones esta semana. Mientras, se reproducen las protestas de grupos conservadores en Estados que siguen con las medidas de confinamiento, como California, Illinois o Michigan. La ralentización de la expansión de los contagios y el hartazgo del confinamiento presionan a los gobernadores para acelerar la vuelta a la normalidad, pese a los recelos de los expertos. Como guinda, el tiempo veraniego de este sábado que abarrotó los parques de ciudades como Nueva York o la capital estadounidense.

Información por EL PAÍS