Este oficiante de la magia que encierra
la lucha libre, se va de los encordados;
mazatleco que ganó tres títulos mundiales
La magia de la lucha libre llega a su fin para El Ángel. Este personaje que por treinta años estuvo en el candelero, llegó a ganar tres campeonatos mundiales, uno de ellos en Los Ángeles California, pero sobre todo, tuvo el privilegio de compartir el ring con personajes de la historia deportiva. Con todos, dice jactancioso.
Este sábado por la noche, la Cancha Germán Evers volverá a vibrar con una función en la que aparecen, además de El Ángel, el original Mascarita Sagrada, Blue Panther, a quien El Ángel considera el mejor luchador del mundo, y el también lagunero Muerte Negra, quien hará pareja con Panther.
Vestido con toda la indumentaria y acompañado de dos de los tres cinturones internacionales que ganó en su carrera, El Ángel tiene un encuentro con Sinaloa enlínea. Un encuentro literal, pues como se aprecia en el video, entre él y Muerte Negra le pegan una zarandeada a Mahatma Millán, quien quiso comprobar la veracidad de las evoluciones luchísticas.
Hacer carrera en el llamado deporte del pancracio no es fácil. Hay que alcanzar niveles de maestría, hay que contar con una buena condición física, desafiar la incredulidad de la gente, que siempre piensa que los golpes no son reales. Si tú me ves cuando permito que alguien me aplique una llave, no es por payasada, es que si me ganó el jalón y me colocó en desventaja, resistirme significa el riesgo de una fractura, una lastimadura que hasta acabe con miu carrera, de modo que no tengo otra que colaborar y esperar la oportunidad de aplicar una contrallave. Es un duelo de técnica, de fuerza aplicada y de vez en cuando, de fuerza bruta, dice mientras se da de manazos en el pecho con Muerte negra.
El Ángel luchó en todos los rings, muchos nacionales, varios internacionales, pero sobre todo luchó por mantener su identidad. Eran varias cosas, explica, pero sobre todo, el no tener a la familia con la angustia de que te iba a pasar algo. Mucho tiempo en mi casa se pensaba que yo andaba en viajes de negocios, arreglando cosas de la agencia de viajes, cuando en realidad era una gira de lucha libre.
Un día decidió quitarse la máscara porque su mamá estaba en condición grave y además ella lo había descubierto. Sólo regresó cuando ella había emprendido el viaje eterno. Fue la cura a su dolor de hijo.
Compadre del Perro Aguayo, del Súpermuñeco, amigo de Blue Panther, recuerda los tiempos en que llegó a alternar con el Huracán Ramírez, conoce los orígenes de grandes leyendas, como el propio Huracán o Mil máscaras, quienes tuvieron su origen en el cine y después llegaron a los personajes que les dieron grandeza.
Lamenta la condición en que las grandes empresas pueden quedarse con los derechos de los personajes, mientras quienes les dieron vida son sustituidos. Precisamente el original Mascarita Sagrada, que se presenta en la función del sábado 31 de mayo, dio una gran pelea legal para poder rescatar los derechos sobre su personaje.
Son grande historias con pequeños detalles que las hacen inolvidables. En alguna ocasión, siendo rudo, tuvo que enfrentar la furia del público de ring side, no la furia anímica, sino física. Un compañero, recuerda, perdió la máscara porque en el transcurso de la lucha, que llevaba dominada, un aficionado se enojó y le dio un sillazo que lo sacó de balance.
Este sábado habrá gran algarabía, pero cuando se apaguen las candilejas de la función, habrán terminado también las de la carrera de El Ángel, quien se va consciente de que el tiempo cobra todas las facturas, y prefiere hacerlo cuando está en condiciones de dar el espectáculo, la bravura y la pericia que el público se merecen, y espera que todos los mazatlecos le acompañen a decir adiós.
Al final fue inevitable que el entrevistador se entrambulicara y después de hacer un gran esfuerzo por mantener el incógnito del luchador, termina por preguntarle a Tony –el famosísimo Tony Acuña- cuál es su impresión del deporte que abandona. Para El Ángel la lucha lo fue todo. Por supuesto, la va a extrañar.