Los nubarrones que se cernían sobre Meta ya han dejado sus primeras lluvias: el número de usuarios de Facebook cae por primera vez en la historia y su valor en bolsa se desploma un 24%
Meta ha abierto la bolsa este jueves con su acción desplomándose más de un 20%. La capitalización bursátil de ésta es, por lo tanto, 200 millones de dólares menor, lo que supone la mayor pérdida de valor de mercado en un solo día en la historia de Estados Unidos. Los inversores fueron sorprendidos anoche con una caída más pronunciada de la esperada en sus ganancias y unas previsiones nada halagüeñas tras el anuncio de los ambiciosos cambios de Facebook al transformarse en Meta.
El batacazo hace más comprensible el cambio de nombre de la compañía anunciado hace unas semanas y por qué todos esfuerzos estarían enfocados a partir de ese momento en la creación del metaverso, una especie de internet donde no se consume contenido, se vive mediante experiencias de realidad virtual. Mark Zuckerberg era consciente de que, para mantener su corona de laureles, debía comenzar una ambiciosa reforma de su imperio cuanto antes.
Facebook pierde usuarios por primera vez en su historia
Los resultados de Facebook siempre han dado alegrías a sus accionistas, mostrando un gran desempeño en sus dos métricas más importantes: adquisición de nuevos usuarios e ingresos que obtiene de cada uno de éstos. Sin embargo, ambas métricas se han visto gravemente resentidas este último ejercicio y en la previsión para los próximos.
Facebook, su principal red social y negocio, pierde usuarios activos al día por primera vez en su historia. La desaceleración es clara e inevitable. El número de personas conectadas a Internet es un número finito, pero empezar a perder usuarios es un grave indicador de que algo no va bien. La mayor pérdida se da además en los mercados donde todavía podría crecer.
Aunque sea su negocio más lucrativo, Meta cuenta con más redes sociales y servicios como Instagram o WhatsApp. Sin embargo, además de que no aportan tantos ingresos como Facebook, podemos observar que adolecen del mismo problema: el crecimiento se está estancando. Son cifras que evidencian una tendencia que se podía observar desde hace meses: los jóvenes ven a Facebook como una aplicación de señores mayores, e Instagram está empezando a entrar en la misma dinámica. Ahora quien triunfa es TikTok, algo que el propio Zuckerberg ha reconocido en la llamada con los inversores señalandola como su principal rival.
Por si fuera poco, una de las virtudes de su negocio, sacar mucho dinero de cada uno de sus usuarios mediante publicidad, se ha visto perjudicada sustancialmente por las medidas de privacidad que ofrece Apple en su último sistema operativo para iPhone. Es más difícil saber los intereses de los consumidores y, por ende, menos rentable dirigirles publicidad. David Wehner, director financiero de la compañía, ha señalado que la posibilidad de restringir el rastreo de las aplicaciones en iOS se traducirá en una pérdida de 10.000 millones de dólares en ingresos a lo largo del 2022.
Puedes tener la mercancía más valiosa del mundo, pero si tus rivales controlan los barcos que las llevan vas a tener problemas tarde o temprano.
Multitud de frentes abiertos y una única apuesta
Podría uno pensar que, pese a los malos resultados, Meta es una multinacional muy grande, influyente y poderosa como para caer. Pero también lo era el Imperio Romano, y cayó. Su declive fue consecuencia de la acumulación de numerosos frentes abiertos mal atajados, y a Zuckerberg se le están acumulando demasiados.
Meta tiene dificultades para atraer nuevos usuarios con funciones innovadoras. La novedades que presenta son habitualmente copias de los éxitos rivales. Primero con las historias dentro de Instagram, adoptando inteligentemente el principal reclamo de su rival Snapchat; y, ahora, copiando el formato de vídeos cortos de TikTok con Reels. Esta integración está funcionando bien, ha dicho Zuckerberg. Pero no se incluye publicidad todavía entre los vídeos, por lo que su capacidad para generar ingresos es reducida. Aun así, estar por detrás de los rivales en innovación, y esperar que tu enorme base de usuarios siga bastando, es arriesgado.
Por otro lado, los medios de comunicación y los gobiernos están realizando un constante escrutinio sobre sus redes sociales. Cada vez es más complicado defender su cometido como desarrollador de servicios que conectan a las personas con sus amigos y familiares cuando lo que se evidencia es que, principalmente, se les conecta con discursos populistas, opiniones radicales y desinformación gracias al funcionamiento de sus algoritmos, diseñados para mostrarte contenido al que seas más propenso a reaccionar.
Por último, el imperio de Zuckerberg se expandió y culminó sobre las plataformas de sus rivales. Quien accede a sus aplicaciones y servicios, lo hace a través de un teléfono de Apple, uno de Google o un ordenador de Microsoft.
Erigir un nuevo imperio empleando los réditos del anterior es la solución que plantea Zuckerberg para hacer frente a todos estos desafíos: atraer un enfoque nuevo y puntero, silenciar las críticas con un lavado de cara cambiando el nombre a la compañía; y, por último, convertirse en aplicación, servicio y plataforma controlándolo todo.
La gran y dificultosa reforma de Zuckerberg
Reformar el imperio lleva tiempo, y es muy costoso. Este año, Meta ha invertido 10.000 millones de dólares en el metaverso, un negocio que esperan vea la luz dentro de diez o quince años. De momento es sólo un cúmulo de avances a puerta cerrada en hardware y software y unas demostraciones que levantan más cejas que abren bocas.
Meta cuenta con casi 70.000 empleados, y su negocio estaba principalmente enfocado a la venta de publicidad online y redes sociales. El cambio, de triunfar todo esto de los mundos digitales, le ofrecería una posición privilegiada en el inicio de la carrera; pero tal vez a un precio muy alto. Se está arriesgando el futuro de la multinacional, y nadie le va a poner pegas a su líder; pase lo que pase, la directiva está diseñada para aguantar los malos resultados que se avecinan y que la visión de Zuckerberg prevalezca.
«Si bien algunos trabajadores estaban entusiasmados con el giro de Meta, otros cuestionaron si la empresa se estaba lanzando a lanzar un nuevo producto sin solucionar problemas como la desinformación y el extremismo en sus plataformas sociales. Se esperaba que los trabajadores adoptasen una actitud positiva hacia la innovación o que se fuesen», dijo un empleado de forma anónima a The New York Times, «y algunos que no estaban de acuerdo con la nueva misión se fueron».
Meta podrá aguantar los resultados venideros, que no gustarán demasiado a los accionistas, pero le será complicado retener el talento necesario en el desarrollo de los milagros necesarios en software y hardware para la creación de su metaverso. Muchas empresas están interesadas en tecnologías de realidad aumentada o realidad virtual, y cuentan con una cultura más atractiva como podría ser Epic Games o Microsoft tras la adquisición de Activision Blizzard.
¿Podrá sostenerse el imperio de Zuckerberg bajo promesas e ilusiones hasta que éstas se cumplan? Porque, de momento, todo esto del metaverso es sólo eso: una ilusión. Pero sus problemas ya son reales, y se traducen en números y en pérdidas.