La clavadista azteca consiguió la segunda medalla nacional junto con Alejandra Orozco, en la final de clavados sincronizados desde la plataforma de 10 metros.
De la mano de Alejandra Orozco, Gabriela Agúndez escribió su nombre en la historia del olimpismo mexicano, luego de ganar la medalla de bronce en la final de clavados sincronizados desde la plataforma de 10 metros, en Tokio 2020.
Gaby apenas tiene 21 años. Nació el 4 de agosto del 2000 en La Paz, Baja California Sur, ciudad que ha dado buenos clavadistas a México. La atleta cuenta con experiencia en competencias internacionales, pues fue la participante más joven de la delegación mexicana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, donde obtuvo oro y bronce.
Ese mismo año, la mexicana también se colgó un bronce en el Festival Deportivo Panamericano de Clavados, lo que marcó el inicio de una lista de éxitos en la fosa de clavados.
Un año más tarde, en el Grand Prix FINA de Clavados consiguió el oro en el salto sincronizado en plataforma de 10 metros con Karla Rivas como compañera. Ese año también recibió el reconocimiento como clavadista destacada de la Federación Mexicana de Natación. Mientras que en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 se quedó con el bronce en la plataforma de 10 metros.
Este presea no es la primera que conquista junto con Alejandra Orozco, ya que en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 se quedaron con la plata, mientras que en el plano individual se quedó en el sexto lugar.
Previo a la justa de Tokio, Agúndez tuvo que superar adversidades para colgarse la medalla olímpica. La primera de ellas fue el fallecimiento del entrenador cubano Hernández, quien era uno de su máximos mentores y que perdió la vida debido a un infarto en 2020.
Gaby dejó su tierra natal para viajar a Guadalajara, donde se contagió de covid-19, junto con Iván Bautista y otros deportistas, sin embargo, hoy está en la gloria olímpica de Tokio 2020.