Tres Horas, Mucha Alegría y Colorido; la Niñez y Juventud en el Malecón para Recordar 113 Años de Revolución Mexicana

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*Alcalde y las “fuerzas vivas”
*Náuticos, los más aplaudidos

El alcalde de Mazatlán, Edgar Augusto González Zatarain, acompañado de las “fuerzas vivas de la ciudad”, entre autoridades civiles, militares y navales, encabezo está mañana de lunes el 113 aniversario de la Revolución Mexicana con un largo desfile de unos 40 agrupamientos, principalmente de escuelas y universidades, en poco más de tres horas, que tuvo momentos de aburrimiento y cansancio, además que el sol empezó a pegar fuerte después de las 10 de la mañana sobre uno de los más grandes y hermosos malecones del mundo.

El sabor, la alegría, el colorido, se lo pusieron el garbo de militares, marinos y náuticos, y las tablas gimnásticas y bailes de porristas y bastoneras, mientras que las bandas de guerra con el redoble de tambores y el tañer de cornetas hicieron que a muchos se les pusiera la piel chinita de emoción en esta fecha tan simbólica y en día feriado.

Miles de personas, familias completas, se dieron cita en el bello Paseo del Mar para ver desfilar a nuestra niñez y juventud. El templete oficial, con el alcalde y demás autoridades, estuvo frente al Hotel La Hacienda. Estuvieron los altos mandos del Ejército, La Marina y la Guardia Nacional; también principales funcionarios del Ayuntamiento y los regidores, por cierto la regidora Paulina Heredia del partido MC, llegó tarde 20 minutos de inicio del desfile y vistiendo un vestido blanco, corto, y unos zapatos de plataforma como de 15 o más centímetros en un color rosa de que “me ves porque me ves”.

La parada cívica-deportiva inició minutos después de las 8 de la mañana con una descubierta motora del Ejército Mexicano presidida por el contingente de personas y “abuelitos”, incluso en sillas de ruedas, del sistema municipal DIF. Enseguida ex alumnos de la famosa escuela primaria “Guillermo Prieto”, con personajes al frente como el ex alcalde Alejandro Camacho.

Luego varios agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública, después un contingente de Protección Civil, Bomberos, quienes por cierto lucieron puros carros-bomba regalados por EU o Canadá, nada del país. Después desfiló por ese templete el agrupamiento de la benemérita Cruz Roja Mexicana.

Vino el contingente de la Guardia Nacional y empezaron a aparecer “cuadros revolucionarios” con “adelitas” y “revolucionario” con rifles de madera, algunos personajes caracterizados como Francisco I. Madero, Pancho Villa, Zapata, hasta Victoriano Huerta.

Pasaron los miembros del Ejército Mexicano y en sus unidades motoras iban niños y niñas con trajes de soldados. También el contingente de la IV Región Naval y un pequeño grupo de marinos mostró sus habilidades en el combate cuerpo a cuerpo.

Después empezaron a desfilar las agrupamientos de las distintas escuelas públicas y privadas, desde primaria hasta Universidad, como la UAS, UADO, Universidad de Durango, UPSIN, UPES, ICO, Cobaes, Conalep, Cecyt, y algunas instituciones educativas privadas que nunca antes habían participado.

La Mayoría de las escuelas llevaron sus bandas de guerra y grupos de porristas, principalmente mujeres, que fueron el deleite por sus alegres bailes y tablas deportivas.

Para las 10 de la mañana, muchas personas que estaban del lado de la playa y que el sol empezó a pegar de frente se retiraron o cambiaron de lugar; el desfile cayó en un aburrimiento, pero llegaron escuelas de la UAS, algunas con grandes mantas de “Respeto a la Autonomía” y los reporteros y camarógrafos se avivaron, al igual que la gente.

Cerraron el desfile que ya estaba cruzando el tiempo de las tres horas, los jóvenes estudiantes de la Escuela Náutica Mercante, con porte de marinos y su gallarda marcha y más aún con sus pirámides y tablas gimnásticas, incluso el salto de muchachos por un aro en llamas que levantaron el ánimo de los asistentes. Fue el contingente más vitoreado y aplaudido.

Por último un grupo de charros en sus briosos y finos córceles; jinetes adultos y niños, desfilaron para concluir esta parada cívica-deportiva. El presidente de los charros se bajó de su caballo y en honor al presídium ejercitó unas “suertes” con su reata.
Metros atrás ya venía la barredora juntando la basura en el histórico Malecón de Mazatlán.