Sin Línea

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Sin Línea

*El Químico se Fajó los Pantalones
*Los dejan solos
*Blancarte tuvo que marcharse

EL QUÍMICO SE FAJÓ LOS PANTALONES

Ya lo había sentenciado: “Ni un bloqueo más en calles o avenidas de Mazatlán porque se aplicará la autoridad, el peso de la ley”, y está mañana, como poco alcaldes hemos visto, se fajó los pantalones y el químico Luis Guillermo Benítez se metió en la gritería y encaró otro bloqueo más de los taxistas rojos que, como siempre, tiene sus aplaudidores y detractores en las redes sociales.
No estamos para echarle loas al alcalde, pero tampoco para la crítica vana, pero sí hay que reconocer el ejercicio de gobierno y de primera autoridad del municipio para poner orden está mañana en Mazatlán.
El bloqueo de hoy fue sobre la avenida Rafael Buelna hasta donde primero llegó de avanzada el secretario de Gobierno, “Pepe Chuy” Flores Segura, quien arribó muy sácale punta y les reiteró en la advertencia del alcalde: “Señores están bloqueando y eso afecta a terceros; se retiran o se hará el uso de la fuerza pública para liberar la avenida”.
Los taxistas y sus dirigentes, entre ellos el secretario general Arnoldo Bouciéguez, lo cuestionaron con dureza de represión y mano dura a los trabajadores del volante. No hubo acuerdos con “Pepe Chuy” y minutos después apareció el alcalde Benítez Torres, quien seguramente veía de cerca –a través de las redes sociales en vivo- lo que sucedía en eso que se convirtió después en un pequeño zafarrancho, luego de las provocaciones de los taxistas que querían impedir que se llevaran dos unidades de taxis rojos.

Así, el alcalde Benítez Torres no se quedó en el confort de sus oficinas y como autoridad, puso orden y después de dos horas de amenazas, gritos, empujones y llevarse por la fuerza pública a siete conductores de taxis rojos, los manifestantes soltaron la avenida Rafael Buelna, no antes de sacar un acuerdo de diálogo con el químico Benítez y “Pepe Chuy” en las oficinas municipales.
En el ambiente quedó la queja contra el delegado de vialidad.

LOS DEJAN SOLOS

Y continuando con el conflicto transportista se vio claro que no hay coordinación entre la Policía Municipal con la Policía Ministerial, de igual forma los sindicatos de los eco taxis rojos y eco taxis verdes.
Nos dimos cuenta que antes de que se empezaran a registrar la zacapela, el Secretario del Ayuntamiento, José de Jesús Flores Segura, pidió apoyo a la Policía Estatal y nunca llegó por lo que se aventaron el jale con el personal de Seguridad Pública donde participó un número de elementos de negro.

Fue ya hasta lo último cuando había pasado todo el movimiento aparecieron dos patrullas de la Policía Ministerial, pero demasiado tarde.
Lo mismo le pasó a los choferes de eco taxis rojos, cuando se enteraron de que los iban a desalojar en voz del secretario del Ayuntamiento, uno de los líderes sindicales comentó que venían refuerzos de los eco taxis verdes para apoyarlos, pero tampoco arribaron al lugar.
Así que ambos se quedaron esperando, sacando la peor parte los taxistas, quedando siete de ellos detenidos con tres unidades llevadas al corralón.

BLANCARTE TUVO QUE MARCHARSE.

Después de que todos los medios especularon que el químico despediría al Secretario de Cultura y las Artes por una serie de errores que llegaron a su clímax con la autoría de los monos feos del Carnaval; pero resultó que nuestro cineasta se fue por su voluntad y no sólo no se fue derrotado; se fue con la frente en alto, al afirmar que se marcha de su puesto porque lo dejaron trabajar.

Será el sereno. Pero el periodista Arturo Santamaría Gómez, comento en artículo, que a Blancarte no lo dejaban trabajar los nepotes del químico. Y aquí vienen a cuento qué paso con nuestra incorruptible Sindico/Procuradora que prometió, hace por los menos un mes, que investigaría y corregiría el nepotismo que bulle y rebulle en Cultura y en la JUMAPAN y en otras direcciones. Nada paso. Nada ha pasado. A la mejor si hubiera cumplido su promesa Elsita Bojórquez, Blancarte estuviera al mando de la dirección que le encomendaron.

Quizá sí. Quizá no, porque sus errores personales fueron proverbiales. Pero hoy no quiero citarlos. Ojalá en otro puesto le vaya mejor; pero estoy muy claro que debe mejorar su carácter, ser más sociable y más cuidadoso de su qué hacer. El hombre no puede vivir y sobrevivir de la fama siempre y para siempre y menos aún con esa actitud irascible y distraída que lo embargaba. ¡Qué le vaya bien a Blancarte!