La empresa de Elon Musk marcará un hito este miércoles al enviar, por primera vez en 9 años, a astronautas de la NASA al espacio desde EU
Este miércoles comienza una nueva era espacial con el envío por parte de la empresa SpaceX de dos astronautas de la NASA al espacio, una capacidad que durante décadas simbolizó el poder de un puñado de países y de la que Estados Unidos había estado privado los últimos nueve años.
Si el mal tiempo se disipa, a las 16H33 (20H33 GMT) desde la plataforma de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy, desde donde despegaron Neil Armstrong y sus compañeros de la misión Apollo 11, un cohete SpaceX con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada despegará hacia la Estación Espacial Internacional (EEI).
Bob Behnken y Doug Hurley, los dos hombres elegidos por la NASA para esta misión de demostración, han estado en cuarentena durante dos semanas. A pesar del encierro, el plan se mantuvo.
Space Exploration Technologies Corp., fundada en 2002 por Elon Musk, un empresario obsesionado con Marte y con la determinación de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial, se ganó la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.
SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI.
Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Crew Dragon para poder transportar astronautas.
La agencia espacial ha pagado más de 3 mil millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta.
El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.
La inversión, decidida durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el de astronautas, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.
TRUMP, EN PRIMERA FILA
Diez años después, otro presidente, Donald Trump, asistirá al centro Kennedy para el lanzamiento.
El republicano trata de reafirmar la dominación estadunidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024.
Si la NASA pudiera confiar al sector privado las misiones más cercanas a la Tierra, dentro de la «órbita baja», esto le permitiría destinar presupuesto para sus misiones más lejanas.
La lluvia ha caído con fuerza en los últimos días en Florida, y los pronosticadores dan un 40% de que siga lloviendo el miércoles en Cabo Cañaveral. En caso de precipitaciones, el vuelo se pospondrá hasta el sábado.
TECNOLOGÍA DEL SIGLO XXI
La Crew Dragon es una cápsula como la Apollo, pero del siglo XXI.
Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks.
El interior está dominado por el blanco con una iluminación más sutil, nada que ver con los enormes transbordadores que funcionaron entre 1981 y 2011.
«Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso», dijo Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en aquellos transbordadores.
A diferencia de los transbordadores, uno de los cuales explotó en 1986 después del despegue (Challenger), la Crew Dragon puede separarse del cohete en caso de emergencia.
La cápsula llegará a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el jueves y probablemente permanecerá acoplada allí hasta agosto.
Si cumple su misión, los estadunidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio. Pues, desde 2011, los Soyuz son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido.
Y las rutas desde Florida volverán a la normalidad, con cuatro astronautas a bordo.