TERCERA LLAMADA…..De presas y estiajes

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Ismael Estrella Guerrero

La sequía es y seguirá siendo- mientras no cumplan con las necesidades de infraestructura hidráulica requeridas-, uno de los principales factores de reclamo de los habitantes del sur de Sinaloa, sin menospreciar al resto de la entidad.

Desde luego que el prioritario es abatir la violencia y la inseguridad.

Sin embargo, los clamores por la falta de agua en tiempos de estiaje, se dan en todo su esplendor llegado el momento.

Aún hay muchos ilusos que creen el canto de las sirenas cuando les dicen que acabarán definitivamente con el desabasto.

Esto ocurre desde luego en épocas de elecciones, como el año anterior… y 3 años atrás… y otros… Y así sucesivamente

No falta mucho para que comiencen a sufrir las penurias al no contar con el abasto suficiente en los municipios del sur.

Entonces, ¿Pa´qué ofrecer, con lo que no van a cumplir?

Total, es la misma cantaleta de todos los que buscan puestos de elección popular.

Prometer no empobrece, dicen.

Como les digo, no es la primera vez que las cosas ocurren así.

Es cierto que eliminar el problema de la inseguridad y la violencia es prioritario, y que por ahí se están yendo más recursos económicos, pero también lo es acabar con otras penurias, como en este caso el asunto del agua.

Pasan décadas y sigo leyendo y escuchando lo mismo -total, es gerundio- de la crisis del agua y de las presas.

En todo el sur de Sinaloa, zona serrana y costera por excelencia, son los mismos clamores de sus habitantes y las mismas respuestas de los gobernantes.

Los primeros exigen tener abasto suficiente del vital líquido.

Los segundos que ya en breve terminarán con la problemática.

El cuento de nunca acabar.

En Concordia, al igual que Escuinapa, a mediados de los noventas se construyeron sendos acueductos con los que supuestamente terminarían el serio problema del estiaje.

Y así ocurrió.

Sin embargo, con el paso de los años las poblaciones crecieron a un ritmo desacostumbrado y para estos momentos en ambos poblados ya tienen severos problemas con el abasto normal.

Las soluciones, desgraciadamente se dan a cuenta picos, es decir, como paliativos, por no visualizar lo que ocurrirá al paso de los años.

Escuinapa también tendrá un crecimiento inimaginable en los próximos años por el mega proyecto del denominado Centro Integralmente Planeado- CIP-, en Teacapán, y de no tomar cartas en el asunto a tiempo, también tendrán los mismos problemas.

Por lo pronto sigue el pleito con Rosario para que les dejen construir más pozos y poder surtirse del líquido.

Ahora bien, con el asunto de las presas, la Santa María- la otra, la de Picachos, fue un verdadero engorro que se convirtió en problema político- vendrían a dar la solución a tales quejas.

“Es la obra soñada por la gente del sur de Sinaloa”, dicen los de Rosario y sus vecinos escuinapenses.

Los más entusiastas dicen que se acabarán suplicios y rezos.

Óigame, pero es algo que han dicho durante los últimos ¡60! Años cuando menos.

¿Sabía usted que desde la década de los 50 están en el mismo rollo?

Sí.

Aunque se escuche increíble, presidentes de la república y gobernadores han pasado y hasta el momento no han aterrizado nada.

Carlos Salinas, cuando era el todo poderoso de este país arriba de la silla presidencia, desde luego, dió – hay que decirlo así- el supuesto apoyo irrestricto del gobierno federal para que por fin se hiciera realidad el proyecto.

Y parecía que las cosas iban bien.

En la década del noventa construyeron los que se llama presa derivadora de la Hacienda del Tamarindo.

Pero, ¿qué creen?

Nunca se hicieron los canales de distribución, pasó el tiempo y nunca hubo una infraestructura adecuada para el riego de los sembradíos. Aún siguen esperando que algún día de estos concluyan cuando menos esa parte.

Ya nos dijeron desde el año anterior nuestros flamantes diputados, “Paquis” Corrales y Martín Heredia- los cosaltecos- que ya aterrizaron la lana para los estudios técnicos, que sólo es cuestión de poco tiempo para que comiencen los preparativos y que ahora sí…¡Hum! La Santa María se construirá… ¡Hum!

¡Cuántas veces he escuchado eso mismo?

Y que conste, no soy el único, aunque en honor a la verdad todos dirían “ojala y nos tapen con boca con el inicio, pero que sea realidad”.

Los agricultores, campesinos, empresarios y demás continúan con la esperanza de que se haga realidad.

Pobres.

Aún siguen añorándola.

Pero no se preocupen, nuevamente está el proyecto en la mesa y la confianza renace, aunque los viejos rosarenses ya perdieron su esperanza.

 

ismael.estrella@live.com.mx