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*Los peores presidentes de Morena
*Alcaldesas no hacen malos quesos
*Químico y sus ataques a la prensa

LOS PEORES PRESIDENTES DE MORENA
Sin duda que el alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, has trascendido las fronteras de nuestro puerto y del estado de Sinaloa no sólo por sus constantes viajes a varias ciudades importantes de estados de la República en la “promoción del turismo”, la gran Ciudad de México e incluso hasta España a principios del año pasado en la Feria Internacional del Turismo; también en días recientes por irse a la yugular a su dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, y de pasada contra el Presidente López Obrador al inconformarse por la decisión de la precandidatura para el gobierno de Sinaloa en la figura del Senador Rubén Rocha Moya.

Pero también por ser uno de los cuatro peores alcaldes de Morena a nivel nacional quieren reelegirse, de acuerdo con el análisis del veterano periodista Ramón Zurita, quien escribe para Diario Imagen Digital. Ramón no conoce a ninguno de los cuatro, sobre todo al químico Benítez Torres, aunque se caracteriza por ser un acucioso investigador político y tiene el pulso de lo que sucede en la mayoría de los estados de la República.
Dice en su entrega de hoy que esos cuatro alcaldes llegaron colgados de la camiseta de López Obrador en las elecciones federales y locales del 2018 y que dos son alcaldes de capitales de estado y los otros dos de sitios turísticos. Dos son mujeres y dos son hombres, pero son catalogados como tan “malo el pinto como el colorado”.

Primero se refiere a Evaristo Hernández Cruz, alcalde de Villahermosa, Tabasco, estado donde nació el Presidente de la República. Evaristo fue electo por segunda vez, de las tres ocasiones en que se ha presentado como candidato, aunque por partidos distintos. Primero fue alcalde cuando militaba en las filas del PRI e intentó, sin éxito, ser candidato al gobierno del estado.

Buscó en 2015 ser nuevamente alcalde y fue vencido en las urnas y en 2018, aprovechó el tsunami lopezobradorista y ganó con los colores de Morena. Su gestión actual no es diferente a la de 2009, ya que se encuentra inmerso en la polémica, la última provocada por la intención de privatizar el alumbrado público en el municipio. Evaristo fue sancionado por violencia política en contra de la diputada Dolores Gutiérrez, a la que calificó de ignorante.

Evaristo es un personaje sumamente polémico, acusado de corrupto, incluso por el propio Presidente López Obrador, quien lo absolvió de sus pecados hace cinco años.

Luego le sigue con el químico Benítez Torres, a quien califica como un personaje curioso de la picardía sinaloense. “Alcalde de Mazatlán con copiosa votación, es un sujeto que no mide sus palabras y lo mismo es acusado por violencia política de género, que se lanza en contra del candidato de Morena al gobierno estatal (Rocha Moya)…”

“El químico es muy suelto de palabras, aunque después se desdice y considera que Mazatlán es el destino turístico con menores problemas dentro de la pandemia y realiza mítines (“reuniones informativas”) dentro de la pandemia para combatir la nominación de Rubén Rocha y consolidar su presencia en el estado”.

“El Químico Benítez pretende en esta ocasión, aunque de no conseguir la nominación al gobierno estatal (Rocha ya fue avalado) buscaría quedarse como alcalde”.

En efecto, más allá de los comentarios de Ramón Zurita, a Benítez Torres se le ve más relajado en los actos públicos y en las entrevistas con los reporteros evita hablar sobre su caso político y sus pretensiones de ser “a fuerza” el aspirante de Morena por Sinaloa.

Se entiende esta baja de volumen a sus estridencias contra Mario Delgado, como una “negociación” por dos cargos de elección popular para sus allegados (diputaciones) y su reelección por tres años más en Mazatlán, pero hay que recordarle a Benítez Torres que él no ganó en el 2018, sino el actual Presidente López Obrador la alcaldía de Mazatlán.

El químico, pese a una buena votación poco más de 81 mil sufragios a su favor hay que recordarle que no quedó muy lejos de Fernando Pucheta, quien obtuvo la más alta votación que un priista haya ganado en Mazatlán a pesar de perder: más de 70 mil votos; la diferencia entre el morenista y el priista es apenas de 11 mil boletas y eso que AMLO fue el de la campaña electoral y no Benítez.

ALCALDESAS NO HACEN MALOS QUESOS
Los otros dos presidentes municipales son Claudia Rivera Vivanco, alcaldesa de la capital de Puebla, de cuyo ayuntamiento ya anunció su intención de reelegirse, con todo y que tiene un frente abierto con el gobernador Luis Miguel Barbosa, con el que ha sostenido diversos enfrentamientos verbales. La nueva polémica surgió en torno a la prohibición de las corridas de todos en la capital, de cuya plaza principal es empresario Pedro Haces, dirigente nacional de Fuerza Social por México.

A Claudia se la ha señalado por la protección a giros negros y diversas acciones ejecutadas durante la pandemia que derivaron en desvío de recursos públicos.

El cuarto munícipe es la alcaldesa de Cancún, Mara Lezama, quien busca la reelección, aunque su gestión no está bien calificada y mantiene frentes abiertos, ubicándose el municipio con graves problemas de seguridad. Lezama es bien vista por el presidente López Obrador y por el gobernador Carlos Joaquín, aunque su popularidad como gobernante no haya sido de lo mejor y sus calificaciones han sufrido un grave descenso, por no poder resolver el problema de la basura.

Hasta el momento se desconoce si serán avalados por su partido, Morena, aunque cada quien “negocia” a su estilo.

QUÍMICO Y SUS ATAQUES A LA PRENSA
Y siguiendo con el químico Benítez y al peor estilo de su Presidente López Obrador, quien a menudo agrede a los representantes de prensa. El munícipe porteño a veces dice en sus discursos ser defensor de la libertad de expresión y admirador del trabajo periodístico, sin embargo, hace completamente lo contrario y cuando la crítica de los análisis periodísticos le calan, los agrede hasta de “chayoteros” y lanza a su jauría en las redes sociales a través de los “bots” a que lo defiendan y lo apapachen.

¡Claro!, estos “chairos” mercenarios no se miden y se meten hasta la estupidez con tal de quedar bien con el patrón y el que les paga a través de Sergio Rubio. El principal operador de esos “bots” está en las propias oficinas de la Presidencia Municipal.

Si Benítez Torres respetara el trabajo periodístico no haría los señalamientos que muy seguido hace condenando y exhibiendo a todo el que a través de algún trabajo periodístico, no piensa como él o critica sus decisiones políticas.

Rubio, en su calidad de director de Comunicación Social, no ha podido hacer entender al autoritario alcalde marismeño que el periodismo es un elemento de gestión social, no un adulador del poder; se trata de informar y ejercer una crítica en libertad, no de apoyar como militante a una corriente política o ideológica.

En descargo del químico Benítez hay que decir que todos los alcaldes mazatlecos que han pasado en los últimos 20 años por el gobierno mazatleco, también han caído en el mismo estilo de gobernar repudiando a los medios de prensa, desde Alejandro Higuera Osuna pasando por Jorge Abel López Sánchez y llegando a Fernando Pucheta (ambos del PRI), aunque también Carlos Felton (del PAN), tuvo sus roces con los periodistas.

El químico es igual a los políticos del PRI y del PAN que tienen la piel muy sensible y se enojan a la primera crítica y, como creen que como primera autoridad del municipio todos los ciudadanos, incluida la prensa, le deben rendir pleitesía, se colocan en la “enanez” (de enano para que se entienda) que cuando se suben al ladrillo se marean.
Lástima, pero hay muchos que esperan a Benítez Torres en las urnas para recordarle de que está hecho y restregarle a su egolatría que el verdadero líder de Morena lo sigue siendo y el que tiene capital político es López Obrador y él se quedará en eso: en la pésima copia en blanco y negro de gobernante frustrado.