Síntesis, comentarios y reflexiones sobre el libro “Bases para una Teoría de la Enseñanza de libro de C. H. Paterson de Editorial el Manual Moderno.
CARL ROGERS.
Recuadro biográfico
Carl Rogers nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park, Illinois, un suburbio de Chicago, siendo el cuarto de seis hijos. Su padre fue un exitoso ingeniero civil y su madre ama de casa y devota cristiana. Su educación comenzó directamente en segundo grado, ya que sabía leer incluso antes de entrar en parvulario. Cuando Carl tenía 12 años, su familia se trasladó a 30 millas al oeste de Chicago, y sería aquí donde pasaría su adolescencia. Con una estricta educación y muchos deberes, Carl sería más bien solitario, independiente y autodisciplinado.
Fue a la Universidad de Wisconsin a estudiar agricultura. Más tarde se cambiaría de religión. Durante esta época, fue uno de los 10 elegidos para visitar Beijing para el “World Student Christian Federation Conference” por 6 meses. Carl nos comenta que esta experiencia amplió tanto su pensamiento que empezó a dudar sobre algunas cuestiones básicas de su religión.
Después de graduarse, se casó con Helen Elliot (en contra de los deseos de sus padres), se mudó a Nueva York y empezó a acudir al Union Theological Seminary, una famosa institución religiosa liberal. Aquí tomó un seminario organizado por estudiantes llamado Why am I entering the ministry? Debería decirles que, a menos que quieran cambiar de carrera, nunca deberían asistir a un seminario con tal título. Carl nos cuenta que la mayoría de los participantes “pensaron en salirse inmediatamente del trabajo religioso”.
La pérdida de su espíritu religioso sería, por supuesto, la ganancia de la psicología: Rogers se cambió al programa de psicología clínica de la Universidad de Columbia y recibió su PhD en 1931. No obstante, Rogers ya había empezado su trabajo clínico en la Rochester Society for the Prevention of Cruelty to Children (Sociedad Rochester para la Prevención de la Crueldad en los Niños). En esta clínica, aprendería la teoría y aplicaciones terapéuticas de Otto Rank, quien le incitaría a coger el camino del desarrollo de su propia teoría.
En 1940 se le ofreció la cátedra completa en Ohio. Dos años más tarde, escribiría su primer libro “Counseling and Psychotherapy”. Más tarde, en 1945, fue invitado a establecer un centro de asistencia en la Universidad de Chicago. En este lugar, en 1951, publicó su mayor trabajo, la Terapia Centrada en el Cliente, donde hablaría de los aspectos centrales de su teoría. Aunque Rogers empezó su trabajo clínico con niños, la mayor parte de su experiencia fue con adultos. Su terapia centrada en el cliente es enseñada y practicada ampliamente, y ha sido objeto de más investigaciones que cualquier otro método de asesoría o psicoterapia (P. 298).
CONCEPTOS Y TEORÍA
La psicología humanista tiene por objeto la persona que experimenta y sus cualidades distintivamente humanas: elección, creatividad, valoración, dignidad, valor, y el desarrollo de sus potenciales. La psicología fenomenológica estudia la conducta desde el punto de vista o desde el marco de referencia de la persona que actúa. Ambas se derivan de una filosofía existencial-fenomenológica de los seres humanos y de sus mundos. P. 299.
A contracorriente del concepto general que se tiene de los seres humanos, de que son por naturaleza irracionales, Carl Rogers concibe a la gente “como básicamente racional, socializada, progresista y realista. Las emociones antisociales existen, pero son reacciones ante la frustración de impulsos más básicos como el amor, la necesidad de pertenecer a alguien, y de búsqueda de seguridad.
Por ello si a los hombres se les concede la posibilidad de satisfacer sus impulsos básicos, se harán autodisciplinados, equilibrando sus necesidades unas con otras” (Pp. 299-300). Esta convicción la obtuvo nuestro psicólogo de su trabajo terapéutico. En tal dirección, “la psicoterapia se reduce a liberar una capacidad ya existente en el individuo” (P. 300).
La teoría de la terapia y de la personalidad se expresa con muchos conceptos o constructos muy propios. Estos conceptos son numerosos, nosotros los agruparemos de manera sintética: los hombres son animales simbólicos/ que tienden a su realización a través de múltiples acciones/ a partir de su permanente libertad/ y del cálculo racional/sentimental de todo su organismo. En este devenir se afirma la personalidad o la experiencia del yo/ pero también pueden surgir contradicciones entre el contenido de la experiencia y el ideal del yo/ esta disfuncionalidad provoca ansiedad y amenazas reales o supuestas…(Cfr. Pp. 299-300).
La psicoterapia rogeriana tiene por objeto el estado de máximo desarrollo psicológico, el pleno funcionamiento de la persona. La persona que funciona plenamente se caracteriza por una adaptación psicológica óptima; por una elevada madurez psicológica, por una congruencia completa, por una total apertura a la experiencia y por una cabal extensionalidad. El ayudar a una persona a funcionar plenamente es la meta definitiva de la buena psicoterapia (P. 308). De esta reflexión deriva el concepto organísmico, que corresponde a la totalidad de la persona; perecido al concepto molar de Pichón Riviere.
Esta libertad –porque de libertad se trata- es interior, una actitud o conciencia de que se posee la habilidad para pensar lo que uno quiera pensar, para vivir la propia vida, para elegir lo que uno quiere ser, y para asumir la responsabilidad de sí mismo. Es algo fenomenológico, más que externo. Los individuos difieren en el grado en que están libres de la influencia y control de otras personas y de fenómenos externos (P. 310).
La persona ideal, que posea un perfecto funcionamiento, no existe. Solamente hay personas a quienes se les observa que van avanzando hacia esta meta en la terapia, en las relaciones de las mejores familias y grupos, y en las buenas experiencias educativas (P. 311).
LIBERTAD PARA APRENDER
En su obra Freedom To Learn, Rogers resume su pensamiento y experiencias acerca de la educación y la enseñanza. Las conclusiones que obtiene se basan en su experiencia e investigación en psicoterapia. En ese libro expone con toda claridad su enfoque al declarar que la meta de la educación es facilitar el aprendizaje (P. 313).
Sabemos muy bien que el facilitar este aprendizaje no depende de las aptitudes de enseñanza del maestro, de los planes o programas de estudio que establece, del uso que hace de auxiliares audiovisuales, del aprendizaje programado que utiliza, de sus exposiciones o clases orales, ni de la abundancia de libros, aunque cada una de estas cosas se pueden aprovechar en un momento u otro como recursos importantes. Facilitar el aprendizaje verdadero depende, sobre todo, de ciertas cualidades en las actitudes de relación personal entre el instructor y el que aprende (P. 313).
La educación, dice Rogers, afronta serios retos, y la respuesta que se dé a éstos determinará que el género humano avance o que se destruya así mismo. En este tenor plantea algunas interrogantes sobre los fines de la enseñanza, que nosotros indicaremos en positivo y de manera breve: evitar las tensiones raciales y las guerras, el nacionalismo y la irracionalidad, el conformismo social e individual, la imposición de programas, el afán de lucro de las empresas comerciales. La educación del futuro debe dirigirse, por tanto, a resolver los verdaderos problemas de la vida moderna (Pp. 313-314).
Una vez que ha hecho trizas la educación tradicional, nos propone los ejes en los que habría de fincarse la educación del futuro: “El único hombre educado es aquel que ha aprendido a aprender; el que ha aprendido a adaptarse y a cambiar; el que ha caído en la cuenta de que ningún conocimiento es seguro, que sólo el proceso de buscar los conocimientos es lo que constituye la base de la seguridad. El continuo cambio, la confianza en el proceso, más que en los conocimientos estáticos, es lo único que tiene sentido como meta de la educación en el mundo moderno. La meta de la educación es la misma que la meta de la psicoterapia: la persona con un funcionamiento pleno” (P. 314).
A renglón seguido Rogers nos lanza una curva de a metro: “El educador del futuro tiene que saber muy bien, a nivel personal profundo, la postura que toma con respecto a la vida. Esto es mucho más que una mera preocupación por planes de estudio, métodos, administración y técnicas de enseñanza, y más fundamental e importante que todo eso” (P. 315).
Aprendizaje significativo
Refiriéndose a la educación tradicional, señala: “Mucho de lo que se enseña en las escuelas se hace mediante el tipo de aprendizaje memorístico. La materia no tiene ningún sentido personal para el estudiante, no toma en cuenta para nada sus sentimientos ni a la persona total; es un aprendizaje que afecta del pescuezo para arriba (P. 315).
Lo que se aprende en la vida diaria, en cambio, es aprendizaje por experiencia; tiene sentido y relevancia personal. Aunque el estímulo para aprender en el primer caso pueda venir de fuera, de la necesidad de adaptarse a la sociedad, en un sentido verdadero es un estímulo interno, autoiniciado. Este aprendizaje no rechaza el aprendizaje cognoscitivo, pero involucra los afectos y a la persona total (P. 315). Lo que otros autores denominaron aprendizaje molar para una conducta molar.
El aprendizaje significativo es aquél que introduce una diferencia en la persona, o que cambia su conducta, sus actitudes y su personalidad . Es el aprendizaje que lleva al individuo a convertirse en una persona de funcionamiento más perfecto (P. 316). Nos dice Rogers que este aprendizaje es posible, porque
A) Los seres humanos tienen una propensión natural al aprendizaje. B) El aprendizaje significativo tiene lugar efectivamente cuando el estudiante percibe la materia como algo que tiene sentido para su propias metas. C) El aprendizaje que tiende a cambiar la organización del yo, resulta amenazante, y tiende a encontrar resistencia. D) La participación en experiencias en problemas reales fomentan el aprendizaje. E) El aprendizaje se facilita cuando el estudiante participa responsablemente en el proceso mismo de aprendizaje. F) Independencia, creatividad y confianza en sí mismo, se facilitan cuando lo principal es la autocrítica y la autoevaluación. G) El aprendizaje más útil socialmente en el mundo moderno es aprender el proceso de aprender. H) El aprendizaje significativo exige que lo enfoquemos hacia algo distinto de las preocupaciones ordinarias de la enseñanza y de la educación (Pp. 316- 317).
El único aprendizaje que puede influir substancialmente en la conducta es el aprendizaje por autodescubrimiento; por ello Carl señala: “A mí me parece que todo lo que se puede enseñar a otra persona es de poca importancia , y que no influye sensiblemente en su conducta” (P. 318).
El maestro como facilitador del aprendizaje
La función del maestro es facilitar el aprendizaje del estudiante proporcionándole las condiciones que lo conduzcan a aprender de una manera significativa o autodirigida. El objeto debe ser formar un grupo, incluyendo al maestro, y convertirlo en una comunidad de gente que quiere aprender. De este contexto surgirán los verdaderos estudiantes, los emprendedores, los científicos, los creadores, los intelectuales, los profesionales, el tipo de individuo que pueda vivir en un equilibrio delicado (P. 319).
Hay tres cualidades o actitudes que deben fomentarse, pues cuando se cumplen facilitan el aprendizaje:
A) El aprendizaje se facilita cuando el maestro es genuino, auténtico, honesto. No siente una cosa y dice otra; no oculta sus sentimientos, ni los positivos ni los negativos.
B) El maestro es una persona a los ojos de sus estudiantes, no una síntesis impersonal de un requisito de programa, ni un tubo estéril por donde pasan los conocimientos de una generación a otra.
C) Si no debemos expresar juicios ni evaluaciones, entonces nuestras actitudes no deben ser enjuiciadoras. Se acepta al alumno como una persona de valor, como un individuo único, y se le respeta; se estima sus sentimientos, sus opiniones y su persona. Para lograr tal efecto el educador/facilitador debe ponerse en el lugar del estudiante, para comprender sus reacciones íntimas, para experimentar las percepciones y sentimientos que tiene respecto a las cosas que le están sucediendo (Pp. 320-321).
Finalmente, el maestro deja en libertad a los estudiantes para que escojan sus propios objetivos y para que determinen sus propios niveles de logro y rendimiento, lo cual implica el uso de contratos. P. 338.
VETE LEYENDO
Rogers se identifica a sí mismo con el movimiento conocido como psicología humanística. Sin embargo, no usa el término humanístico para designar su enfoque en el campo educativo. Le llama asesoría no directiva (P. 340).
Se puede decir que la educación humanista incluye dos aspectos esenciales: 1) las condiciones psicológicas generales para todo aprendizaje, y 2) la preocupación por el desarrollo afectivo del estudiante al igual que por su desenvolvimiento intelectual.
Poner tanto énfasis en técnicas estructurales y controladas por los maestros, con objetivos específicos predeterminados, es algo que se opone a las metas de la educación afectiva, que incluye espontaneidad, actividad autoiniciada por los alumnos, apertura, discusión libre, interacción en un ambiente natural, a través de la exploración y aprendizaje autodirigido (P. 342).
Además de la modelación y de la instrucción didáctica, hay un tercer método para la educación afectiva. Este método es el enfoque por experiencia. La mejor manera de aprender a vivir con otras personas es viviendo con ellas. Las experiencias de grupo pequeño deben ser parte constante de toda la experiencia educativa (P. 342).
Los seres humanos, según se experimenta en la terapia centrada en el cliente rogeriana, son básicamente racionales, socializados, progresistas y realistas. Son activos y constructivos, además de reaccionar a los estímulos de sus respectivos ambientes (P. 346).
El impulso hacia la realización no es simplemente un desenvolvimiento que nazca del interior, automático y sin ninguna relación con el ambiente. Por el contrario, requiere el cumplimiento de ciertas condiciones, si es que se ha de manifestar y conducir al desarrollo de una persona que se realiza a sí misma o que funciona plenamente (P. 346).
Todos estos supuestos tienen como premisa la comprensión empática: respeto, confianza o consideración positiva; genuinidad, congruencia o realismo. Las personas que se realizan a sí mismas o que funcionan plenamente, tienen muchas características que pueden describirse por separado, aunque en la práctica se integran en una única organización: 1) estas personas se abren a todas sus experiencias, 2) viven bajo una modalidad existencial, experimentando de nuevo cada momento de vida, 3) sus organismos son guías dignos de confianza para una conducta satisfactoria (P. 346).
El aprendizaje significativo ocurre cuando el que aprende recibe la materia de estudio como relevante para los fines del educando. El aprendizaje significativo se facilita cuando el sujeto se ve envuelto experiencialmente en problemas verdaderos. La autoevaluación, más que la crítica y la evaluación externas, fomenta la independencia, la creatividad, y la confianza en sí mismo. El aprendizaje significativo que contenga todos estos elementos, es un aprender a aprender (P. 347).
El aprendizaje significativo abarca a toda la persona y exige que cambiemos nuestro enfoque de la educación, a través de combinar lo intelectual y lo afectivo. El maestro expresa su estima, aceptación y confianza, escuchando realmente al alumno, sin evaluarlo a él o a ella, y respondiendo a lo que dice el alumno: a las actitudes y sentimientos que expresa, así como al contenido de sus estudios (P. 348)
PARA EMPEZAR LA DISCUSIÓN…
Algunas preguntas
1.- Describe brevemente en que consiste el humanismo de Rogers.
2.- ¿Por qué, según el autor, se presenta una disfuncionalidad en el cliente cuando existe un desface entre la experiencia y el ideal del yo?
3.- ¿Qué es la libertad para este humanista?
4.- ¿Cuáles son las semejanzas entre los proyectos educativos de Carl Rogers, Montessori, Piaget y Bruner?
5.- Haz un breve comentario sobre el aprendizaje por descubrimiento
6.- ¿Qué elementos aporta Rogers para una teoría de la enseñanza?