¿Si #XóchitlVa, desde la derecha la acompañan?

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Luis Molina

La pasarela de aspirantes organizada por el frente opositor apenas la semana pasada, parece que va tiñéndose de azul; pero no del azul tradicional, si no, de un azul más claro, acercándose al blanco del centro. O al menos, eso es lo que parece, no solo para nuestros ojos, si no que también el Presidente lo confirma.

Con clara seguridad, el Presidente López Obrador afirmó el día de ayer en su conferencia mañanera, que el Sr. Claudio X. González, como representante de la cúpula de oposición, ya decidió que Xóchitl Gálvez será la designada para abanderar al “Frente Amplio por México” en las próximas elecciones presidenciales. Y es que el vaivén provocado por #XóchitlVa en medios de comunicación y redes sociales no fue para menos.

Su anuncio y posicionamiento sirvió para dos cosas; en primera instancia, para nublar los airados reclamos hacia el método de elección, que propiciaron la desbandada de varios de los involucrados en el procedimiento. Y además, sin hacer uso de publicidad pagada, logró articular a una amplia diversidad de sectores de la sociedad civil que parecerían repeler sus desencantos hacia la partidocracia en caso de que Xóchitl fuese la abanderada.

En ese sentido, el perfil político de Gálvez supone un contrapeso ideal para rivalizar con MORENA los votos del centro político. Analicémoslo: una mujer, que se asume como indígena, de origen humilde, representante de la cultura del esfuerzo, abiertamente feminista y progresista, que respalda la política social como prioridad gubernamental; pero que, se abandera bajo los principios de eficiencia, eficacia, transparencia y rendición de cuentas.

Ella, consideran desde la oposición, sería la pieza perfecta para estructurar una narrativa de cara a una elección en la que parten abajo en las encuestas. Y sí, no tenemos argumentos para negarlo, Xóchitl emociona bastante más que el Señor Constitución, quien ve, de nueva cuenta, como sus aspiraciones a portar la banda presidencial se le esfuman.

No obstante, contrario a lo que se ha impregnado en la opinión pública, que pinta el camino de Xóchitl hacia Palacio como pavimentado y en línea recta, su candidatura tendría varios retos que enfrentar. El primero, gestionar el descontento popular hacia los partidos políticos que representaría, instituciones evidentemente debilitadas que hoy sufren no solo por la cuestión de ilegitimidad popular, si no que, carecen de unidad en el seno de su militancia. (Véase lo acontecido ayer en el Senado con la desbandada priísta).

Y el segundo, conciliar los intereses de la derecha mexicana con una candidata abiertamente progresista. Existen dos posibilidades trágicas para la candidatura; la primera, que, en el afán de atrapar todo en el marco del espectro político, #XóchitlVa diluya su contenido discursivo al grado que represente una nada en busca de representar todo y con ello, deje de ser opción ante el electorado.

Si la candidatura del Frente Amplio por México termina por convertirse únicamente en una opción “Anti 4T”, sus aspiraciones presidenciales estarían más que sepultadas. Y, por otro lado, si no se concilia con los intereses y preferencias de la derecha, se maximiza la posibilidad de ruptura. Aún cuando la teoría política nos muestra que el ala conservadora raras veces se fracciona, en México, ante un partido Acción Nacional evidentemente roto por las decisiones del actual presidente y el descontento propio de la militancia, no descartaríamos que ciertos sectores tradicionales del partido, retirasen el respaldo hacia la candidatura de la senadora hidalguense.

Una muestra de ello es el posicionamiento realizado por el actor Eduardo Verástegui, representante de la organización “Viva México”, abiertamente ultraderechista, quien evidencia su repudio a la ideología progresista de Gálvez e invita a la actual Senadora de la República, Lilly Téllez, a considerar ser la abanderada rumbo a la presidencia de nuestro país. Eso, de forma tenue, evidencia un afán rupturista en el seno de la derecha mexicana, que nos obliga a preguntarnos. ¿Si #XóchitlVa, desde la derecha la acompañan?