Para nadie es sorpresa que el próximo domingo 6 de junio serán las elecciones más grandes de la historia de México, elecciones que han sido atípicas, violentas, complejas y que han hecho mucho ruido en la escena nacional; pero el voto no deja de ser un derecho y una obligación ciudadana, pero antes que nada el voto es libre y secreto. Por eso mismo a lo largo de este breve texto expondré los porqués de mi decisión de no votar por Morena, aún siendo de izquierda.
Antes de iniciar el listado de motivos, quiero redactar un pequeño disclaimer.
- Todo está escrito bajo título personal.
- Mis ideales económicos, éticos, morales y políticos son una compilación de experiencias personales, es la representación de mi propia construcción personal, que es única; así que no solo es normal el no coincidir, es natural.
Ya explicado todo, ahora sí, el listado:
- El pésimo manejo que tuvo la pandemia de Covid-19.
El no escuchar a los expertos, romantizar a López-Gatell, mentir con las cifras, solapar al presidente por decirle a la gente que no se cuide, la negligencia en los institutos nacionales y delegar SIN RECURSOS a las instancias estatales, ocasionaron las más de 200 mil muertes oficiales que fueron absolutamente prevenibles.
- La ‘austeridad neoliberal’.
El buscar “ahorrar” de un presupuesto, en lugar de buscar la manera más efectiva y eficaz de utilizar ese dinero en las zonas y a la gente menos favorecidas. No hay presupuesto para instancias infantiles, programas sociales, pero sí para cancelar un aeropuerto e iniciar otro, hacer el Tren Maya, y no solo comprar una refinería, sino comprar una que tiene más de 900 MDD de deuda.
- El abandono a la agenda feminista por parte del presidente y por parte del partido que defendió a capa y espada a candidatos con denuncias activas de violencia de género.
Desmeritaron a las mujeres, a su movimiento y las tildaron como “conservadoras” y que pretendían sabotear la rifa del avión presidencial, por las manifestaciones del 8M. Patético, con nula capacidad de empatía y clavando solo su propia tumba. Sin olvidar las instancias de represión por parte de la policía (el propio Estado que juró en defender) que sufrieron los colectivos feministas en ciudades gobernadas por Morena como Cancún o la CDMX.
- La militarización del país.
Todo inició con una falsa promesa de campaña que era “mandar al ejército a los cuarteles”. Después fue la creación/expansión de la Guardia Nacional. Ahora el ejército está encargado de la distribución de las vacunas, la construcción del nuevo aeropuerto y entre otras cosas que no le corresponden. Además del nuevo fuero entregado como una ley de seguridad pública a los militares. Se convirtió en lo que juró destruir, en la continuación del calderonismo militar.
- La alianza con el PES cuando no había necesidad de.
Mantener a un partido de la periferia, sin relevancia política y convertirlo en cuarta/quinta fuerza del país solo por la necedad de tener seguro un triunfo, que era inevitable, me parece enfermo y que raya lo déspota. Lo preocupante aquí es que el PES es un partido de ultra derecha, abiertamente anti-matrimonio LGBT+ y pro-vida, donde Morena predica con la bandera de izquierda.
- La lucha en pro de las energías no renovables y Pemex.
Responderle a Pemex por tema de sindicatos lo entiendo, pero mantener a la empresa menos eficiente de la historia moderna de México es un cáncer y debe de tener una intervención y reestructuración inmediata. Además de que se deben de tomar en cuenta de que las energías renovables son el futuro y que Morena solape estas decisiones de no invertir en energías limpias, es una verdadera estupidez.
- La centralización del poder.
Querer tomar el Congreso de la Unión, los Ministros de la Suprema Corte y a Banxico a su antojo y disponer de ellos al más estilo de los años 70 es inaceptable, principalmente porque esa historia ya pasó y no debemos de estar condenados a repetirla.
- El trato hacia los migrantes.
Detener las caravanas migrantes y ejercer el Estado de Derecho es algo muy diferente al trato que han tenido las personas provenientes del Centro y Sudamérica. La falta de respeto a los derechos humanos, los tratados internacionales y hacer el “trabajo sucio” de Estados Unidos de una manera tan sumisa y obediente es muy preocupante.
Estos son solo uno de los puntos más importantes, que en lo personal, me hacen no querer votar por Morena. Sin mencionar que la economía está hecha un desastre y dudo mucho que esté preparando un rescate económico o que pretenda hacer algo para remediar los problemas. Una tasa de desempleo altísimo, la inflación como nunca antes vista en los últimos 10 años, una calificación reprobable ante las calificadoras y desincentivar al capital extranjero a venir a invertir en México.
Ya por último, no debemos de sobreponer los intereses individuales sobre los generales, tenemos que buscar la mejor opción para el país, crear y mantener contrapesos reales y respetar la autonomía de las instituciones.
Podrás no coincidir conmigo, podrás ver las cosas diferente, podrás tener compromisos políticos o económicos, podrás votar por Morena, pero hay que salir a votar. Es el momento para mostrar tu conformidad o inconformidad con el Estado, hay que hacernos escuchar, hay que hacernos ver, porque ellos sin nosotros no son nada.