*Un costo de 28 millones de pesos
*salud para miles de habitantes
Con un costo estimado en unos 28 millones de pesos, el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, y el alcalde de El Rosario, Manuel Antonio Pineda, dieron el banderazo de inicio en la sindicatura de Agua Verde para la construcción de una laguna de oxidación y el tratar las aguas residuales del drenaje sanitario y que beneficiará a más de 4 mil habitantes.
Esta era una demanda de décadas, muchas veces prometidas por anteriores gobernantes pero nunca cumplida, los habitantes de Agua Verde recibieron al mandatario estatal en un ambiente de fiesta, al son de las notas de la banda sinaloense, ya que resolver el problema que representa el saneamiento de las aguas residuales era urgente, para evitar problemas de salud sobre todo en niños y adultos mayores.
Al respecto, Ordaz Coppel dijo que efectivamente se trata de una obra de salud pública, cuya primera etapa comprende una inversión de 12.7 millones de pesos, de un total de 28 millones de pesos, pero reconoció que sería más costoso no hacerla, porque se trata del bienestar de los cuatro mil habitantes de esta sindicatura.
“Esta obra muchas veces se prometió pero nunca se cumplió y los más afectados son los niños, que son expuestos a las aguas negras, por eso aquí no hay ciudadanos de primera y de segunda, todos somos iguales”, precisó.
Por su parte, el presidente municipal de Rosario, Manuel Antonio Pineda Domínguez, le agradeció esta obra al gobernador Quirino Ordaz Coppel, misma que se hace con recursos enteramente del Gobierno del Estado, y que consisten en la construcción de la línea de conducción del drenaje sanitario a las afueras de la comunidad donde se construirá en una segunda y última etapa el vaso de la laguna de oxidación.
El alcalde reconoció la importancia del saneamiento de las aguas residuales de Agua Verde, las cual van a parar a la laguna del Huizache-Caimanero y recordó que hace años sobre esta laguna se decretó una cuarentena que afectó a la actividad económica de más de cinco mil pescadores, al no poder sacar camarón ni otras especies que eran su sustento, por motivos sanitarios, ante los riesgos de brotes de salmonella o cólera en los productos.
