*La mazatleca, orgullo de México en paralímpicos
*Ha llorado, pero no derrotada moralmente
He llorado, sentido tristeza cuando las cosas no salían bien, pero moralmente nunca derrotada; no sé de dónde saco fuerzas y me levantó para seguir adelante con mayor empuje, dice con gran orgullo la campeona paralímpica de lanzamiento de disco y ganadora de la medalla de bronce en Tokio 2020, Rosa María Guerrero Cazares.
El orgullo de Mazatlán y Sinaloa acepta con mucha sencillez y humildad la entrevista en una parte del Paseo Olas Altas, en un hermoso atardecer; ella es así y estar en lo más alto del podio no la envanece ni la vuelve voluble. Dice que es la misma Rosa María de siempre aunque sabe que “esta entre las tres mejores mujeres del mundo en este deporte”.
Llegó retrasada de tiempo para la entrevista, con la amable disculpa por el tráfico, acompañada de su madre, Alicia Cazares y su sobrina, Alicia Aranzasu Guerrero, con la camiseta bien puesta con los colores de México.
Hubo algunos comentarios previos e interrogantes y sobre la posición de cámaras de Sinaloa en Línea, momentos que aprovechó para preguntar “si podía colgarse su medalla ganada en Tokio” y la respuesta de todos fue a coro: ¡Claro que sí!
En las primeras expresiones reconoce que sufrió mucho para “estar en donde está, porque nadie te da nada” y ante los apoyos al inicio de su carrera y todavía ya en la cima del deporte nacional, prefiere no hacer crítica de las autoridades del deporte y evade con mucha inteligencia la pregunta del reportero.
Hoy está contenta con el trato de la Conade y espera seguir poniendo a México en el ojo del mundo y de los mejores atletas paralímpicos.
Sin embargo, ante la solicitud de un comentario sobre otra atleta paralímpica que obtuvo medalla en Tokio 2020, oriunda de Baja California, y que le dieron un cheque sin fondos, dijo que los atletas tienen otra mentalidad, “al menos yo, de perseguir sus sueños y de un día ser la mejor en el deporte, no es nada más la fama, sino el lograr y alcanzar lo que tú quieres en la vida”. Luego cuestiona que no se vale que se burlen de esa manera de un deportista.
En ese camino nos recuerda sus inicios en el deporte desde niña cuando corría tras una pelota porque deseaba ser una gran futbolista y ganaba partidos, pese a jugar con niños, porque eran tiempos en que a las niñas no se les permitía jugar fútbol. Hoy, a sus 36 años, Rosa María admite con la sencillez de siempre que ha roto paradigmas.
Luego vino la enfermedad en sus extremidades inferiores (mielitis) y la postró en una silla de ruedas; hubo tristeza y llanto, pero también el valor de seguir adelante y cambió la pelota de fútbol por una de basquetbol y con los años el entusiasmo y el profesionalismo por la jabalina, la bala y el lanzamiento de disco. Contó también que un tiempo se puso los guantes de boxeo.
Hoy, Rosa María ya está en la historia de México y del deporte mundial; son los años de cosechar y los grandes triunfos lo dicen: 2017 en Londres, tercer lugar en lanzamiento de bala; 2019 en los panamericanos de Lima, Perú, primer lugar en lanzamiento de disco; y Tokio 2020, en la paraolimpiada, tercer lugar en lanzamiento de disco….¡La mazatleca va por más!.