Ismael Estrella Guerrero
Si el negocio no les da que lo dejen y busquen otra cosa.
Los dueños de camiones urbanos dicen que no es costeable seguir con el negocio; que requieren incrementar al pasaje para poder mantenerlo en pie y dar el servicio a la población.
¡Mjh!
Pretenden subir el costo del boleto a 9.50 pesos por un servicio que no vale tanto, sobre todo si tomamos en cuenta que las unidades a cual más de todas no cubren los requisitos indispensables para dar un servicio cuando menos digno, además que por la antigüedad que tienen la mayoría de ellos, encuentra asientos en mal estado; las ventanas, si es que traen vidrios, no abren y por si fuera poco, con choferes a los que pareciera que les vale madres la seguridad de sus pasajeros por que siempre andan como diablos pisados por la cola- Quién sabe cómo andará un satanás pisado- sin importarles en lo mínimo cumplir con las disposiciones de la Ley de Tránsito. Pero, bueno.
A lo anterior hay que añadir el hecho de que representan un gran riesgo para quienes se atreven a cruzar cuando ellos van hechos la mocha circulando por las avenidas. O sea, a velocidad desmedida.
Si te descuidas te puede cargar…
No se detienen y el temerario tiene que esperar a que ellos tomen su paso.
Son los amos y señores de la calle.
Pero regresando al tema original, del incremento a los boleos, ora sí, que se friege la raza que no tiene lana para mal comer y mucho menos para mandar a sus hijos a la escuela y encima tienen que pagar un incremento que no se lo merecen.
Échele números:
Para ir al trabajo son cuatro viajes al día, es decir, hay que desembolsar 38 pesos, algo así como la mitad de un salario mínimo, aunque de hecho nadie gana tal cantidad, sino un poco más.
¿Y qué tal si hay que darles dinero al o los hijos que tienen que ir la escuela?
La suma es mayor y así poco a poco merma más la economía únicamente por el pago de pasajes.
Ahora bien, imagínense, un solo concesionario es dueño de 3 ó 4 camiones y quizá más. Entonces, ¿contra quién compite?
Contra el mismo, y aun así dicen que ya no es negocio, que no les quedan ganancias.
Si quieren aumentos que provoquen un cambio radical en todo el servicio.
Que los camiones se encuentren en buenas condiciones; que las autoridades correspondientes los vigilen de manera constante para que den el servicio como corresponde. Y que los choferes- ¡Ah!, esos choferes- reciban de manera constante cursos de atención o que cuando menos lean el manual de Carreño.
Quieren otro aumento.
¿Y a los salarios cuándo?
Total, dicen que nos encontramos en una buena etapa económica.
Nosotros seguiremos esperando lluvia en la milpita.
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