Ismael Estrella guerrero
¿Qué sigue?
Ante el anuncio del gobernador Mario López Valdez de que todas las compañías navieras regresarán a Mazatlán a partir del próximo mes de octubre, sin duda llena de satisfacción… A unos cuantos.
¿Por qué tal razonamiento? Sencillamente porque el beneficio aunque nos pregonan que es general, realmente son pocos los que al final de cuentas se llevan al tajada grande; es cierto que los prestadores de servicio como los del transporte público- llámelos taxis, pulmonías o como quiera-, sacan su buena tajada el día que arriba barco, al final de cuentas son sólo unas cuantas horas, no es toda la semana y lo mismo con miles y miles de gentes más que esperan esperanzados que los barcos sean la panacea a sus males económicos.
Ahora bien, sabemos que el turista que baja del crucero ya trae vendida por la agencia de viajes el tour, de tal suerte que a donde realice su visita ya irá pagada y los que esperan su llegada con ansia, al final de cuentas será poco lo que pueda resarcir.
Claro que esto no es nada nuevo, siempre ha sido así y ojo, hay otro detalle que debemos tomar en cuenta, con el caso de los “voluntarios” que ahora utilizan para ayudar al visitante a conocer la ciudad o algunos otros puntos.
Los guías turísticos que ven en la llegada de los barcos una buena forma de ganar más lana, quedan desfasados, porque al final de cuentas los mentados voluntarios no cobran por su servicio, es algo así como un servicio que se les otorga, con la anuencia de la Secretaría de Turismo, hasta donde sé.
Malova anunció que la empresa naviera Carnival programó su regreso a Mazatlán con cruceros a partir de este año, con lo que se completa el retorno total de las compañías de cruceros a Mazatlán. Es la línea de cruceros más grande del mundo, promociona viajes de siete días por el Pacífico Mexicano durante todo este año y el siguiente, que incluye también llegadas a Los Cabos y Puerto Vallarta. La compañía naviera ha confirmado 110 arribos de cruceros en la temporada 2014-2015 con al menos 33 mil pasajeros, más la tripulación de cada barco.
Hay que decir desde luego que es bueno el retorno…Para la imagen de Mazatlán, porque así ya no seguirá cargando con el estigma etiquetado de ser un puerto violento, y el hecho de que miles y miles de gringos o de otras nacionalidades vengan a bordo de esas grandes unidades, cuando menos será un buen reflejo de que las cosas aquí marchan del todo bien… O Bueno, casi todo.
El mismo gober lo dijo, significa que Mazatlán es de la confianza total de los turistas extranjeros, ya que se reconocen los esfuerzos en materia de seguridad y otras acciones que han generado una percepción positiva hacia el destino.
Hay que recordar las condiciones negativas que empezaron a darse hace cuatro años cuando los cruceros empezaron a retirarse.
Entonces se dijo que era por efectos de la violencia, pero después y de manera oficial advirtieron que el problema no había sido tal, sino que fueron otros los factores que influyeron en su retiro, sin embargo hoy aceptan de nuevo que la inseguridad los “corrió”.
López Valdez hizo un llamado a los promotores y empresarios turísticos a dar un trato excelente a los visitantes, para que ellos sean embajadores de Sinaloa en sus lugares de origen y promocionen bien al estado.
Se comprometió a seguir realizando esfuerzos para reducir aún más los índices delictivos, y consolidar a Mazatlán como uno de los puertos más seguros de México y el destino turístico preferido por las familias.
A manera de promoción, la empresa naviera ofrece a sus clientes potenciales que en Mazatlán encontrarán un clima de seguridad, playas de primera clase, actividades como pesca deportiva, un impresionante Malecón, considerado de los mejores de Latinoamérica, así como un corredor comercial con restaurantes y tiendas, y edificios de arquitectura de alto valor histórico.
Bueno, todo bien, pero ¿y qué sigue?
¿Qué harán para mejorar la imagen urbanística de Mazatlán; el arreglo de sus calles; el alumbrado público; los constantes asaltos y robos en la vía pública; la impunidad de los ratas por actuar sin que nadie se los impida; el desmadre vehicular en las principales- y otras no tantas- avenidas del puerto; la falta de respeto en hoteles y restaurantes con los precios que dictan y que luego cobran de más?; ¿o de la anarquía con que actúan los camioneros y los cobros excesivos de taxistas, pulmoneros aurigueros y demás? ¿Las inundaciones en épocas de lluvias? ¿Lo obsoleto de su drenaje? ¿Las pestes de la guanera y la contaminación ambiental y visual? ¿Y otras linduras?… ¿Qué harán?
Se presenta otra buena oportunidad, ¡hay que aprovecharla!