Mazatlán, Sinaloa – Una tarde-noche vibrante en el centro histórico de Mazatlán se llenó de alegría y esperanza cuando tres señoras discapacitadas en sillas de ruedas recorrieron la Plazuela Machado, disfrutando de la vida y del encanto del puerto. Con una actitud positiva y contagiosa, estas mujeres demuestran que las limitaciones físicas no son barreras para disfrutar de la vida al máximo.
Un Llamado a la Acción
Durante su paseo, las señoras hicieron un llamado a todas las personas en situaciones similares: “No se queden encerrados en casa. Salgan, disfruten, den la vuelta y vivan la vida sin importar las circunstancias”. Su mensaje es claro y poderoso: la vida está llena de momentos para ser disfrutados, y nadie debe privarse de ellos.
Accesibilidad: Un Derecho, No un Privilegio
Además de su mensaje de esperanza, las señoras aprovecharon la ocasión para hacer un llamado a las autoridades locales. Señalaron la necesidad urgente de mejorar las rampas para discapacitados en las banquetas del centro histórico. “Queremos transitar a gusto, sin obstáculos. La accesibilidad es un derecho, no un privilegio”, afirmaron con determinación.
Una Llamada a la Empatía y la Inclusión
No solo se dirigieron a las autoridades, sino también a la comunidad en general. “No somos bichos raros. Somos personas normales que también disfrutan divertirse, pasearse y hasta tomarse unas cervezas bien heladas”, declararon, buscando romper con los estigmas y promover una sociedad más inclusiva y empática.
El paseo de estas tres mujeres no solo iluminó una noche en Mazatlán, sino que también encendió una luz de esperanza y fortaleza en muchas personas. Su ejemplo es un recordatorio de que, con la actitud correcta y el apoyo adecuado, todos podemos disfrutar de la belleza de la vida, sin importar las circunstancias.
