Tercera Llamada…*¿Premios o fraudes?

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Ismael Estrella Guerrero

“Hola ¡Qué bueno que nos responde!: Le estamos hablando de la ciudad de Toluca, sede de nuestra compañía Telefónica Empresarial y le invitamos a que forme parte del grupo afortunado que contará con el doble de saldo en su número celular. Tenemos un programa que le ayudará a duplicar lo que tiene de dinero en su teléfono. Para acceder a ello solo tiene que pasar una pequeña prueba…”

Es la segunda ocasión que recibía la llamada de la misma supuesta compañía.

A todas luces se notaba la triquiñuela.

Había que seguir el juego para ver hasta donde llegaban.

No más faltaba que me engatusaran. En fin.

Es muy común que los aparatos telefónicos y el internet sean de los principales factores que se prestan al fraude.

Hay mucha gente que por sus propias necesidades económicas se creen todo lo que le dicen y al final de cuenta sale perdiendo más. 

La llamada que recibí fue hecha de un aparato que marcaba lada del Distrito Federal. 

La voz se escucha decidida.

Se nota que es del sexo femenino pero con  la acentuación clásica de la gente del sur de Sinaloa.

Y me puse a pensar en aquella desfasada ley “Malova” que ingresó al Senado de la República que se suponía detectaría todos los números telefónicos para conocer su procedencia y poder actuar en caso de alguna acción ilícita. No duró mucho.

 Para muchos es una quimera que se convierte en verdad el hecho de que alguna empresa que sea capaz de competir contra el consorcio de comunicaciones más poderoso del país, Teléfonos de México, pueda darles mejores opciones.

El mensaje continúa:
«Para acceder a nuestro sistema  solamente hay que pasar un requisito, ¿tiene con que apuntar?, anote el siguiente número y aplique una tarjeta de $500.00 pesos para que en seguida comience a disfrutar de este beneficio”.

La primera vez que me hablaron, me pidieron únicamente el número de teléfono. 

Ahora ya son más atrevidos. ¡Quieren que les des el número de la tarjeta telefónica!

Esto dio paso a la decepción.

A todas luces se notaba la transa.

El problema es que aún hay gente que se las cree y cae en el garlito.

La necesidad es mucha.

Se quedan con la idea de que al fin obtendrán beneficios luego de tantos golpes recibidos a su economía: Impuestos, falta de empleos, pocas oportunidades de crecimiento, robos, asaltos, inseguridad, violencia. Épale, mejor le paro.

La realidad es más cruda.

Se suma a uno más de los timos que se cometen a diario.

Cuando quieren reaccionar ya es muy tarde.

Y no hay manera de revertir el efecto que trae consigo.

Al final de cuentas, la coartada de los truhanes es la misma, ya que si la primera vez pedían solamente un número telefónico, ellos a su vez proporcionaban otro que era justamente donde podían interceptar.

La segunda ocasión fue muy burda al pedir de plano los dígitos de la tarjeta.

El truco se da cuando transmiten determinado número que tienen que marcar, para poder hacer uso posteriormente de el.

Pese a las recomendaciones que las autoridades  ofrecen, la gente continúa cayendo en las sinverguenzadas y son  presa fácil de quienes aprovechan el descontento y la «inocencia» para hacer de las suyas.

Existen otros trucos, como el de informar por teléfono también que han sido agraciados con un premio en efectivo, que de acuerdo a los mecanismos que aplican en diferentes tiendas del país, resultaron ganadores, pero para ello es necesario que envíen el número de su tarjeta de crédito para poder depositarles.

Desde luego que este resulta irrisorio, por lo ingenuo.

Sin embargo ocurre lo mismo.

Todavía hay quienes caen.

Y es que la penuria es mayor que la prudencia.

El pueblo quiere tener el  milagro de que las cosas se den de manera favorable.

Pues pobres.  

 

ismael.estrella@live.com.mx