Como costumbre, no deja de ser grosera y a veces altanera.
Desgraciadamente es un uso muy común, porque siempre, o casi siempre que hablamos por teléfono a alguna oficina burocrática, del sector privado, comercial… Incluso a una casa particular- o a donde sea-preguntando por alguien en especial, por lo regular, quién responde el llamado lo hace inquiriendo:
-“¿De parte de quién?…”
Supongamos que hablamos a una oficina burócrata y que cuando respondemos con el nombre, nos hacemos a la idea de que el fulano a quién buscamos sí se encuentra y que enseguida nos responderá.
¡Pero no es cierto!
La cosa no termina ahí.
La misma recepcionista, secretaria, telefonista o cómo le llamen, hace una segunda pregunta:
-“¿Para qué asunto lo busca?… ”
Y como somos de buenas costumbres todavía le respondemos para qué.
El encanto se acaba cuando del otro lado de la línea nos dicen:
-“¡No se encuentra!… ”
Así sin más, de sopetón se la dejan ir.
-“¡No está!… ”
Y todavía le dicen con una melosa voz:
-“¿Desea dejarle un recado?… ”
A esas alturas pensamos que el tipejo que buscamos, en cuanto supo quién le hablaba se negó a responder el llamado.
Y nos preguntamos:
¿Qué no quiere saber nada de uno?
¿Qué es un pinchi mamón que nomás llegó al poder y se olvidó de los amigos?
¿Qué es un tal por cual al que jamás volveremos a hablarle? Para que se niega, pues.
¿Qué ya no lo toleraremos más y que “ya verá” cómo le va a ir en cuanto lo veamos de nuevo?
Lo peor del caso es que el interpelado es el menos culpable; ni sabe que lo andamos buscando y mucho menos todo lo que le espera en cuanto se encuentre al que le habló por teléfono.
Pensamos mil y un cosas, todo provocado por una desconsiderada telefonista que no tiene la menor idea de lo que sus os preguntas o cuando menos la primera, puede causar en quienes están del otro lado, esperando encontrar al sujeto que buscan.
Está bien que nos nieguen a un particular cuando hablamos a su casa, tienen todo el derecho de salvaguardar su privacidad. ¡Qué caray!
Pero que nos ocurra en oficinas donde están para dar servicio, no se vale. Cuando menos es lo que pensamos por la dichosa preguntita.
Qué lo están negando.
¿Por qué alguien no les enseña diciéndoles que deben terminar con esa costumbrita de preguntar primero, “¿Quién habla?” y mejor respondan con un?:
-“No se encuentra, ¿De parte de quién?”
-“¿Podemos servirles?”
O cuando menos:
“¿Desea dejar algún recado?”
Y si es posible, que nos acepte una invitación para ir a tomar café.
¿Verdad que se oye diferente y hasta menos inconveniente?
En las sumas y las multiplicaciones el orden de los factores no altera el producto.
Es una regla universal.
Pero en ese: “¿De parte de quién?… ” Sí causa escozor.
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