Tercera Llamada… Septiembre, mes patriótico

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Ismael Estrella Guerrero

¿Quién le pondría a Septiembre mes de la patria?

Ya sé que me arriesgo a que más de un “nacionalista” me miente la madre y me llame apátrida por poner en entredicho el adjetivo, por aquello de que tenemos que seguir las reglas que hace mucho tiempo fueron impuestas para tal acontecimiento.

Sin embargo, no podemos quedarnos callados sin cuestionar para saber qué originan las cosas, en este caso, ponerle calificativo a todo cuanto se le ocurra a las autoridades en turno.

Por eso pregunto:

¿Y los otros once meses no representan nada para este México Lindo y Querido, que algún día será campeón mundial de futbol? Desde luego que en categoría de mayores, porque los jóvenes ya han dado la muestra de tener los suficientes arrestos para obtenerlo y ya suman dos: 2005, Perú y 2011, México, y hace dos años, flamantes medalla de oro de los juegos olímpicos. Ahí la llevamos, poco a poco… Ja.

Pero vuelvo al principio:

Dicen que le llaman mes patrio porque en su periodo se gestó la Independencia.

Si se acuerda, ¿verdad?: El 15.

Sí, por eso dan el grito en la presidencia municipal, repican las campanas, queman cohetes y el castillo y todo lo que se pueda incendiar. Amén de los comelitones que organizan para unos cuantos, mientras que el pueblo… El pueblo que se joda, y que siga esperando el incremento al salario mínimo, seguridad social, educación, menos impuestos, bla,bla,bla,bla.

Sin embargo, si a festejos de enfrentamientos armados nos vamos, hay que considerar noviembre, mes en que iniciaron la llamada Revolución para sacar de la silla presidencial al sempiterno Porfirio Díaz.

Actualmente siguen dándose muchísimos enfrentamientos armados, pero ya todos sabemos que no son por la Independencia ni la Revolución, movimiento este, que como sabemos, finalmente lo único que provocó  fue un cambio de personas en el poder.

Los pobres siguen igual de “jodidos”, aunque muchos aprovecharon “la bola”  “pa´cerse” de lana y “forrarse” de lana, asegurando además a sus futuras generaciones para que no sufrieran.  

Hubo guerra, muertes, cambios, ensalzamientos  a los que hicieron el alboroto, pero de cualquier modo, la raza siguió igual de fregada, aunque también “nacieron” nuevos ricos que mantuvieron el poder hegemónico durante muchas décadas.

Los del dinero se fueron del país cuando vieron que el agua les empezó a llegar al cuello.

Después regresaron a seguir ponderando su riqueza y desde entonces ya no hubo quién les hiciera frente y les restregara en la cara todo el daño que estaban haciendo.

¡Y cómo! Se las iban a hacer de tos si aquellos que inicialmente pusieron el “grito en el cielo”, los que provocaron el movimiento armado… se hicieron de la misma “camada” o simplemente murieron. 

Sólo quedan recuerdos de todos ellos, aunque algunos consanguíneos de primer o segundo grado aún presumen su “herencia”, tanto en lo político como en lo económico, y muchos de ellos mangonean con sus riquezas, quiérase o no.  

Si no, eche una ojeada a los nombres de hace 60 ó más años y verá cuantas coincidencias hay.

Regreso al tema inicial:

Decía, Al mes de septiembre lo consideran así porque en este periodo se gestó el inicio del movimiento independentista.

No hay más.

También se utilizó para otros quehaceres políticos, como el informe presidencial.

Cada primero de septiembre, los gobernantes emanados del PRI- después le tocó el turno al PAN- lo aprovechaban para informar “lo que querían” y dejaban al pueblo con un palmo de narices, ya que por lo regular una cosa era lo que decían y otra la que sufría el país.

Antaño, cada presidente en turno se tomaba la libertad de asistir con senadores, diputados, compadres y amigos para hablar  horas y horas de lo que hizo durante su año de mandato. Era una tradición que la convertian en adoración, aclamaciones, derroches de dinero, alabanzas y todos los epítetos correspondientes de buenaventura para quien estuviera en la silla del máximo poder en la República Mexicana.

Eran otros tiempos.

Y Septiembre seguía siendo el mes de la patria.

Desde luego que en México cada mes tiene su propio nombre y festejo, algunos por decreto, otros por necesidad, sin dejar atrás los que nos han inventado para engatusarnos y vendernos hasta el “alma si es posible”.

Empezamos en enero con el “año nuevo”.

Febrero: El “mes del amor”.

Marzo y abril: Carnaval, semana santa, semana de la moto, que por lo regular toca en estos dos meses.

Mayo es quizá el más fuerte después de navidad por ser “el mes de las madrecitas”.

Junio: día del maestro, Y mi cumpleaños también, que es festejo nacional.

Julio: no tenemos algo sabrosón, pero como vivimos en Mazatlán, donde hay mucho americano, pues tienen su 4 de julio, el día de su independencia.

Agosto: pendiente, cualquier rato le endilgan algún festejo.

Septiembre seguirá donde mismo. Ya pasó el bicentenario y se acabaron los grandes festejos.

Octubre: “Halloween”, que aunque no se nuestro, tenemos su tradición bien arraigada

Noviembre: día de muertos y Revolución.

Y diciembre: posadas, día de la virgen, navidad, noche buena…

No, si pa´todos tenemos

O si no, los inventamos, somos muy buenos para eso.

Aunque después nos lleve la que nos trajo para pagar las cuentas.

 

ismael.estrella @live.com.mx