“En una de las llamadas que tuve con el presidente Trump, le decía, ‘¿Cómo puede explicar usted que un lanzagranadas que tiene un grupo de la delincuencia organizada, pase de manera ilegal de su país a mi país? ¿Dónde están las revisiones que tienen que hacer ustedes en la frontera?’”, dijo.
La mandataria mexicana recordó que su Gobierno ha disminuido el paso de drogas, especialmente las sintéticas y el fentanilo hacia EE.UU. por lo que de igual manera “lo que pedimos es que haya una reducción de las armas de Estados Unidos a México”.
También hizo énfasis en el fallido operativo “Rápido y Furioso“, implementado durante los gobiernos de Barack Obama (2009-2017) y Felipe Calderón (2006-2012), como un ejemplo del daño que genera la falta de control.
“Supuestamente iban a poner un chip para saber a dónde llegaban las armas. Nomás entraron, les quitaron el chip y armaron a los grupos delictivos. No hubo nadie sancionado”, señaló.
Descartó, además, que su Administración esté pensando en imponer aranceles a las armas que entran legalmente a México “no creo que esa sea una política que disminuya la entrada de armas”.
En junio pasado, el Tribunal Supremo de Estados Unidos desestimó una demanda interpuesta por el Gobierno mexicano contra los fabricantes de armas estadounidenses por su presunta responsabilidad en el tráfico ilícito de armamento hacia territorio mexicano.
A pesar del fallo, el responsable interino de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, en inglés) de Estados Unidos, Daniel Driscoll, aseguró que la agencia que representa seguirá trabajando con los socios “para detener el flujo de armas peligrosas hacia los carteles mexicanos”.
Información de López-Dóriga.