Aunque usted no lo crea, el lunes que viene un millón 200 mil alumnos regresarán a clases luego de la firma de acuerdos entre el gobierno de Chiapas y la Comisión Única Negociadora de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Y luego nos quejamos de la pésima educación en México, pero de lo que debemos indignarnos hasta la rabia es de la rampante impunidad que existe en ese y otros estados del País.
Y como para reírse a carcajadas, el gobernador chiapaneco declaró que el gobierno estatal no modificará la reforma educativa, ya que ese tema escapa de las atribuciones de la administración estatal. Al menos no la modificará públicamente, pero en lo oscurito seguramente se la pasarán por el arco del triunfo.
Pero dígase que los eternos paristas no querían nada para ellos, pues del resultado de la negociación , las partes acordaron: el respeto al sindicato, mayor infraestructura educativa, mayor equipamiento, así como uniformes y útiles escolares; es decir, se trata de fortalecer el sistema educativo estatal y apoyar a la infancia de los municipios más pobres. Sí, sí claro, los dejan 85 días sin clases, pero les consiguen uniformes. El mundo al revés.
Y por si algo faltara en este sainete, la titular de la Oficina de Servicios Federales de Apoyo a la Educación, consideró que la reposición de los días perdidos será extremadamente difícil, ya que habría de ampliarse los horarios y el ciclo escolar, además de poder afectar las vacaciones escolares. Claro que es muy difícil, si los profes no trabajan en tiempos regulares, menos lo harán en los extraordinarios.
Y por supuesto, de paso los paristas, además de afectar irremediablemente a los niños y jóvenes, también causaron severos daños casetas y oficinas federales y estatales, así como la planta de abastecimiento de PEMEX en Tuxtla Gutiérrez. Pero los profes paristas, tan buenos para enseñar reglas de higiene cuando se les ocurre trabajar, generación de 285 toneladas de basura en la capital del estado y, por si todo lo anterior fuera poco, produjeron la pérdida de más de 100 millones de pesos a muchas empresas chiapanecas.
Pero todavía después de todos los estropicios causados, todavía Rogelio Trujillo, delegado de la CNTE, señaló que este regreso a clases es un receso – óigase bien: un receso- para continuar con las protestas magisteriales en cuanto a la reforma educativa y el resto de iniciativas contempladas en las reformas estructurales, entre estas la energética. ¿Y si van seguir en las movilizaciones, para qué quieren entonces los uniformes escolares para los niños? ¡Ah, Raza¡
Cría ojos y te sacarán los cuervos.