POR MIGUEL ANGEL GOMEZ
Uno de los grandes dilemas de ser joven y politólogo es que realmente hemos presenciado muy pocas cosas de forma consciente y con mentalidad crítica; sin embargo, mi generación está a punto de vivir el segundo periodo de gobierno del presidente Trump.
Vivimos en una época extraña a nivel mundial, si le preguntabas a cualquier analista político en noviembre del 2020 si Trump volvería a la oficina oval, definitivamente (o mínimo un 90% de las veces) te respondería que no. Las encuestas eran claras, había un alza a la tendencia ideológica de izquierda en EE. UU.; sin embargo, la pobre administración del gobierno de Biden-Harris, la inflación a causa de la desesperada manera de reactivar la economía post pandemia sin base y una clara incertidumbre en el mercado ocasionaron el resurgir de la campaña de Trump.
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Avancemos un poco en el tiempo, ya ganó las primarias republicanas, destruyó por completo el discurso del presidente Biden en el primer debate (tanto así que los demócratas se vieron con la necesidad de cambiar de candidato a menos de 100 días de la elección), logró posicionarse de mejor manera ante una juventud que todos pensábamos que estarían del lado demócrata, ganó las elecciones con una significativa ventaja y se convirtió nuevamente en el líder de la potencia más importante del mundo; y ahora como mexicanos ¿qué nos toca?
Además de aguantar la hipocresía disfrazada de xenofobia y racismo, nos toca esperar, desafortunadamente a México le toca el peor de los casos, que es la incertidumbre; si algo nos dejó de enseñanza el primer gobierno de Trump son tres cosas primordialmente:
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Miente, y no me malinterpreten sé de primera mano que cualquier político en campaña se compromete más de lo que realmente quiere o puede hacer; por otro lado, el caso de Trump debería de ser uno de estudio. Por eso mismo, no sabemos realmente cuál será la agenda verdadera durante su gobierno.
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No le gusta la guerra, siendo el primer gobierno desde la época de las guerras mundiales que no inicia una nueva guerra; pienso que con la situación actual se dedicará a terminar o mediar primeramente los conflictos tanto el ruso-ucraniano como el palestino-israelí.
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Businessman, en la mayoría de los casos primero sé es político y después empresario, en este, Trump antes que cualquier cosa (inclusive que ser padre o esposo) es empresario. Esto significa que hará lo que pueda para estabilizar el mercado, crecer la economía, y con ello llevarse de paso un par de billones a la bolsa.